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“El nacionalismo ya está agotado políticamente. No tiene sentido”

“Los catalanes no han escarmentado del caso vasco con el ‘plan Ibarretxe”

Javier Rivas
Javier de Andrés, diputado general de Álava.
Javier de Andrés, diputado general de Álava.l. rico (EL PAÍS)

Reconoce el diputado general de Álava, Javier de Andrés (Vitoría, 1967), del PP, que el acuerdo presupuestario que selló la semana pasada con el PNV le da tranquilidad hasta el final de la legislatura.

 Pregunta. Ha pactado tanto con el PSE como con el PNV. ¿Con quién se siente más cómodo?

Respuesta. Primero acordamos un pacto político con el PSE, no solo para mi nombramiento como diputado general, sino también para el presupuesto de 2012. En 2013, ya alcanzamos acuerdos importantes con el PNV y ahora cerramos el presupuestario. Ambos pactos han ido bien. Veremos cómo se desarrolla este en 2014.

P. Se mostró muy reticente con el acuerdo fiscal al que llegó su partido con PNV y PSE y luego lo ha considerado incumplido.

“Me siento humillado cuando veo en mi tierra recibimientos asesinos múltiples”

R. Quisimos influir en ese pacto, que creíamos que no era bueno, e incorporamos una serie de medidas positivas, sobre todo en el Impuesto de Sociedades. Tanto PSE como PNV jugaron con una iniciativa de Bildu que nos pareció improcedente y lo dijimos.

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P. ¿Ha jugado a verso suelto de su partido en este pacto?

R. En modo alguno. Hablé con Arantza Quiroga para anunciarle la presentación de nuestro proyecto de norma a finales de agosto. Fue una decisión conjunta. Y también fue acordada la decisión sobre el pacto con el PSE y el PNV.

P. Al final, elevará la presión fiscal.

R. Menos que si no hubiéramos intervenido.

P. ¿El PP debe estar en la ponencia del nuevo estatus?

R. Me gustaría estar informado de qué se quiere para el País Vasco. No creemos que, a priori, se pueda abrir con carácter general una modificación estatutaria y de la relación entre el País Vasco y España. Obviamente, nos interesa mucho y no podemos estar al margen. Y sería inútil hacer nada si no estuviera el PP ahí.

P. ¿Hacia dónde va el PNV?

R. No lo sé. Posiblemente ellos tampoco lo sepan. Lo que sí veo es que los proyectos nacionalistas ya están agotados políticamente en Europa. No tienen sentido. Estamos en un momento de superación de nuestros límites territoriales clásicos, en una ampliación de ámbitos en todo el mundo. Los fenómenos nacionalistas que quieren resolver los problemas mediante el retorno a los modelos del siglo XIX o el XVIII están agotados. ¿El PNV se ha dado cuenta? No lo sé. Iremos viendo.

P. ¿Es posible un acuerdo para la reforma estatutaria?

R. Si hay conciencia de que lo que tenemos que hacer es superar diferencias y eliminar barreras, sería posible un acuerdo. No sé si los nacionalistas están por ahí o quieren establecer nuevas dificultades. Ahí está la gran diferencia entre el nacionalismo y quienes estamos en proyectos que superen esos modelos reaccionarios del siglo XIX que están cayendo en todo el mundo.

P. El debate que quiere poner el PNV sobre la mesa es el de más soberanía y una consulta en 2015.

R. Será un juego que hace con Bildu y parte de su electorado, no con una sociedad moderna. El partido que quiera ahora persuadir a una sociedad moderna debe ir en el sentido contrario a más soberanías y más aislamiento. Tenemos que abrirnos al mundo.

P. Al PP se le nota incómodo en los debates sobre autogobierno y paz.

R. Eso es una aseveración, no una pregunta.

P. ¿El PP está incómodo ahí?

R. Creo que no. Lo que no queremos es abrir un debate improductivo, porque hemos vivido la experiencia del plan Ibarretxe y estamos viendo el desastre que están organizando los nacionalistas en Cataluña. Es muy contraproducente. Debemos ir por donde va el mundo, que no va por donde proponen los nacionalistas, y debería haber un entendimiento previo. Si no, hacer apuestas por mayorías exiguas y fórmulas de ese tipo es algo desastroso y no nos lo podemos permitir.

