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Ifema rompe el contrato con Arturo

El grupo ha perdido 2,5 millones con las cafeterías en tres años El presidente de la CEIM debe 1,27 millones a los recintos feriales

Esther Sánchez
Arturo Fernández, en un acto en la Comunidad de Madrid.
Arturo Fernández, en un acto en la Comunidad de Madrid.JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)

La Institución Ferial de Madrid (Ifema) ha rescindido el contrato con el empresario Arturo Fernández —presidente de la CEIM y de la Cámara de Comercio— de explotación de los bares, cafeterías y restaurantes de los recintos. El hostelero, que tenía una deuda con Ifema de 1,27 millones a final de 2012, dejará la institución el próximo 31 de diciembre. Será sustituido por el adjudicatario que consiga hacerse con el nuevo concurso convocado por la Feria de Madrid.

Han sido tres años de relación comercial —desde enero de 2011—, en la que Fernández no había abonado el canon anual al que estaba obligado, según un informe de la Cámara de Cuentas. Los auditores advertían de que el contrato debería ser resuelto, porque no se cumplía lo dispuesto en las bases del concurso al no hacer frente ni al pago de la renta ni a las inversiones de 928.000 euros a las que le obligaba la concesión. No obstante, Fernández continúa en la organización ferial como miembro del comité ejecutivo.

El empresario dice que deja vajilla y mobiliario por valor de 1,4 millones

La Feria de Madrid ha convocado un nuevo concurso público el pasado 25 de noviembre, que está abierto hasta el 9 de diciembre. Quien lo gane se hará cargo, a partir del 1 de enero de 2014 y durante cinco años, del servicio de gestión y explotación de las cafeterías, restaurantes y autoservicios que existen en el recinto.

Actividad auditada

La Cámara de Cuentas auditó la actividad de la Institución Ferial de Madrid. Además de advertir sobre la deuda de Arturo Fernández, destacó otras actuaciones dudosas.

Donación a la Iglesia: La Feria de Madrid donó al arzobispado de Madrid 540.213 euros, durante la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), organizadas con motivo de la visita del Papa en agosto de 2011. Los auditores explican que se cedieron de forma gratuita los pabellones para alojar a los voluntarios. Los costes de la apertura y el IVA los pagó el arzobispado. El negocio de Ifema es cobrar por su espacio a los expositores.

Compra de arte: A final de 2011, Ifema tenía un saldo de 660.698 euros en obras de arte. "Por su especial naturaleza, este tipo de bienes no se amortiza", advierte el informe. El incremento con respecto al ejercicio anterior en esta partida se debe a la compra de obras a la Feria Arco y a la Fundación Actilibre, que canceló así una deuda con los recintos.

Un plato goloso que se le atragantó al grupo Arturo Cantoblanco, con 112 establecimientos y 2.000 empleados, y que está ultimando la venta del 51% de su capital. Estos nuevos socios han exigido a Fernández, según declaró ayer, deshacerse de los negocios con problemas, como es el caso de la concesión de Ifema. "Deseo mucha suerte al que venga, nosotros no hemos podido sacarlo adelante", manifestó Fernández. El grupo hostelero debía pagar un canon a Ifema por el arrendamiento del espacio del 14% sobre las ventas brutas que sobrepasaran los 10 primeros millones.

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En estos años de relación con el Ifema, ha acumulado unas pérdidas de 2,5 millones. “Solo en lo que va de año, un millón”, dice. “El problema”, sostiene el empresario, “es que el cálculo de esta renta se hizo en base a los 10 millones que se facturaron en 2010, cifra que no se alcanzó en los periodos siguientes”. El primer año que el grupo hostelero se encargó de la restauración de Ifema, en 2011, facturaron 8,7 millones; el segundo 8,5 y el tercero 7,9. “Con estos resultados es imposible mantener un negocio en el que tenemos 129 empleados fijos”, puntualiza. Por este motivo, hace seis meses el empresario comunicó a Ifema que abandonaba. Sus 129 trabajadores, no obstante, se incorporarán a la plantilla de la próxima adjudicataria.

El informe de la Cámara de Cuentas explica que desde abril de 2011, Ifema ha reclamado “in fructuosamente la deuda cada mes, primero mediante correo electrónico y luego mediante burofax”. El importe adeudado siguió creciendo, hasta que a final del ejercicio de 2012 alcanzó un importe de 1.277.801 euros, una vez descontado lo que Ifema debe al concesionario por el servicio de comedor y diversos catering. La empresa intentó arreglarlo con la entrega a Ifema en 2013 de pagarés mensuales. Una forma de pago que no estaba prevista en el concurso.

Desde la organización ferial informan de que en la rescisión del contrato con Fernández se ha desarrollado de mutuo acuerdo y que se “están ultimando los últimos flecos”. “Seguramente habrá un saldo a favor de Ifema, y tendremos que ver la forma de abonarlo”, explica Fernández sobre la liquidación. El hostelero deja en los recintos feriales desde vajilla (asegura que está valorada en 1,4 millones) a mobiliario, pasando por alimentos.

Este material pasará al próximo concesionario, que tendrá que abonar a la institución ferial un canon anual variable “no inferior a un 12% sobre las ventas brutas, para los 10 primeros millones”. Dos puntos menos que lo exigido en la anterior concesión. Porcentaje que puede ser mejorado por los licitadores, que, además, tendrán que realizar unas inversiones de 300.000 euros, que Fernández nunca hizo.

Menú bajo control

"Para degustar desde el más sencillo snack hasta el menú más sofisticado, sin necesidad de salir del recinto". Así publicita la Institución Ferial de Madrid (Ifema) —un consorcio creado en 1979 entre la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento, la Cámara de Comercio e Industria y Caja Madrid (ahora Bankia)— sus servicios de restauración, que prestará una nueva empresa mediante concesión administrativa.

A cambio, la adjudicataria debe hacer frente al abono de un canon anual como contraprestación por la explotación de los bares, restaurantes y cafeterías. El negocio parece asegurado ya que el Ifema organiza al año más de 70 ferias y 30 congresos. Algo que no ha sido suficiente para el grupo de Arturo Fernández, lo qie ha provocado la rescisión del contrato.

La nueva empresa que se hará cargo a partir del 1 de enero de 2014 de la hostelería del recinto tiene que tener en cuenta, advierte Ifema, que la actividad en este tipo de negocio “tiene sus épocas altas” (con un lleno completo del recinto), “otras bajas e, incluso, sin ningún tipo de actividad”. La duración media de una feria es de cuatro días, con cinco de montaje y dos de desmontaje.

Las tarifas que aplique el licitador que gane el nuevo concurso deben estar en consonancia con las que se están aplicando en la actualidad y no se pueden modificar durante el primer año de contrato. Y, aunque la institución ferial “no aprueba ni regula los precios el servicio”, comprobará si el adjudicatario está cumpliendo con su propuesta.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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