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Sucesos

Nochevieja caótica en Pasaia por una bengala

Más de 40 familias fueron desalojadas en Año Nuevo por un incendio que no ocasionó heridos, pero que ha dejado inservible un inmueble completo

El País
Edificio de Pasaia calcinado por el efecto de una bengala
Edificio de Pasaia calcinado por el efecto de una bengalaJUAN HERRERO (EFE)

“¿Cómo voy a estar? Estoy desesperado. Tengo una hipoteca de muchos ceros y ahora debo pedir ayudas sociales. Estoy desesperado”, se lamentaba ayer un afectado del número 5 de la avenida de Euskadi, en Pasaia (Gipuzkoa). Los fuegos artificiales van a traerle un especial mal recuerdo a él y a más de 40 familias de ese municipio costero. Una bengala pirotécnica o marina, que minutos antes del incendio impactó en el tejado de su bloque de viviendas, obligó a desalojarlas poco después de las 12 campanadas de medianoche, en medio de un incendio desbocado que calcinó prácticamente un edificio de dos portales, dejó en muy mal estado otro contiguo y afectó a otros dos más.

 “Era como una broma de mal gusto. La gente en pijama saliendo de sus casas, asumiendo que perdían gran parte de sus pertenencias justo después de darle la bienvenida al año 2014”, describió ayer un miembro de la DYA, que después ayudo a recolocar a varias familias en los locales de la tenencia de Alcaldía de Trintxerpe. Pasaia tiene cuatro distritos con concejales específicos y locales, debido a la dispersión de sus barrios: San Juan, San Pedro, Antxo y Trintxerpe.

El fuego se extendió rápidamente por los tejados de madera y aunque en un primer momento se procedió a desalojar cinco portales —los números 5, 7, 9, 11 y 13—, los vecinos de los dos últimos pudieron regresar a sus casas pasadas las cinco de la madrugada. El resto fueron acogidos por familiares y amigos. “Tenía que ser una bengala marina”, precisa la policía vasca, para tener esa capacidad destructiva. Aunque quizás, después de días de fuerte viento, podrían estar las tejas movidas y haber prendido en cualquier punto, aventura esa fuente.

Una veintena de vecinos tuvieron peor suerte, al verse obligados a hacer noche en el albergue que DYA Gipuzkoa había improvisado en los locales de la Tenencia. Entre ellos, muchas personas mayores. “Pasaron de la celebración al sufrimiento en minutos. Les hemos ayudado y consolado como podíamos, pero ¿cómo frenas sus lágrimas?”, se preguntaba durante la tarde de ayer un miembro de DYA.

El arquitecto municipal y los técnicos municipales barajan como una posibilidad tener que derruir el edificio del número 5 y salvar los demás, pero no está claro. Durante la mañana de hoy, los máximos representantes del Ayuntamiento volverán a reunirse con los afectados para ver cómo solucionar cada uno de sus problemas personales.

Durante más de cinco horas, varias dotaciones de bomberos trabajaron para controlar las llamas, mientras cientos de personas se agolpaban en la calle. Un miembro del cuerpo de bomberos se quejó de la escasa presión del agua, que pudo ralentizar las labores de extinción del siniestro.

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