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Montroi ultima la apertura del Museo Valenciano de la Miel

El espacio mostrará la historia y evolución de la apicultura, así como documentales

El Museo de la Miel de Montroi ultima su apertura.
El Museo de la Miel de Montroi ultima su apertura.

Al Museo Valenciano de la Miel (Muvamel) de Montroi tan solo le faltan los últimos detalles. Abrirá sus puertas al público el próximo 8 de noviembre, aprovechando la decimoctava feria del sector que se celebra en esta pequeña localidad. Eso sí, los vecinos de la localidad tendrán el privilegio de disfrutar de una inauguración previa el 1 de noviembre. “Al fin y al cabo este museo es del pueblo de Montroi”, afirma Carles Galletero (Sueca, 1970), director del nuevo centro lúdico y cultural.

Uno de cada tres vecinos de este municipio de 2.900 habitantes de la Ribera vive, directa o indirectamente, de la apicultura: recolección, producción y comercialización de miel, cultivo de enjambres, fabricación de colmenas y enseres, envasado de productos derivados de las abejas y su distribución. Sus 20.000 panales representan la mitad del volumen de negocio de la comarca con una producción anual de 700.000 kilos.

Es por ello que desde el Ayuntamiento, presidido por el socialista José Antonio Polo, llevan más de tres lustros activando iniciativas que contribuyan a preservar y mantener el sector. El museo, con la colaboración de la Generalitat Valenciana y la Diputación, es la última de ellas. Además, los próximos días 8, 9 y 10 de noviembre, coincidiendo con la celebración de la Fira Valenciana de la Mel (Fivamel), relanzarán la campaña promovida con el objetivo de que la apicultura sea declarada Patrimonio de la Humanidad.

La visita al museo, formado por grandes paneles explicativos, objetos, útiles y enseres propios de la apicultura, comienza con referencias a las pinturas rupestres descubiertas en el territorio valenciano relacionadas con la recolección de miel. La escena de la Cueva de la Araña, en Bicorp (La Canal de Navarrés), es comparada con una fotografía reciente del Himalaya. La semejanza, con siete u ocho mil años de por medio, es asombrosa. La línea histórica sigue con las sociedades egipcias, griegas, romanas, árabes y moriscas. Y la descriptiva con el colmenar, las abejas, la miel, el polen, el propóleo, la jalea real, el veneno, la cera, el tratamiento y el proceso de comercialización. Tampoco falta la trashumancia que cada melero profesional se ve obligado a ejercer.

Los más de 600 metros cuadrados del espacio expositivo se completan con una sala para proyecciones de material audiovisual, también producido desde Montroi, como Els homens que parlaven amb les abelles (Los hombres que hablaban con las abejas), realizado por Eloi Càrcel (Sueca, 1970) y en el que tres meleros nacidos en los años treinta -Ramón Soldado, Vicent Escrivá y Jaume Moreno- muestran el proceso de recolección y preparación antes de sacar la miel al mercado.

Los visitantes también tienen la posibilidad de sentir las sensaciones de encontrarse dentro de una colmena, escuchar el zumbido de las abejas, observar la densidad, coloración y tacto de distintas mieles, así como sentir sus aromas.

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Una vez finalizada Fivamel, que reúne a 50 expositores, valencianos la mayoría de ellos aunque los habrá también de Extremadura, Salamanca, Cantabria, Lleida y Barcelona, el Ayuntamiento pretende crear un apiario. En un antiguo almacén situado a unos 500 metros de distancia del museo, podrá observarse el trabajo las abejas a través de una gran urna de cristal. Ya lo hay en Turís, a siete kilómetros de Montroi. “El problema radica en el estrés que les provoca su traslado del hábitat natural y solo se pueden mostrar en pocas ocasiones y por escaso período de tiempo”, cuenta Galletero.

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