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Condenado a 19 años el matrimonio que lideraba el clan de Los Gordos

En total son 20 los condenados a penas de entre 19 años y un año y medio de cárcel

La Audiencia de Madrid ha condenado a penas de prisión a 20 miembros del clan de Los Gordos, dedicado desde hace cinco décadas al tráfico de drogas en poblados madrileños, entre ellos el matrimonio que lideraba la banda, Juan José Hernández y Adela Motos, ambos de 42 años, sobre los que ha recaído la mayor condena, de 19 años, y una multa de 800.000 euros por delitos contra la salud pública en condición de jefes de la organización y tenencia ilícita de armas.

En la sentencia de la sección 29 de la Audiencia, contra la que cabe recurso ante el Tribunal Supremo, se condena a estas 20 personas a penas de entre 19 años para cada uno de los patriarcas —17 años y seis meses por un delito de tráfico de drogas y dos años y siete meses más por tenencia ilícita de armas— y un año y medio de cárcel. Al heredero del imperio, Ricardo Hernández Motos, de 26 años y más conocido como El Bola, le han caído 10 años y seis meses de cárcel y a una multa de 650.000 euros.

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Para el tribunal, las pruebas presentadas dejan "muy claro la existencia de una organización destinada al tráfico de drogas", concretamente cocaína y heroína, una red que era "estable" en el tiempo y que disponía "de infraestructura suficiente, inmuebles de seguridad reforzada, vehículos, móviles y objetos para la manipulación de la sustancia para su dosificación".

Dentro de la organización, Juan José ejercía la "autoridad indiscutida en condiciones normales y, sobre todo, cuando las cosas se ponen mal para el grupo", liderazgo que compartía con su mujer Adela, lo que queda probado, según la sentencia, gracias a conversaciones telefónicas donde ambos daban órdenes a otros miembros. Ambos conforman la tercera o cuarta generación del conocido clan, parte de cuyos miembros han sido detenidos en numerosas ocasiones por delitos similares. Por primera vez, se les imputaba el delito de crimen organizado.

La familia ha pasado por los principales puntos de venta de droga que ha habido en Madrid en las últimas décadas, como el poblado de la Alegría, en Entrevías; La Celsa y Las Barranquillas, hasta que terminó asentándose en la Valdemingómez, en la Cañada Real Galiana, donde se detuvo al matrimonio.

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En el juicio, los patriarcas alegaron que les había tocado la lotería en 2003 para justificar los 35.000 euros que se hallaron en su casa situada en el Pozo del Tío Raimundo, así como las joyas de oro valoradas en 12.000 euros. En total, fueron incautados 85.000 euros en efectivo, ocho kilos de joyas con un valor de 240.000 euros, una granada de fragmentación, tres armas de fuego, cuatro vehículos y diversa cantidad de cocaína, heroína y sustancia de corte.

Los procesados fueron detenidos en el marco de una operación iniciada en octubre de 2011 y se trató del el tercer golpe policial al clan en año y medio. Seis meses después que sus padres, en diciembre de 2012, cayó El Bola, considerado el único con capacidad para perpetuar el clan. La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, definió al grupo como el "principal foco de distribución de droga en pequeñas dosis" de la región. La veintena de condenados son en su mayoría españoles de etnia gitana, excepto un ciudadano croata y otro portugués. 

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