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Creatividad tecnológica para el SonarKids navideño

El CosmoCaixa acoge tres actividades del festival enfocadas a la experimentación colectiva

CosmoCaixa suma a sus actividades navideñas las propuestas de ocio familiar de SonarKids.
CosmoCaixa suma a sus actividades navideñas las propuestas de ocio familiar de SonarKids.GIACOMO LOMBARDI

Robots luminosos que bailan street dance, verduras que emiten sonidos y orquestas de ordenadores: por segundo año el Museo de la Ciencia CosmoCaixa de Barcelona suma a sus actividades navideñas las propuestas de ocio familiar de SonarKids: durante tres días –hasta el 23 de diciembre- el festival enfocado a la música electrónica programa en el espacio del museo tres actividades lúdicas dirigidas a “potenciar la creatividad de los niños a través de las nuevas tecnologías”, destaca Enric Palau, coordinador del evento.

Su colega Astrid Rousse considera que “en las escuelas no se experimenta bastante con la música: la formación es clásica y se centra siempre en los mismos instrumentos como la flauta, la guitarra o el piano.” Por eso SonarKids quiere “llenar el hueco presente a nivel educacional acercando los niños a un tipo de música y artistas afines a las nuevas tendencias”, añade Rousse.

La compañía de “danza en la calle” Brodas Bros amplía los estímulos visuales y sensoriales de los pequeños con la actuación de dos androides cuyas partes del cuerpo se iluminan de diferentes colores al ritmo de música electrónica y el hip hop. El espectáculo se estrenará a las 13 y a las 18 horas cada día, mientras que a las 12 y a las 17 tendrá lugar el taller de composición musical encabezado por el músico Guillamino, que incita a niños y adolescentes a llevar sus instrumentos –desde guitarras de juguetes a armónicas o triángulos- para crear en tiempo real composiciones de música electrónica con la ayuda de un set de ordenadores y un teléfono móvil.

El último espectáculo propuesto por SonarKids –que se repetirá siete veces a partir de las 11 de la mañana- pretende convertirse en una experiencia que combina música y arte plástico: la Barcelona Laptop Orchestra organiza talleres interactivos con tecnologías digitales para estimular la actividad psicomotriz de los niños: un piano dibujado sobre papel se vuelve un verdadero instrumento polifónico a través de cámaras que reconocen el movimiento, las verduras se convierten en emisoras de sonidos a través de unos cables que las conectan al ordenador y sobre un tocadiscos se pueden “pintar ritmos”.

Concebidas para una franja de edad entre los cuatro y los 14 años, las entradas de cada espectáculo valen cuatro euros, e incluyen la visita al museo. Pero este año el aforo está limitado a poco más de 300 personas diarias, la mayoría “padres electrónicos que no renuncian a lo que le gusta pero se adaptan a las necesidades de sus hijos”, señala Rousse.

Por su parte, el Museo presenta hasta el 5 de enero dos actividades al precio de 2 euros: el taller Papirociencia, que investiga de forma creativa la relación entre el arte de la papiroflexia y la matemática, y a partir del 27 de diciembre el espectáculo teatral Sueños del Mediterráneo, de la compañía Ytuquepintas, que complementa la nueva exposición del museo dedicada al mar: acompañado por las notas clásicas del teclista Roc Sala Coll, el ilustrador Borja González transforma manchadas de arena desparramadas sobre un vidrio en espléndidos dibujos que se proyectan en una pantalla.

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