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Un Parlamento devaluado

El arranque de un nuevo ciclo electoral mengua la actividad parlamentaria Los escándalos de corrupción desarbolan el Grupo Popular

Intervención del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en uno de los plenos de las Cortes Valencianas.
Intervención del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en uno de los plenos de las Cortes Valencianas.CARLES FRANCESC

El ciclo electoral, que ya ha arrancado con la precampaña de las elecciones al Parlamento Europeo de la próxima primavera y que enlazará con las municipales y autonómicas de mayo de 2015, amenaza con devaluar, todavía más, la labor del Parlamento valenciano.

La presidenta del Grupo Socialista, Ana Barceló comunicó ayer que los parlamentarios socialistas han decidido recorrer esta semana la provincia de Alicante, “ante la inmovilidad del PP, que ha cancelado toda actividad parlamentaria hasta el próximo mes de febrero”. Con esta actitud, los socialistas pretenden dar la réplica al PP, que desde hace semanas ha mandado a sus diputados a recorrer el mayor número de municipios posible para engrasar el partido antes de la campaña al Parlamento Europeo.

El último pleno de las Cortes se celebró el pasado 19 de diciembre y, aunque no hay fecha fijada, no está previsto que el PP acepte convocar ningún pleno ordinario hasta bien entrado febrero.

Dos son los elementos que explican la escasa actividad parlamentaria. Por un lado, los efectos devastadores de los escándalos de corrupción que azotan al PP y que todavía distan mucho de amainar. Una situación que ha dejado desarbolado al grupo que sustenta al Consell que preside Alberto Fabra. Por otro lado, la decisión de los partidos de reforzar sus estructuras orgánicas en detrimento de las labores de representación de los ciudadanos.

Las Cortes ‘cerraron’ el 19 de diciembre y no habrá pleno hasta mediados de febrero

La Mesa de las Cortes se ha convertido en un buen ejemplo de la situación. El presidente de la Cámara, Juan Cotino, quemado por su actuación en la gestión del accidente de metro de Valencia y las derivadas de la financiación ilegal del PP, ha decidido renunciar a la exclusividad para dedicar mayor atención al cultivo del caqui en sus propiedades agrícolas. El vicepresidente primero, el también popular Alejandro Font de Mora, es el director de campaña del PP regional en las elecciones al Parlamento Europeo. Y el vicepresidente segundo, el socialista Ángel Luna, está pendiente de la confección de la candidatura del PSOE para saber si agota la legislatura. No son los únicos síntomas de precariedad. El grupo que sustenta al Gobierno valenciano está dirigido por Jorge Bellver, tras forzar el PP la salida del anterior portavoz y exconsejero Rafael Blasco al apartado de diputados no adscritos. Sin embargo, en el Grupo Popular quedan todavía ocho parlamentarios imputados en escándalos de corrupción que, de cumplirse lo prometido por Alberto Fabra, saben que no volverán a repetir en las candidaturas a Cortes Valencianas. Dos en el caso Brugal y seis, que fueron apartados de la dirección del grupo parlamentario, en diferentes piezas del caso Gürtel.

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El deterioro y la volatilidad también ha tenido su traslación en la alta movilidad de las candidaturas. Los saltos al Congreso, las dimisiones y las renuncias han hecho que la candidata número 31 por Valencia del PP consiga escaño, pese a que los populares obtuvieron 22 actas por esta circunscripción. En Alicante, donde lograron 20 escaños, ha logrado acta el candidato número 26 del PP. Tan solo la candidatura de Castellón (13 diputados) se ha mantenido prácticamente idéntica, ya que solo se ha movió un puesto por la marcha del exconsejero Manuel Cervera al Congreso, de donde dimitió semanas antes de ser imputado en Gürtel.

Por contra, el PSPV, que ha mantenido una gran estabilidad —solo se han movido dos puestos por fallecimiento y uno por la renuncia de un alcalde interesado en volcarse en su municipio— ha trasladado paulatinamente su centro de gravedad del Parlamento al partido. La defenestración de Jorge Alarte como secretario general del PSPV, que era portavoz parlamentario, en favor de Ximo Puig, que es diputado en el Congreso, ya obligó a ello al inicio de legislatura.

Un escenario que han rentabilizado los grupos minoritarios de Compromís y EUPV, más estables y ágiles, que han convertido las Cortes en su caja de resonancia.

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