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La mejor foto de familia del universo

Un grupo de científicos ha confeccionado en Granada y Almería el “atlas más completo de las estrellas” para estudiar el cosmos

Una de las imágenes de las estrellas captadas para el atlas 'Alhambra'.
Una de las imágenes de las estrellas captadas para el atlas 'Alhambra'.

El cielo estrellado que vemos de noche es, en realidad, una imagen del pasado, de un pasado muy remoto, quizá de hace millones de años. Los astrónomos observan los cuerpos celestes no como son en la actualidad, sino como eran cuando emitieron la luz que nos llega ahora. A través de ellos se puede trazar la historia del cosmos, localizando las luces más tenues, las galaxias más lejanas y, por tanto, más antiguas, hasta llegar a la infancia del universo.

Durante los últimos siete años, un grupo de científicos ha sondeado el espacio, captando imágenes del cielo en el observatorio de Calar Alto, en Almería; las han tratado y calibrado en el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), ubicado en Granada, y con ellas han elaborado “el mapa más completo del universo realizado hasta ahora en el mundo”, afirma Mariano Moles, investigador principal del proyecto. Un atlas que permite “examinar 8.000 millones de años de historia del universo con total fidelidad y hasta 10.000 millones de años de una forma no tan precisa”, indica Moles. Teniendo en cuenta que el universo tiene una edad de unos 13.700 millones de años, según la teoría del Big Bang, a través de este mapa de estrellas se puede investigar más de un 70% de la historia del cosmos. De hecho, la estrella más antigua que han conseguido captar las observaciones realizadas para elaborar el atlas es un cuásar (los astros más luminosos, producto del choque entre galaxias) a 12.500 millones de años luz de la Tierra, a no mucha distancia de la estrella más lejana descubierta nunca —13.300 millones de años luz—, captada por el telescopio espacial Hubble.

El atlas estelar desarrollado en Andalucía tiene un nombre, Alhambra. No es casual. Es un acrónimo formado por Advanced Large Homogeneous Area Medium Band Redshift Astronomical Survey, que significa sondeo astronómico de desplazamientos al rojo avanzado, de gran área y homogéneo en banda intermedia. “El nombre surgió porque uno de los investigadores vio que en las palabras que definen el proyecto coincidían varias iniciales con las letras de Alhambra y que, sin forzar mucho, se podía formar el acrónimo”, cuenta Mariano Moles. En el proyecto Alhambra Survey han participado más de 70 científicos de 16 instituciones de diferentes países del mundo, aunque se ha gestado entre Almería y Granada, bajo la dirección de Moles, profesor del IAA.

Según explica el investigador, hasta ahora en el mundo se habían realizado sondeos del universo con muy poca superficie y gran profundidad, como los llamados Campos profundos de Hubble —captan estrellas muy lejanas, pero escasa cantidad de ellas—, o bien mapas de gran amplitud, con muchos objetos, pero poca profundidad, como el proyecto Sloan Digital Sky Survey (SDSS). “El nuestro combina una buena superficie con una profundidad muy significativa”, afirma Moles, lo que permite investigar más de 500.000 galaxias y acercarse mucho a los orígenes del cosmos.

La NASA presentó hace año y medio un mapa completo del cielo, pero visto en infrarrojo, “que ofrece menos información de los objetos”, según Moles, mientras que Alhambra “se ha hecho con rango visible de luz y usando 23 filtros diferentes de colores, que aportan conocimiento sobre la distancia de los astros y sobre su composición, por lo que proporciona una información más fiable que el de la NASA”, indica.

El atlas Alhambra, presentado oficialmente hace unos días en Granada, está ya a disposición de la comunidad científica internacional (www.alhambrasurvey.com) y “de todo el mundo, sin claves de acceso”, asegura Moles, quien vaticina que “lo mejor está por llegar. Su éxito se medirá por cuántos científicos que no han intervenido en su desarrollo lo utilizan para sus investigaciones”.

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El banco de datos de Alhambra ayudará a los profesionales a profundizar en el estudio de la evolución cósmica: el paso del universo de ser un océano de gas neutro a un bullicioso hervidero de estrellas y agujeros negros; observar y medir los fenómenos asociados al origen y evolución de los distintos cuerpos celestes, así como estudiar la aparición, desarrollo y distribución de los diferentes tipos de galaxias que se pueden observar hoy día.

El proyecto ha demostrado que en España y en Andalucía “no debemos tener ningún complejo y podemos hacer astronomía de primer nivel mundial”, presume el investigador. El Instituto de Astrofísica de Andalucía, junto con el de Canarias, “han sido la cabeza de la investigación astronómica en España en los últimos 30 años, y unidos al observatorio almeriense de Calar Alto (gestionado por un consorcio hispano-alemán) “conforman un potencial enorme”, afirma Moles.

Incompatible con la crisis

El investigador principal de Alhambra Survey, Mariano Moles, asegura que el atlas del universo "sería imposible de hacer ahora, con los recortes que está sufriendo la ciencia. Se ha podido hacer porque tuvo financiación suficiente". De hecho, el observatorio de Calar Alto tendrá un 25% menos de presupuesto a partir de 2014. Moles se siente "terriblemente decepcionado y furioso" con el descenso de dinero público destinado a la investigación, porque asegura que los recortes "están afectando a la línea de flotación de la ciencia española" y advierte de que "lo que se destroza en un momento costará mucho esfuerzo recuperarlo. Lo que está pasando es una tragedia de consecuencias históricas".

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