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Redd Kross vuelve sin restricciones

La banda de culto californiana dará dos conciertos en la sala El Sol

Concierto de Redd Kross en Barcelona en diciembre de 2012.
Concierto de Redd Kross en Barcelona en diciembre de 2012. Jordi Vidal / Redferns (GETTY IMAGES)

Le ocurrió a Redd Kross hace 13 meses en las naves del Matadero. “Nuestra última actuación en Madrid, dentro del festival Primavera Club, resultó muy extraña: una tragedia en otro recinto [la del Madrid Arena, donde murieron cinco chicas] llevó al Ayuntamiento a restringir a última hora el aforo del Matadero. De unas 1.000 personas previstas, solo nos vieron 150, aunque el concierto gustó hasta a los policías”, bromea Jeff McDonald (Hawthorne, 1963), cantante y guitarra de la banda californiana, que aspira en el retorno a la capital a corregir el mal sabor de boca de su anterior visita. Hasta el punto de haber incluido una segunda fecha, el 21 de enero, al “no hay billetes” para mañana en la sala El Sol.

El prestigioso grupo de los hermanos McDonald se siente un poco en deuda. “En el Primavera Club apelamos en vano a que dejaran entrar a los que hacían cola a la intemperie. No fue posible”, recuerda. Aunque dado su temprano despegue, en 35 años dedicados al rock y el power pop más exultantes, ya han visto de todo. “En los clubes donde tocábamos cuando Steven y yo éramos menores [en Estados Unidos], nos obligaban a permanecer en la cocina, con amenaza de expulsión si nos veían en cualquier lugar de la sala que no fuera el escenario”, dice McDonald.

Redd Kross vivió una década de paréntesis (1997-2006) por motivos familiares. “Mi mujer y yo habíamos tenido una hija, y la banda pasaba mucho tiempo fuera de casa. Además, un año después de parar, falleció nuestro otro guitarrista, Eddie Kurdziel”. Y el regreso se produjo animados en buena medida por la promotora madrileña Heart Of Gold, artífice del DVD Got live if you must! (2008), que se grabó en directo en Joy Eslava. “Yo ya casi me había hecho a no actuar nunca, pero Steven siguió ejerciendo de bajista con Beck o con The White Stripes. La vuelta fue tan divertida que la completamos con un nuevo disco de estudio”.

El sello Merge (casa de Arcade Fire) no publicó hasta 2012 dicho álbum, el enorme Researching the blues. “Tardar en encontrar discográfica nos permitió ir a nuestro ritmo. En esta ocasión compuse yo todo y Steven, con el que he escrito muchas otras veces, ejerció de productor. La próxima quizá sea al revés”.

Ambos hermanos son uña y carne musical desde que Jeff contaba 15 primaveras y Steven apenas 11: “Nos convertimos en una de las primeras bandas en editar un sencillo dentro de la escena punk-rock de Los Ángeles”. Canciones que el gurú radiofónico Rodney Bigenheimer se encargó de airear. “Un sueño para críos como nosotros, que le debíamos a él y a unos vecinos adolescentes con muy buen gusto y un montón de discos británicos nuestra educación. Conocíamos al dedillo todo lo anterior al punk, mientras que nuestros contemporáneos partían de los Sex Pistols”.

El amor por los Stones y los Beatles da, en el caso de Jeff, hasta para memorias agridulces. “Mis padres me llevaron a un concierto de los segundos con solo tres años. Nos situamos muy al fondo del estadio, y lo único que recuerdo es un montón de chicas histéricas que me daban miedo gritando delante”, rememora. Para acongojarse sí que era la historia criminal del, a ratos, músico Charles Manson, al que Redd Kross no dudó en versionar en su primer álbum. “Intentábamos llamar la atención. Y fue en parte porque John Waters, en cuyo cine nos habíamos sumergido, le había dedicado Pink flamingos”.

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El disco gozaba de un sonido agreste y resultón. Y se tituló Born innocent por el controvertido telefilme en el que Linda Blair, la niña en su día de El exorcista, sufría una violación escolar. La televisión setentera se erigía así en fuente máxima de inspiración para aquellos primerizos. “Vivíamos en el mismo barrio de los Beach Boys, a dos millas del Pacífico, pero el surf solo formaba parte de nuestros veranos. Pasábamos la vida delante de la pantalla igual que los de ahora delante del ordenador”.

Y si hay una obra clave en la discografía de Redd Kross, esa es Neurotica (1987) por su influjo sobre Nirvana, Mudhoney y demás formaciones del grunge estadounidense. “Todos nuestros teloneros cuando lo presentamos de gira por el noroeste del país se convirtieron luego en las superestrellas del movimiento”, dicen. Incluso el cofundador en Seattle de Sub Pop, discográfica matriz del grunge, aseguraba que ese álbum le había cambiado la vida. “Será que quizá llegamos demasiado pronto”, concluye McDonald.

Redd Kross actúan los días 15 y 21 de enero en la sala El Sol, a las 22.30.

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