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La policía desarticula una red que explotó a más de 200 mujeres

Nueve personas han sido detenidos en Barcelona como presuntos responsables de los delitos de trata de seres humanos

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización que presuntamente explotó sexualmente a más de 200 mujeres rumanas desde 2002 en carreteras y clubes de la provincia de Barcelona, y han detenido a una decena de personas.

Según el informe de la policía, las mujeres eran captadas en su país, aprovechando su situación de necesidad, y traídas a España donde se les obligaba a prostituirse para pagar la deuda contraída con el viaje ilegal. Entre las jóvenes se encuentran cuatro menores de edad, una mujer con discapacidad psíquica y también parejas y familiares de los presuntos proxenetas.

La colaboración con la Policía rumana ha permitido la identificación completa de los 18 miembros del grupo, así como de otras víctimas de la misma organización. Hasta el momento nueve personas han sido detenidos en la provincia de Barcelona como presuntos responsables de los delitos de trata de seres humanos, una mujer ha sido imputada y el resto está pendiente de detención.

Los presuntos responsables son acusados de trata de seres humanos relativos a la prostitución, corrupción de menores, contra el derecho de los trabajadores y pertenencia a grupo criminal, según el caso. Además, en cinco registros practicados se han intervenido más de 7.000 euros en efectivo, documentación relativa a las actividades ilícitas, material informático, dos armas de fogueo con su munición, dos defensas eléctricas y cuatro vehículos de alta gama.

La red siempre ejercía un control de las víctimas transportándolas desde sus domicilios a los locales y a los donde ofrecían los servicios sexuales. Cuando no había plaza en ellos, eran obligadas a prostituirse en diversas carreteras comarcales del Bages y del Valles occidental (Barcelona).

Los agentes lograron comprobar que entre los años 2007 y 2009 los mismos proxenetas habían obligado a ejercer la prostitución callejera a algunas de las mujeres en el barrio del Raval de Barcelona. Las jóvenes eran obligadas a prostituirse en horarios ininterrumpidos de diez y doce horas de martes a domingo. Los propietarios de los prostíbulos se beneficiaban del 40% de los ingresos obtenidos y la parte restante era repartida con los proxenetas, que además les descontaban a las víctimas el alojamiento y la manutención.

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Durante la operación, se han identificado 26 jóvenes, de las cuales cuatro fueron explotadas cuando eran menores de edad. Según la documentación intervenida y las inspecciones realizadas desde el 2002, la policía deduce que el número total de las mujeres explotadas supera las 200 todas extranjeras.

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