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Ferrol exigirá invitación a los vecinos para poder entrar a los plenos

El PP podrá decidir la mitad de los asistentes a las sesiones del Ayuntamiento

En la Casa del Pueblo de Ferrol, el pueblo sólo podrá entrar al pleno con invitación. Eso, o hacer cola un buen rato para optar a una de las 10 plazas de “libre acceso” en una ciudad con 71.997 vecinos censados. Para evitar que las protestas de parados -en una ciudad con una tasa de desempleo del 28%-, miles de operarios del naval sin carga de trabajo, un centenar de familias que aguardan un piso social, funcionarios afectados por los recortes o víctimas de la estafa de las preferentes interrumpan la sesión, el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey Varela, ha optado por restringir a 70 vecinos el número máximo de asistentes. El propio regidor se lo comunicó hoy al resto de grupos de la oposición que no han tardado en calificar la medida de “antidemocrática”.

Cada uno de los 25 ediles podrá invitar a dos personas en una corporación donde la mayoría absoluta la tiene el PP, con 13 concejales, y que cuenta además con el respaldo incondicional del único edil de Independientes por Ferrol. Esto les garantiza, como poco, 28 invitados afines mientras la oposición (PSOE, BNG, IU) se repartirá los otros 22 pases. Es decir, la mitad del público serán invitados del equipo de gobierno. Otros 10 asientos están reservados para la prensa y quedan otras 10 plazas de “libre acceso”, previa identificación en la puerta hasta sumar 70.

Además de llegar con tiempo al ayuntamiento y guardar cola, los vecinos que quieran seguir el pleno en directo tienen que mostrar su DNI a los agentes locales que toman buena nota de todos los asistentes. Como mucho, el ejecutivo permite 5 vecinos sentados en cada una de las 14 bancadas del salón.

Es la segunda vez en los últimos cinco meses que Rey Varela pone trabas al acceso del público a los plenos que ha tenido que aplazar, posponer o suspender tres veces por la intensidad de las quejas y abucheos. “No se puede confundir la protesta con el boicot”, dice el regidor.

Los servicios técnicos del municipio han revisado los reglamentos de otras ciudades gallegas e instituciones públicas como el Parlamento de Galicia para copiar un sistema de control que garantice “el normal desarrollo” de la sesión, expone el Ejecutivo. A pesar de las restricciones, que reducen la presencia vecinal a lo testimonial, Rey Varela defiende que su voluntad “es que el pleno siga siendo público” y presume de uno los reglamentos de Participación Ciudadana “más avanzados” para regular las intervenciones de los colectivos y particulares que quieran exponer su situación.

En junio, Rey ya había limitado a 85 el tope máximo de personas que podían entrar en un salón bastante amplio y que, tradicionalmente, tenía sus puertas abiertas durante las sesiones sin necesidad de acreditarse. Esta primer filtro se justificó aduciendo “razones de seguridad” con un informe encargado a propósito a la Jefatura de la Policía Local que defendía la necesidad de mantener despejados los pasillos y canales de salida e impedía al público quedarse de pie en los huecos entre bancos y sillas.

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El nuevo sistema de control de entrada se pondrá en práctica en el pleno ordinario del próximo jueves 31. “Esto, restringe aún más la participación social en el debate político y tiene un marcado carácter antidemocrático”, criticó el BNG. Desde IU ironizan, en las redes sociales, ofreciendo “dos entradas para un acto íntimo” en sesión plenaria.

 

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