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Las protestas persiguen al PP

Los empleados del bus de Alicante increparon a Fabra e intentaron interrumpir el pleno

Una protesta espera a Fabra en el CDT de Alicante
Una protesta espera a Fabra en el CDT de AlicantePEPE OLIVARES

El PP empieza a tener un problema para organizar sus actos públicos. Las protestas sociales persiguen a los dirigentes populares que esquivan la calle, se refugian en el coche oficial y se blindan con un amplio despliegue policial.

Los trabajadores de los autobuses de Alicante, que iniciaron ayer una huelga de ocho días contra el ERE y el recorte del servicio, recibieron al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, al grito de “Fabra dimisión” y “menos chorizos y más autobús”.

El presidente llegó al Centro de Desarrollo Turístico (CDT) de Alicante, arropado por sus nuevas responsables de comunicación Lola Johnson y Maite Fernández, para brindar por los periodistas por las fiestas navideñas. Pero el férreo dispositivo policial impidió que la protesta alcanzara al presidente.

Horas antes, mientras el Ayuntamiento de Alicante debatía los presupuestos para el próximo año, un centenar de trabajadores de La Alcoyana y de Masatusa accedieron al vestíbulo del Consistorio al grito de “no al ERE”. La Policía Nacional y Local les impidió entrar, y los trabajadores trasladaron su protesta a la puerta de la Diputación de Alicante.

Protesta del TAM en el Ayuntamiento de Alicante.
Protesta del TAM en el Ayuntamiento de Alicante.

La huelga en el servicio de autobuses urbanos e interurbanos de Alicante provocó que el tráfico rodado, sobre todo en horas puntas coincidiendo con la entrada y salida de los colegios aumentara en un 10%, según estimaciones del Centro de Control de Tráfico del Ayuntamiento. En la calle, los usuarios del bus, desorientados y desesperados, mostraban su indignación. “Llevamos media hora esperando y no sabemos cuándo pasará nuestro bus”, se quejaba un vecino de la playa de San Juan. El primer día de huelga se saldó sin grandes atascos. Solo hubo retenciones por la tarde en la Avenida de Dénia, Padre Esplá y accesos a centros comerciales como el Plaza Mar.

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Los comités de empresa de La Alcoyana y Masatusa, concesionarias del servicio de autobuses de Alicante y su área metropolitana (TAM), cifraron en un 100% el seguimiento del paro por parte de la plantilla, a excepción de los trabajadores que cumplen con los servicios mínimos establecidos. En concreto, sólo operarán el 40% de los autobuses en las horas punta y el 30% en el resto de la jornada.

La huelga continuaría los días 18, 19, 20, 23, 24, 26 y 27 de diciembre. El delegado de CC OO, Gil Grimaldos, denunció el exceso de celo policial durante los incidentes registrados en las cocheras de los autobuses durante el inicio de la jornada. “Los trabajadores se quedaron asombrados cuando efectivos de la Policía Nacional comenzaron a llegar portando cascos y escudos”, dijo Grimaldos. “Somos trabajadores, no delincuentes, y entendemos que eso fue una provocación”.

La huelga del bus indignó a usuarios y provocó un 10% más de tráfico

La movilización laboral afecta a unos 400.000 usuarios, de acuerdo con las estimaciones de los comités de empresa, y podría suponer un perjuicio al sector del comercio, ya que se desarrollara en plena campaña de compras de Navidad. Fuentes sindicales recordaron que el Grupo Vectalia, en el que se integran Masatusa y La Alcoyana, mantiene el expediente de regulación de empleo (ERE) que afectaría a 65 conductores de una plantilla actual de 140.

La dirección general del Grupo Vectalia celebró el lunes una reunión con el director general de Transportes de la Consejería de Infraestructuras, para en teoría se debía fijar un futuro sistema tarifario del servicio de autobuses y la forma de pago de la deuda que mantiene el Consell con la empresa, que son 5,3 millones. Pero no se concretó nada y se emplazó a una reunión el jueves. “Los servicios mínimos de esta huelga será lo que tendremos a partir de enero, con recortes presupuestarios no habrá otra solución que aumentar frecuencias y subir tarifas”, denunció Grimaldos.

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