_
_
_
_
_

Vila de Cruces salva solo una placa franquista del derribo de su consistorio

El símbolo de la dictadura ha sido colocado en otro edificio municipal El PSOE denuncia que el gobierno local incumple la Ley de Memoria Histórica

Placa de exaltación franquista que el gobierno de Vila de Cruces ha colocado en un edificio municipal.
Placa de exaltación franquista que el gobierno de Vila de Cruces ha colocado en un edificio municipal.

Hace dos años el alcalde de Vila de Cruces (Pontevedra), el popular Jesús Otero, ordenó el derribo de la vieja casa consistorial del municipio. Lo hizo sin consultar con la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta, cuyos inspectores llegaron al lugar dos meses tarde solo para admitir que la construcción “parecía tener valores arquitectónicos e históricos”. El gobierno local no quiso conservar el edificio, pero sí salvó de la destrucción una placa de exaltación de Francisco Franco y el resto de generales golpistas que en 1936 iniciaron la Guerra Civil. Ahora la lápida se ha reubicado en otro local municipal incumpliendo así la Ley de Memoria Histórica.

La historia de la placa franquista es la historia del antiguo Ayuntamiento de Carbia. La que hoy es una parroquia cruceña más albergó hasta 1944 la sede del municipio que encargó la placa de homenaje a “los héroes defensores de la nueva España”, encabezados por el “excelentísimo e ilustrísimo generalísimo Francisco Franco”. Cuando la capitalidad municipal se desplazó a Vila de Cruces, la nueva casa consistorial que se levantó allí en los años cuarenta acogió la lápida trasladada desde Carbia.

El secretario general del PSOE local, Javier Castelo, recuerda que en los ochenta su partido consiguió retirar la placa de la pared del consistorio, “pero debió de quedar allí guardada y al derribar el edificio el alcalde la rescató”. Ahora la placa ha vuelto a Carbia y luce en la pared de su local social, de titularidad municipal. Allí está pese a que la Ley de Memoria Histórica insta a las autoridades a tomar “las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar” de 1936.

El PSOE local ha presentado una petición oficial para que la placa sea retirada por segunda vez y destruida, y critica que “si el hecho de tener placas franquistas sin retirar en lugares públicos puede resultar grave, más delito tiene recolocar estas placas que ya fueron retiradas en su día”. Los socialistas recuerdan que el local en el que se ha instalado es sede de un colegio electoral, por lo que podría dar lugar a impugnaciones en futuros comicios. Y lamentan que el alcalde que no se preocupó de conservar el histórico del Ayuntamiento sí se se haya esforzado en rescatar un homenaje franquista ilegal.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_