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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Europa hoy: ¿renacimiento o suicidio?

Europa se mueve en la encrucijada de un superávit comercial exterior colosal y la pobreza y desempleo enorme

Nova Esquerra Catalana presentó públicamente su propuesta económica el pasado mes de diciembre con el título de este artículo, deseando llamar la atención respecto a la encrucijada europea actual: por un lado, con un superávit comercial exterior colosal, y, por el otro, con una pobreza y un desempleo enorme y un continente partido en deudores y acreedores.

Para algunos, el colosal superávit comercial exterior europeo, y la exportación de capitales subsiguiente —dado que todo superávit aquí supone la financiación del déficit simétrico allí donde se produzca—, es una muestra del éxito de la austeridad, primero germánica y después impuesta a toda la eurozona. Un éxito que además permite que Europa reaparezca o “renazca” en el escenario geoestratégico mundial.

Para muchos otros, ese superávit es consecuencia directa y triste compensación de la caída de la demanda interna europea, derivada de los recortes salariales directos y de los indirectos vía menor gasto público. Una triste compensación en la medida en que ha condenado al hambre no metafórica y a la penuria a millones de ciudadanos.

Además, en el vano renacimiento que algunos quieren ver hay enormes riesgos de suicidio. El primero, el de abrir una guerra económica con los otros dos gigantes mundiales, EE UU y China, que no ven con buenos ojos una austeridad europea que exporta contracción a todo el mundo y un superávit que ni que sea indirectamente fuerza sus déficits.

De momento, el tipo de cambio dólar / euro ya ha comenzado a responder al envite y ha puesto el euro a un precio que no ayuda en nada a nuestras exportaciones. Y en cuanto a China, que hasta hace bien poco hacía como hace hoy Europa, es decir, que mantenía en la pobreza a millones de sus ciudadanos, para mantener un inmenso superávit exterior, ha reconocido el error de su modelo y ha establecido los mecanismos para crecer basándose en su demanda interna. Como muestra, su superávit exterior ha pasado de un 10% del PIB en 2007 a un 3% en 2012.

El segundo gran riesgo europeo, el de su ruptura a causa de la diferente lectura que se hace de dos elementos que son las dos caras de una misma moneda: la deuda y el crédito
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¿Pero mantendrá esta dinámica si Europa establece la contraria? No por casualidad, Keynes había previsto que el Fondo Monetario Internacional resolviera los desequilibrios exteriores de los diferentes países penalizando a los superávits el doble que a los déficits. No porque aquellos sean peores que estos, ya que en todo caso es peor la pérdida de soberanía que sigue a todo déficit exterior recurrente, sino porque es más fácil reducir un superávit que un déficit, del mismo modo que es más fácil reducir el crédito que la deuda.

Y de ahí el segundo gran riesgo europeo, el de su ruptura a causa de la diferente lectura que se hace de dos elementos que son las dos caras de una misma moneda: la deuda y el crédito. Porque no hay una sin el otro y porque además el crédito va siempre por delante y es el generador necesario de toda deuda. Por eso es injusto cargar todo el peso del ajuste al deudor. Y además de injusto, ineficiente; dado que eso no puede sino agravar la situación y aumentar la deuda, como podemos comprobar con una deuda pública española pasando del 35% previo a la crisis al actual 100% del PIB.

Ante esta situación, la propuesta de Nova Esquerra Catalana, tan europeísta como catalanista, supone avanzar firmemente en la construcción federal europea siguiendo el ejemplo de los mejores precedentes; por ejemplo, el de EE UU, donde una Virginia próspera ofreció a los otros 12 Estados endeudados cancelar deudas y créditos como base sobre la que asentar el Gobierno federal de la Unión.

Por tanto, resolver la partición deudas / créditos y al mismo tiempo crear un verdadero gobierno federal europeo, con fondos propios suficientes para garantizar un sistema de bienestar único dentro de la Unión Europea. Y un gobierno federal con el más estricto cumplimiento del principio de subsidiariedad, según el cual todas las cosas deben hacerse al nivel más próximo al ciudadano que mejor pueda hacerlo.

En definitiva, un gobierno federal europeo con una descentralización efectiva que deje en manos de los Estados federados la plena capacidad para garantizar el bienestar de sus ciudadanos. De ahí la incardinación catalana-europea de Nova Esquerra Catalana y su defensa firme de la Cataluña Estado dentro de una nueva Europa en proceso de construcción.

¿Un sueño quimérico? La Unión Europea nació del drama de la segunda gran guerra y para evitar una tercera. Y ha avanzado a golpe de crisis y de una ilusión compartida. En cuanto a la crisis, la salida de la actual es en falso y pide una de verdad. En cuanto a la necesaria ilusión, un nuevo plan Marshall europeo, internamente financiado con los capitales que hoy en día exporta Europa, es decir, un nuevo New Deal como el que sacó al mundo de la depresión de 1929, pero esta vez evitando la guerra que hubo poco después, seguro que despertará esa ilusión europeísta que hoy nos falta.

Jordi Angusto es economista.

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