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CDC evita la autocrítica pese a la caída que pronostican los sondeos

Los nacionalistas achacan el desgaste a la crisis y esperan mejorar con la concreción de la consulta

Josep Rull, secretario de organización de Convergència.
Josep Rull, secretario de organización de Convergència.Massimiliano Minocri

Convergència sigue convencida, un año después de las elecciones que reeditaron su poder pese a un fuerte castigo en las urnas (pasó de 60 a 52 escaños), que está haciendo las cosas bien y no hay motivo para la autocrítica. El último sondeo del Centro de Estudios de Opinión, presentado el viernes, muestra que el descenso de Convergència todavía no ha parado, y si las elecciones se celebraran hoy Esquerra ganaría y CiU perdería entre 14 y 16 escaños. El partido está "preocupado", por estas cifras, pero confía en seguir igual para revertirlas, según ha explicado esta mañana su secretario general en funciones, Josep Rull. "Más que hacer las cosas mal, tenemos que ver el contexto en el que estamos situados: la dificultad del Gobierno para hacer frente al día a día y las dificultadas propias del proceso soberanista. Al final, los ciudadanos no nos juzgarán por lo que estamos haciendo, sino por lo que seremos capaces de hacer".

Este es el diagnostico que los principales dirigentes de Convergència han hecho esta mañana, en una reunión de su secretariado permanente en la que no ha asistido el presidente de la Generalitat, Artur Mas, de viaje en la India. Mas tampoco consideró ayer que hubiera elementos negativos en su año de mandato. Los nacionalistas atribuyen su caída a la crisis y a la gestión de la consulta soberanista. El proceso, según admiten sus dirigentes, les está pasando factura por los problemas con su socio de federación, Unió. Ante la indefinición de CIU, los votantes optan por ERC antes de por Convergència. Ante el rendimiento que los republicanos sacan de su doble condición de socios de Gobierno y líderes de la oposición, Rull ha vuelto a insistir a ERC de la importancia de "hacerse corresponsable" del desgaste del Gobierno.  

Los republicanos prefieren no ahondar en la crisis de CiU y por ello destacan que, más allá de su crecimiento en los sondeos, el bloque de los partidarios de la consulta va en aumento. La portavoz de ERC, Anna Simó, ha celebrado que un año después de las elecciones, la hoja de ruta soberanista sigue su camino: "Un año después de las elecciones del 25 de noviembre estamos a punto de poner fecha a lo que nos exigió la ciudadanía mayoritariamente, poder votar". 

El diagnóstico es antagónico en los partidos contrarios a la independencia. El PSC considera que los Presupuestios para 2014 presentados por el Gobierno de CiU son el mejor ejemplo para haber balance de un año de Artur Mas. "Es un gobierno que no gobierna, y que presenta unos Presupuestos sin norte, llenos de privatizaciones sin concretar y sin políticas sociales", ha dicho esta mañana Josep Mayoral, secretario de política municipal de los socialistas catalanes, informa Pere Ríos. El PP ha reclamado a Mas que haga cambios en su Gobierno para iniciar un giro de 180 grados en sus políticas. El portavoz Enric Millo ha exigido a CiU que abandone su agenda soberanista y se centre en superar la crisis económica. Según Ciutadans, lo que se conmemora en Cataluña es "un año de desgobierno", en palabras de su secretario general, Matías Alonso: "Este Gobierno solo ha trabajado por la separación de Cataluña del conjunto de España", ha dicho Alonso, que ha considerado que Mas no tiene legitimidad para gobernar. 

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