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Zabaleta se reencuentra con Luis Cañadas

El Museo de Quesada acoge una muestra del pintor, cofundador del movimiento indaliano

Ginés Donaire
Pintura de Cañadas que pone imagen al cartel de la exposición.
Pintura de Cañadas que pone imagen al cartel de la exposición.

“Luis Cañadas es de estos artistas fiel a sí mismo, pero acorde con el tiempo, que es el que muda las cosas, los seres, el arte. Un artista que cambia, día a día, sin que casi lo advirtamos”. El poeta José Hierro describía así al pintor almeriense Luis Cañadas, uno de los fundadores del Movimiento Indaliano liderado por Jesús de Perceval. La obra de Cañadas (Almería, 1928-Madrid, 2013) llega ahora al Museo Rafael Zabaleta de Quesada (Jaén) en una muestra que permite la aproximación de dos artistas coetáneos y que fueron amigos.

Luis Cañadas abandonó la provincia almeriense y se fue a Madrid a proyectar su pintura, algo que desarrolló hasta que el año pasado le sorprendió la muerte. “Fue un artista muy polifacético realizando además de pintura, mosaicos, murales, vidrieras y esculturas. Además, en los últimos años de su vida, cuando tenía una escasa visión y no podía pintar casi, escribía cuentos, que también tiene publicados”, señaló Rosa Valiente, directora del Museo Zabaleta.

La colección que se muestra hasta el 16 de febrero en el museo quesadeño la componen 57 obras de diferentes temáticas: personajes solitarios en escenarios telúricos abandonados, otros personajes agrupados en exteriores de la ciudad con una paleta muy sobria, casas de Almería y del barrio de la Chanca o bodegones con floreros y paisajes con colorido más vivo. Obras todas ellas realizadas entre las décadas de los años 60 y 80 del pasado siglo. La colección la ha prestado el Ayuntamiento de Villa del Río (Córdoba) que la acaba de recibir como donación del pintor agradecido a ese pueblo, al que se sintió muy vinculado. Pero, antes de su muerte, Cañadas donó también un cuadro al museo que lleva el nombre de su amigo Rafael Zabaleta, obra que también se exhibe en esta muestra. “Casi siempre, en sus cuadros, un solo plano de formas construidas con sosegado color y no poca melancolía, quiebra la profundidad ilusionista de la perspectiva”, escribe de él el crítico de arte Miguel Viribay.

Cañadas fijó su residencia en Madrid en 1964 y, desde allí, alternó la pintura mural, el mosaico y la vidriera con la pintura caballete. Fue autor, entre otras obras, del mosaico para la Universidad Complutense de Madrid y el mural en piedra para el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid.

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