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¿Y ahora qué?

Tras el fiasco olímpico, el PP pierde su última apuesta para Madrid El fracaso de Eurovegas, un ‘capricho’ de Esperanza Aguirre, deja al Gobierno regional sin escudo ante los recortes presupuestarios y el conflicto de la privatización sanitaria

Salvador Victoria, Ignacio González y David Pérez (de izquierda a derecha), en los terrenos de Alcorcón donde se iba a ubicar Eurovegas.
Salvador Victoria, Ignacio González y David Pérez (de izquierda a derecha), en los terrenos de Alcorcón donde se iba a ubicar Eurovegas.CLAUDIO ÁLVAREZ

Apenas tres meses después de la decepción olímpica de Madrid 2020, la inversión de 17.000 millones de euros que se le presuponía a Eurovegas, un espejismo de proporciones colosales que convertiría a Alcorcón en la capital europea del juego y en un pabellón internacional de las convenciones de negocios, se desvaneció dejando a la región sin más castillos en el aire a los que aferrarse. Si Ana Botella (PP) acusó el coste político por la decisión del Comité Olímpico Internacional del pasado 7 de septiembre, que encumbró a Tokio y relegó a Madrid a la última casilla, el turno de encajar el golpe le ha llegado ahora a Ignacio González (PP).

No será el primer sapo que se trague en sus 15 meses como presidente de la Comunidad, tras la espantada de Esperanza Aguirre en septiembre de 2012. Al fiasco que la apuesta del magnate estadounidense Sheldon Adelson por Asia —y de Aguirre por Adelson— supone para el Gobierno regional se suman un sinfín de reveses que González, lugarteniente de Aguirre durante sus nueve años en la Puerta del Sol, ha heredado de su predecesora y aún presidenta del PP de Madrid. Agotados los ases en la manga, se impone la gestión mundana. Un escenario especialmente complejo para González, que se estrenó en el cargo recortando de una sentada 2.700 millones para 2013, en los que fueron los presupuestos regionales más austeros en una década.

Rajoy: “A ver cómo se hace y a ver cómo molesta”

  • Esperanza Aguirre: "Si hay que hacer cualesquiera modificaciones, legislativas, reglamentarias o del tipo que sean, se harán, dentro de mis principios". (Noviembre 2011)
  • Miguel Sebastián: "Animé a Adelson a invertir y lo volvería a hacer. Tiene un proyecto espectacular". (Septiembre 2012)
  • Artur Mas: "Nos interesa. Es una inversión impresionante". (Febrero 2012). "Aquí tendrá que haber alguna legislación específica". (Junio 2012)
  • Mariano Rajoy: "La Comunidad de Madrid quiere hacerlo, el Gobierno no lo ve mal. Son muchísimos puestos de trabajo. Todavía hay que darle una vuelta, ver cómo se hace y ver cómo molesta y crea menos problemas a los ciudadanos". (Noviembre 2013)
  • Elena Valenciano: "En principio, no es necesario ni una buena idea modificar la ley, pero es verdad que el país necesita inversión". (Abril 2012)
  • Ignacio González: "Son necesarias modificaciones a medida para un proyecto tan singular". (Septiembre 2012)
  • Las Vegas Sands: "En enero tendremos más información sobre qué leyes son las que se van a aprobar a nuestro favor". (Septiembre 2012)
  • David Pérez: "Hay muchas contradicciones y cinismo. Eurovegas no será Sodoma y Gomorra". (Febrero 2013)

A ese tajo monumental hay que añadir los encontronazos con el Ejecutivo de Mariano Rajoy para relajar la ley antitabaco, según reclamaba Las Vegas Sands, y para revisar el sistema de financiación autonómica. Un pulso que, por el momento, ha ganado el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que también impuso a González el objetivo de déficit asimétrico. La esperanza de Madrid es que el modelo de financiación se revise en verano de 2014 con carácter retroactivo.

