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Las ‘confesiones’ de Oriol Pujol

El alto cargo de CDC exculpa ante el juez a sus contactos de querer controlar el sector de las ITV Admite que se enteró de su apodo de Zumosol por el sumario

Jesús García Bueno
Pujol acude a declarar ante el TSJC por el ‘caso de las ITV’.
Pujol acude a declarar ante el TSJC por el ‘caso de las ITV’. C. RIBAS

Oriol Pujol Ferrusola conocía bien el sumario del caso ITV cuando declaró como imputado el pasado abril. Durante su interrogatorio, el ex número dos de Convergència manifiesta al juez en seis ocasiones que ha leído la causa, lo que le ha permitido recordar nombres, analizar decisiones y descubrir apodos. “Me he enterado por el sumario de que me llaman Zumosol [en alusión a su rol protector como el primo del anuncio]”, explica el diputado en su declaración, remitida a las partes hace unos días y a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

Pujol está imputado por tráfico de influencias. Según los investigadores, presionó a un alto cargo de la Generalitat (Enric Colet) para poner como mediador en el sector de las ITV a un hombre de su confianza, Josep Tous. “¿Intervino en el nombramiento del señor Tous?”, inquiere el fiscal. “No. Me enteré a posteriori. No hablé con Colet para que le nombrara”. El fiscal quiere saber entonces por qué, según se desprende de las conversaciones telefónicas intervenidas, Tous “reporta” directamente con Pujol. “Es presidente de la sectorial [de Industria de CDC] y yo secretario general adjunto, y me mantiene al día”, dice.

El grueso de la declaración versa sobre las relaciones de Pujol con el resto de implicados. Entre ellos, el empresario Sergi Alsina. “Un buen amigo”, define Pujol, quien admite que hablaban a menudo sobre el sector de las ITV. Según los investigadores, la trama pretendió tumbar una adjudicación de estaciones del tripartito para lograr otra de forma irregular. El diputado nacionalista reconoce ante el juez que Alsina “tiene un encargo profesional por parte de operadores del sector” para “impulsar un nuevo mapa” que procure “eliminar inseguridad jurídica en el sector”. Un encargo del empresario Ricard Puignou.

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Cuando Pujol declaró, la unidad de Vigilancia Aduanera aún no había analizado centenares de correos electrónicos hallados en el registro de las viviendas de los implicados. En ellos, queda en evidencia que Puignou pagó a Alsina para que “presionara” a Pujol y orientara su voto en relación con la Ley de Seguridad Industrial, aprobada en 2008. La Fiscalía sostiene que, a cambio de dar su voto, Pujol pidió a la trama 30.000 euros. De ahí que le acuse, también, de un delito de cohecho. El TSJC, que investiga el caso, debe decidir si le cita a declarar como imputado también por ese delito.

Pujol puso la mano en el fuego por su amigo, con el que comparte vacaciones en la Cerdanya. “Alsina no ha hecho prevalecer la relación de amistad para temas profesionales”, dice Pujol. Aunque Alsina ha pagado a la esposa de Pujol varias cantidades por asesoramiento e incluso la ha tenido como empleada. Uno de esos pagos —200.000 euros en 2011— corresponde a la reconversión de Sharp. Los ingresos del empresario en esa operación (y en la de Ficosa y Yamaha) ascendieron a 6,9 millones, que logró, en parte, con los “consejos” de su amigo Pujol.

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La defensa de los trabajos de su mujer es cerrada. Preguntado sobre la empresa Avima Projectes —que facturó trabajos a Alta Partners, la empresa de Alsina—, Pujol contesta que “se dedica a asesoramiento empresarial (...), mi mujer tiene la licenciatura de Derecho y Esade, y un abanico de sectores a los que ofrecer servicios”.

La trama creó una empresa (Upprime Energy), supuestamente para hacerse con futuras adjudicaciones de forma opaca. En esa sociedad iba a tener una “participación indirecta” Pujol. Este lo niega, aunque admite que su abogado, Modest Llopis, y Alsina participaron en la constitución de la misma. “¿Sabe si lo designaron [AL ABOGADO]para crear Upprime porque era el abogado de Zumosol y Zumosol es usted?”, pregunta el fiscal. “No lo sabía”, replica Pujol.

El diputado negó haber maniobrado para colocar a Tous como mediador

Sus contactos con el sector de las ITV están justificados, dice, por el “interés político” que suscitaba el asunto. Ese interés fue advertido por Alsina. “A finales de 2010, me advierte de la situación del sector”. “Muchos operadores se han dirigido a mí (…) para hablar de la problemática del sector, para trasladarme sus preocupaciones o para resolver la conflictividad del sector”.

Uno de esos encuentros marca un hito en el caso ITV. Es la cena del 27 de julio de 2011, donde asistieron Alsina, Oriol Pujol, Xavier Pujol (Ficosa), Pedro Navarrete (expresidente de Sony) —todos ellos junto a sus esposas—, y el empresario Sergio Pastor, autor del apodo Zumosol. La fiscalía cree que allí se fraguó el acuerdo para incorporar a Pujol al proyecto de Upprime; así, Pujol podría “lucrarse” tras prestar su “peso político” a la trama. Y pone como prueba un sms escrito al día siguiente por Alsina a una tercera persona: “Oriol y yo muy ilusionados con el proyecto juntos. Un abrazo”.

“¿Qué sentido tiene esta ilusión del señor Alsina?”, pregunta el juez. “Solo lo puedo ubicar en el terreno de una ilusión que no es solo de Alsina, sino una preocupación del Gobierno y del grupo parlamentario para que Ficosa salga adelante con el máximo de actividad y ocupación de la planta en Viladecavalls y que compró Sony”, relata Pujol. Antes, sobre la cena, el diputado dijo: “No nos conocíamos y Alsina pensaba que era interesante. No tenía más sentido que este. No se habló de las ITV. Ni de empresas y constitución de sociedades”.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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