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Juicio a un empresario por vender heroína en sus ratos libres

Se enfrenta a 16 años de prisión como supuesto cabecilla de una red de distribución de heroína

La doble vida del propietario de un concesionario de coches de A Guarda que presuntamente acabó siendo uno de los vendedores de heroína turca de referencia en el sur de Galicia será objeto de juicio el 26 de marzo. José González Rolán, de 49 años, se enfrenta a 16 años de prisión y multa de cuatro millones de euros como supuesto cabecilla de una pequeña pero rentable red de distribución de heroína turca que operaba en España y el norte de Portugal.

Más conocido como Pallana, González Rolán utilizaba presuntamente su negocio legal de tapadera. En sus ratos libres había montado, según la acusación, otro que le reportaba más beneficios que la venta de coches: la heroína. Su aparentemente extenso patrimonio es ahora investigado en otro proceso paralelo por blanqueo que instruye un juzgado de Tui. Después de varios meses de seguimiento policial, por fin una de las entregas que iba a realizar el grupo pudo ser interceptada por la Guardia Civil, lo que permitió hallar el escondite donde almacenaban la droga, también cocaína, en febrero de 2012.

Además de Rolán serán juzgados su sobrino Roberto González Domínguez, de 35 años, y el ciudadano portugués Manuel Jorge Da Silva, de 59. Ambos eran los presuntos encargados de la distribución y los contactos con los clientes y se enfrentan a penas de ocho y nueve años de prisión, respectivamente y multas de dos millones de euros para cada uno.

En coches de alta gama

Los tres están acusados de trabajar bajo unas estrictas medidas se seguridad que eran impuestas y coordinadas por Rolán. Utilizaban más de 66 líneas de teléfonos móviles (uno para cada cliente) y siempre se comunicaban en lenguaje críptico. Además solo trabajaban con líneas telefónicas portuguesas para presuntamente evitar la intervención judicial en España. La policía se incautó de hasta 18 coches con compartimentos estancos para ocultar la droga. Casi todos eran de alta gama como Porsche.

El principal escondite de las partidas de heroína que iban comprando a proveedores portugueses fue hallado bajo el piso de las cuadras de animales y, disimulado con kilos de estiércol, en la casa de la madre de González Rolán en la localidad de Carregal de Abaixo, en Tomiño, donde se localizaron 30 kilogramos de estupefacientes.

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