A falta de año y medio para las elecciones autonómicas y sin conejos en la chistera a los que aferrarse, González no conoce ni siquiera si será el candidato elegido por Rajoy para optar a gobernar la Comunidad. Y todavía le queda un conflicto dormido por resolver: la privatización de la gestión de seis hospitales de la red pública, paralizada por la justicia desde septiembre. A la espera de que se resuelva el gran frente abierto que a la Comunidad le queda pendiente, lo que está claro es que las consecuencias de lo que decida la justicia afectarán, de forma puede que decisiva, a González.

Eurovegas es la prueba. Pese a que el más escéptico con el proyecto en el equipo de Aguirre, desde que supo de él por primera vez en 2007 —en unas negociaciones apadrinadas por Miguel Sebastián, ministro del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero— y de sus cifras megalómanas, fuera el actual presidente autonómico.

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En el PP matizan que, cuando Aguirre dice que Adelson “se encaprichó” de Madrid, en realidad era ella “la que estaba encaprichada” con el proyecto. Su relación con el magnate de los casinos —especialmente cordial, ahí están las invitaciones a Guadalajara o a almorzar en el palacete que Aguirre posee en el centro de Madrid- y uno de los principales benefactores del Partido Republicano de EE UU, en una sintonía ideológica parecida, no encontró la misma calidez en González.

El propio Adelson, tras el relevo de Aguirre en septiembre de 2012, se reunió con el nuevo presidente al poco de su nombramiento para testarle y comprobar que sus planes coincidían con los de Aguirre. Aunque la conexión personal con González nunca fue la misma y las negociaciones se endurecieron, el multimillonario valoró los incentivos fiscales y otros cambios legales que aprobó González antes de final de año.

Prueba de ello es el comunicado que Las Vegas Sands emitió el jueves, agradeciendo, “en concreto a la Comunidad de Madrid”, que “trabajara de forma continua en esta oportunidad con los intereses de los españoles en mente. Deberían ser elogiados”.

Resueltas las competencias regionales y municipales, quedaba lo más complejo: atender a los cambios a nivel estatal que exigía Adelson, y negociar con la UE para que no pusiera trabas. La Comunidad percibió sin embargo que las negociaciones se habían enquistado. Ni siquiera las tres recepciones con las que Rajoy agasajó a Adelson en La Moncloa parecieron desatascar la situación. Adelson se ofuscó especialmente a raíz de las promesas de Rajoy la pasada primavera, cuando el presidente le aseguró que cumpliría con todas sus peticiones, según fuentes regionales. En septiembre seguían sin solucionarse, lo que derivó en una bronca mayúscula de los Gobiernos de Rajoy y de González, y por ende entre la dirección nacional de Génova y el PP de Madrid. A la gresca, la Comunidad reclamó con urgencia a Rajoy que se resolviese el marco legal que requería Eurovegas.

Las nuevas peticiones de la multinacional de Las Vegas hace dos semanas lo hicieron innecesario, pues sentenciaron definitivamente el proyecto. Las exigencias, especialmente “radicales”, dejaron a Rajoy y González sin margen de maniobra. La principal de ellas, asegurar que ni los posibles cambios en la legislación comunitaria ni que un cambio de partido en el Gobierno regional y/o estatal tumbasen el proyecto.

Las constantes advertencias del PSOE e IU de que en caso de gobernar revertirían el proceso inquietaron al presidente de Las Vegas Sands (que posee además el 52% de las acciones de la empresa).

En una petición “innegociable” para Adelson e “imposible” de cumplir, según la calificó González, el empresario reclamaba revertir toda la inversión que realizara, más las pérdidas que se podrían generarse, en caso de que un cambio normativo obstaculizara el proyecto. Ya puestos, también exigía indemnizaciones.

Y así finalizó la partida de póquer con Eurovegas como premio. Cumpliendo el augurio que el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, pronunció el pasado julio: “Tenemos la información de que Eurovegas se ha caído”. Hasta qué punto las negociaciones fueron o no un farol, solo lo sabe Adelson.

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