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Tiendas en el limbo

Crecen los comercios que abren en domingo amparados por la batalla normativa entre Estado y Generalitat

Dani Cordero
Una tienda del Born abierta ayer.
Una tienda del Born abierta ayer.Gianluca Battista

Ni una tienda abierta había ayer en la calle más transitada de Barcelona, el paseo de Gràcia. Apenas dos en la más cara, el Portal de l'Àngel. Y, en cambio, a solo unos metros, la mitad de la veintena de comercios de la calle de la Palla sí tenían las persianas subidas en domingo. Es una tendencia que empezó ya hace unos años pero que se ha disparado en los últimos meses, al calor de la batalla normativa entre Gobierno del Estado y el de la Generalitat. El primero apuesta por dar más domingos de libre apertura y, sobre todo, por que Barcelona cree una zona turística de libertad dominical. El segundo se opone a la liberalización estatal, intenta contraprogramarla y, mientras tanto, ha dicho que no impondrá sanciones. El Ayuntamiento espera a que las asociaciones de comerciantes alcancen algún consenso para tomar una decisión sobre la zona libre comercial.

“Prefiero no hablar porque no sé si puedo abrir o no”, explica un fabricante y vendedor de productos de piel que desde hace cinco años abre su local situado en una céntrica calle del Raval tres horas cada mañana de domingo. El desconcierto es generalizado, incluso por parte de aquellos comerciantes que abren desde mucho antes de la liberalización aprobada por el Ejecutivo del PP en mayo del año pasado y que entra en conflicto con la legislación catalana.

“Ya se sabe, esto es una prolongación de la zona turística del centro comercial del Maremàgnum —que sí puede abrir al estar situado en un puerto, como permite la legislación catalana—, así que podemos abrir", dice muy segura la encargada de la Peletería Prieto, en plenas Ramblas, la única en cuya puerta figura claramente cuándo abre: “De lunes a domingo”. En el resto de tiendas que abren han optado por no mostrar ese cartel, que es obligatorio.

“Los turistas no entienden por qué las tiendas cierran en domingo”

El negocio generado en domingo no es nada despreciable. Muchos de los comerciantes consultados subrayan que es el segundo mejor día de la semana, tras el sábado, e imprescindible para cuadrar la caja de la semana. “El 20% de la caja lo hago en domingo, así que si no puedo abrir, tengo que cerrar el negocio”, explica el propietario de una tienda de moda enclavada en el Born, consciente de que le pueden multar. Su tienda, de unos 200 metros cuadrados, es de esas a las que el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, animó hace dos semanas a abrir cuando visitó Barcelona, porque, según la norma estatal, recurrida ante el Tribunal Constitucional por la Generalitat, pueden abrir todas las tiendas con una superficie de menos de 300 metros cuadrados.

García-Legaz denunciaba entonces que Barcelona estaba desaprovechando su potencial. Muchos comerciantes están de acuerdo con él, como también lo están los máximos representantes de los ejes comerciales más céntricos de Barcelona: BarnaCentre, calle Pelayo, Rambla de Catalunya y paseo de Gràcia. Piden más margen de maniobra y no solo para que se pueda abrir todos los domingos de julio y agosto, como defiende la asociación Barcelona Comerç-

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Ángela Escobar, diseñadora, abrió hace un mes junto a una socia una tienda de complementos en la calle del Rec. Abren en domingo y asegura que les va bien: “Los turistas no entienden por qué las tiendas están cerradas en domingo ni al mediodía”. Quien está seguro de que la tienda de ropa en la que trabaja ha sido multada es Jefferson Santana, que regenta una de las diversas tiendas Aragaza: “Más de una vez nos han dicho que o cerrábamos o sanción, pero mi jefe decía que sí salía a cuenta, que continuáramos abiertos". La última vez que fueron advertidos fue en verano”.La última vez que fueron advertidos fue en verano.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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