P. ¿La apuesta soberanista catalana, ya con fecha de consulta, puede tener una influencia creciente en Euskadi?

R. Lo que está viviendo Cataluña ahora lo hemos vivido ya aquí con el plan Ibarretxe. Los catalanes no escarmentaron del caso vasco. No sé si vamos a tener tan poca memoria de no escarmentar de nuestro propio caso y tampoco atender a lo que está sucediendo en Cataluña.

P. Ya hasta algunos obispos plantean que el Gobierno debería hablar con ETA.

R. Es que ha habido obispos que han alentado la negociación política con ETA. El avance es que parece que ya no hablan de negociación política. Los obispos no han sido precisamente un modelo ni un ejemplo en este país de rechazo al terrorismo.

P. ¿No sería inteligente cambiar la política penitenciaria, aunque solo fuera para restar argumentos a la izquierda abertzale?

R. La izquierda abertzale no tiene ningún argumento, con lo cual no hay que restárselos. Hay unos asesinos que tienen que cumplir sus penas. Esa es la situación en que estamos.

P. Dijo que quienes debían recibir a los etarras excarcelados son los antidisturbios de la Ertzaintza. ¿Es otra muestra del endurecimiento del discurso que abandera el Gobierno central?

R. No. Es algo que la sociedad agradecería. Me siento humillado cuando veo que en mi tierra se hacen recibimientos a asesinos múltiples. Me parece que sería muy bueno que la policía no lo permitiera. Lo duro es tener que soportar homenajes a esos personajes. Reclamar que la policía lo impida es algo sensato, razonable y que está dentro de las obligaciones que tiene la policía.

P. ¿Seguridad ha levantado el acelerador de la tolerancia cero?

R. Una vez más, desde el PNV se tiene más miedo a molestar a la izquierda abertzale que a actuar defendiendo el respeto a los derechos humanos. La Ertzaintza y su dirección desde el nacionalismo ha sido muy laxa con ese mundo y ahora lo vuelve a ser, porque vuelve a tener esa responsabilidad de Gobierno. Durante cuatro años no la tuvo y las cosas fueron distintas, pero ahora lo que hace la Ertzaintza es lo que había hecho siempre. ¿Por qué nos vamos a sorprender de que ahora no impida un homenaje a un asesino múltiple? Esa es la trayectoria de la política nacionalista con la Ertzaintza.

P. ¿La Ertzaintza no hace lo que la Guardia Civil sí haría y mejor?

R. Quien lo haría bien sería el PP dirigiendo la consejería de Interior. Sería mucho más riguroso y no permitiría todo el historial de órdenes políticas de la consejería de ser tolerante con acciones de la kale borroka o de otra índole.

P. ¿Cómo es su relación con Martin Garitano?

R. Educada. Tenemos poco en común.

P. Está creciendo la recaudación. ¿Le dará alguna buena noticia a los alaveses en 2014?

R. Ojalá, no lo sé. Hemos hecho el trabajo para poder hacerlo y tomado decisiones impopulares. Hubiera sido más cómodo hacer políticas distintas, pero hemos actuado con la convicción de que era lo necesario para poder estabilizar la situación y espero que un futuro próximo también anunciar una recuperación, sobre todo en empleo.

P. La oposición coincide en criticar la parálisis de Álava en esta legislatura.

R. En dos años hemos tomado tantas decisiones como probablemente no se hayan tomado en los últimos 15. Hemos debido adecuar la capacidad de la Diputación a su dimensión real. En vez de tomar las decisiones que a todo el mundo le gustarían, hemos debido tomar decisiones de renuncia y priorización. Alguien puede pensar que eso es no hacer nada. Yo pienso que es hacer muchísimo.

P. ¿Pagará el PP en las europeas dos años de recortes?

R. Puede pasar que, si la gente no percibe un cambio de tendencia, acabe expresándose sin compromisos con los partidos tradicionales, no solo el PP. Dentro de nuestro electorado, la gente es muy consciente del trabajo que estamos haciendo y ahora se empiezan a entender muchas decisiones muy impopulares que se tomaron hace más de un año, como la reforma laboral.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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