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Reparto de comida en protesta contra el Ayuntamiento de Córdoba

Varios colectivos sociales reivindican el uso de un colegio abandonado

Miembros de la Acampada Dignidad reparten comida, este martes en Córdoba.
Miembros de la Acampada Dignidad reparten comida, este martes en Córdoba.j. m. vacas

El 4 de octubre, al término de una manifestación en Córdoba contra el recorte de las pensiones, un grupo de activistas sociales cruzaron el Puente Romano hacia el sur y entraron en un viejo colegio público abandonado desde hace dos años. El centro, pegado a la torre de la Calahorra, se llama Rey Heredia y desde esa noche acoge a la autodenominada Acampada Dignidad, que ha convertido el inmueble en un centro social para una miríada de colectivos vecinales. El Ayuntamiento de Córdoba, gobernado por el PP, presentó la semana pasada una denuncia por usurpación contra ocho activistas que han sido citados a declarar el mes que viene. También ha pedido el desalojo de los activistas del inmueble ocupado. El magistrado del Juzgado de Instrucción 4 que lleva el caso todavía no se ha pronunciado al respecto.

El colectivo organiza un comedor social así como talleres y clases de apoyo para los niños

Este martes, los activistas han tratado de leer un manifiesto en el pleno del Consistorio, pero no les han dejado, alegando un problema administrativo. Como protesta, los miembros de la acampada han repartido comida en las inmediaciones del Ayuntamiento, hasta que han sido desalojados por la Policía Local. “Queríamos explicarles los trabajos que se están realizando en el Centro Social Rey Heredia para confrontar nuestras opiniones con las declaraciones del alcalde y de los concejales”, explica Rafael Juan, portavoz de la Acampada Dignidad. Dentro de los muros de Rey Heredia se desarrollan todo tipo de actividades, incluyendo un comedor al que cada día acuden un centenar de personas sin recursos y del que dependen varias familias con hijos que se llevan de allí la comida. “Hemos tenido que habilitar una sala nueva porque no nos cabe la comida de la cantidad de apoyos que estamos recibiendo, especialmente de los comerciantes del barrio”, destaca Rafael Juan.

Además, se dan clases de apoyo educativas a más de 60 niños —incluyendo merienda— y varios profesores universitarios imparten talleres y seminarios. “Solo en noviembre hemos desarrollado más de 150 actividades y hemos puesto en marcha una emisora comunitaria, la Radio Dignidad”, relata el portavoz. La Acampada Dignidad niega que ninguna de las acciones que emprende dentro del inmueble sean negativas para el mismo ni para los vecinos y reivindican su uso legal para el futuro.

La protesta de esta mañana ha durado solo unos minutos. Un fuerte contingente de la Policía Local y Nacional ha presionado al medio centenar de manifestantes —que ya estaban repartiendo platos de cocido al grito de: “Queremos trabajo, no comida”— para que disolviera la concentración. Entre gritos y algún empujón, los activistas han levantado la cocina improvisada y se han dirigido a la céntrica plaza de las Tendillas, donde han seguido la protesta.

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