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150.000 vehículos sufrirán 300 días de restricciones de tráfico en Glòries

El Consistorio diseña rutas alternativas para reducir el paso de coches cerca de las obras El 16 de noviembre comienzan los trabajos en la Gran Via

Camilo S. Baquero
Imagen virtual creada por el Ayuntamiento que muestra cómo quedará la plaza de les Glòries sin el anillo.
Imagen virtual creada por el Ayuntamiento que muestra cómo quedará la plaza de les Glòries sin el anillo.

Las obras para la transformación de la plaza de les Glòries, una larga reivindicación vecinal, ya tienen hora cero. El próximo 16 de noviembre, a las ocho de la mañana, comenzarán los trabajos previos al derribo del anillo viario, programado para febrero. Por lo pronto, en dos semanas se comenzará a desmontar la rampa de la Gran Via, en el lado Besòs, y se iniciarán las obras para darle continuidad a las calles de Castillejos y Badajoz (con Independència). El Ayuntamiento calcula que unos 150.000 vehículos cruzan cada día por la plaza, por lo cual ha puesto en marcha un dispositivo para mitigar las afectaciones de tráfico, ofreciendo recorridos alternativos por las calles del Eixample y Poblenou. Las obras se prolongarán hasta septiembre de 2014.

Desde el Consistorio piden paciencia a los vecinos y conductores e invitan a los ciudadanos a que usen el transporte público. Estas obras coinciden con las de las reformas de la ronda del General Mitre, paseo de Gràcia o la de Diagonal. El tercer teniente de alcalde, Antoni Vives (CiU), dijo que es “absurdo” hacer un cálculo exacto sobre la reducción del tráfico rodado en la zona una vez se complete la transformación de las Glòries, pero cree que es muy posible que haya una disminución por “el cambio de hábitos”.

El lado mar del anillo de Glòries se desmontará a partir de febrero

El desmonte del anillo y las rampas por las que se acceden a él se harán por fases. El escenario final es que la circulación de Gran Via se haga a través de un túnel, pero provisionalmente se quedará en la superficie. En la primera fase se desmontarán las rampas, primero en un sentido de circulación y después en el otro para poder garantizar la movilidad tanto del transporte privado como del público.

El cambio en el sentido de las calles de Llacuna y Roc Boronat busca darle más permeabilidad a la Gran Via. La idea es que esta última solo la usen las personas que van al centro del Eixample. Desde la C-31, se anuncian desvíos hacia la ronda de Dalt si se va para el norte o la Litoral si se va a Ciutat Vella.

Otro de los itinerarios posibles si el destino es el norte del Eixample es tomar Bac de Roda, Rambla Guipúscoa y Aragó. La apertura de Ali Bei (se iguala la cota con la calle de Marina) también permitirá conectar el Poblenou con el centro, vía ronda Sant Pere. El Consistorio también pone como alternativa para salir del centro y evitar la Gran Via la utilización de la calle de Pallars.

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Vías alternativas

Llacuna y Roc Boronat cambian de sentido para darle más permeabilidad a la Gran Via.

En la C-31 habrá nuevas señales que pedirán tomar la ronda de Dalt si se va para el norte o la Litoral si se va a Ciutat Vella.

Al norte del Eixample se podrá llegar tomando Bac de Roda, Rambla Guipúscoa y Aragó.

Por el lado mar la apertura de Ali Bei también permitirá conectar el Poblenou con el centro.

Desde el área de Movilidad esperan que los ciudadanos se adapten a estos nuevos recorridos antes de que comiencen las restricciones. Y también advierten que, antes de que se construya el túnel en un próximo mandato, habrá una disminución de la velocidad de circulación y un ligero aumento de la congestión en la Gran Via.

[TEX]El desmonte del anillo viario, que costará 26 millones de euros, comenzará en febrero de 2014, atacando primero el lado mar. El lado montaña, por lo pronto, seguirá abierto al tráfico, prestando servicio solo en el sentido antinatural Llobregat Besòs. La dirección contraria se hará por superficie. Ya en junio se empezarán los trabajos en la zona montaña. Y una vez terminado, la Gran Via sobre la plaza formara una especie de ojo, dejando un espacio libre central para que los trabajos del túnel se hagan sin impedir el tráfico.

En lo que respecta a las rampas de acceso al anillo —se derriban para que el tráfico vaya por la superficie hasta que se construya el túnel—, los trabajos no cortará el tráfico en ningún momento. Primero se eliminara la mediana, lo que permitirá ganar un carril (un poco más estrechos) y así proceder al desmonte de los laterales. En algún momento de los trabajos esto implicará la pérdida del carril bus, aunque desde el área de Movilidad consideran que el servicio de tranvía estará garantizado.

Prácticamente todo el material procedente de la demolición del anillo será reutilizado en la urbanización provisional de la Gran Via y la plaza, explicó Ernest Santolario, director técnico de la empresa municipal Bimsa. En total habrá que deconstrutir un volumen total de 17.800 metros cúbicos de estructuras. No se utilizarán martillos como los que usualmente se ven en las obras, sino pinzas demoledoras y discos e hilos de diamante. Las piezas se llevarán a una trituradora en el lugar que permitirá rescatar materiales como hormigón, arenisca y escollera. El acero se recuperará en una planta.

Encinas a salvo

Los árboles que actualmente están plantados en la plaza de las Glòries, en su mayoría encinas, serán trasplantados antes de que comiencen las obras de demolición del anillo viario, anunció ayer el Ayuntamiento.

Se creará un vivero provisional en una de las zonas aledañas al nuevo mercado de Els Encants.

El Consistorio plantea reutilizarlas en la nueva ordenación provisional de la plaza, mientras se ejecuta el plan del gran parque verde.

Desde el Ayuntamiento explicaron que tanto el ruido como el polvo que generan las obras se controlarán mediante sensores. Asimismo habrá algunos dispositivos que impidan que las partículas generadas se esparzan por el aire. “Si en algún momento las mediciones no son sostenibles se pondrán medios adicionales de control”, aseguró Santolario.

Este plan ya fue mostrado a los vecinos y a la oposición, que siguen de cerca el desarrollo de las obras. El mismo Vives aseguró que el lugar “será un espacio de convivencia cívica desde el primer día” que comiencen las obras y que la urbanización provisional, a la espera de que se falle el concurso arquitectónico de la plaza, permitirá una mejor conexión entre los barrios.

Desde el PSC, la concejal Assumpta Escarp criticó que estas obras de arreglo temporal del espacio público, que costarán cinco millones de euros, “son poco temporales”. Teme que en algunos sitios se queden de esta manera incluso después de los trabajos y sean una excusa para retrasar las obras del túnel. Los socialistas dan por descontado que CiU prorrogará en 2015 las cuentas que aprobará en solitario para 2014, lo cual deja las inversiones necesarias para el paso subterráneo en el limbo. Eduardo Bolaños (PP), por su parte, pidió que el Consistorio también desarrolle, en paralelo a las obras, las gestiones para que los equipamientos pedidos por los vecinos se construyan a tiempo.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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