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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cansino

'El coloquio de los perros', la propuesta del regreso de Els Joglars a Cataluña falla desde su concepción

Ramon Fontserè y Pilar Sáenz, como Cipión y Berganza.
Ramon Fontserè y Pilar Sáenz, como Cipión y Berganza.

Pueden estar contentos. Tras siete años de exilio voluntario, Els Joglars han vuelto a casa antes de la Navidad, han sido acogidos sin incidentes en una plaza especialmente sensible al tema soberanista como es Girona, han agotado las entradas de su Teatre Municipal con la única función dentro del festival Temporada Alta de El coloquio de los perros, su último trabajo, y al final de la misma recibieron una calurosa ovación. No se puede pedir más, sobre todo si tenemos en cuenta que la nueva adaptación de un texto cervantino no ha sido tan lograda como las anteriores, El retablo de las maravillas (2004) y En un lugar de Manhattan(2005).

EL COLOQUIO DE LOS PERROS

De Miguel de Cervantes. Els Joglars. Adaptación: Albert Boadella, Martina Cabanas, Ramon Fontserè. Dirección: Ramon Fontserè. Intérpretes: Ramon Fontserè, Pilar Sáenz, Dolors Tuneu, Xavi Sais, Xavi Vilà. Espacio escénico: Albert Boadella, Ramon Fontserè. Teatre Municipal de Girona, 18 de octubre.

Con Ramon Fontserè como protagonista y director, al frente además de la compañía desde que Boadella anunció el relevo hará cosa de un año, esta propuesta de Els Joglars falla desde su concepción. La novela homónima de Cervantes, un diálogo entre dos perros que adquieren el don del habla durante una noche y cuentan sus peripecias con sus distintos dueños, un “milagro en que no solamente hablamos, sino que hablamos con discurso como si fuéramos capaces de razón” y que es un retrato de la condición humana, les sirve de base para criticar la actualidad. El problema es que aprovechan tan poco del original, básicamente la idea y puede que algún diálogo, y añaden tanto de cosecha propia, y esa cosecha es tan pobre que el producto final es de perfil bien bajo. Cansino, y valga la palabra. Cipión y Berganza, los perros, interpretados por el mismo Fontserè y Pilar Sáenz, ya no están el Hospital de la Resurección en Valladolid sino que se hallan encerrados en una perrera bajo la vigilancia de un guardia de seguridad (Xavi Vilà) que funciona como interlocutor.

Así, mientras los canes cuentan sus nuevas historias que pasan por varias reencarnaciones, a cual más absurda, dos intérpretes más (Dolors Tuneu y Xavi Sais) se encargan de representar a los personajes que en ellas aparecen bajo máscaras y modos muy comedia del arte. Cuñas un tanto forzadas y tremendamente manidas sobre noticias más o menos recientes, como son las referencias a Fukushima o al comité olímpico español, trufan cada dos por tres esta libérrima adaptación del clásico. Si El coloquio original acaba con las palabras del licenciado “Vámonos al Espolón a recrear los ojos del cuerpo, pues ya he recreado los del entendimiento”, este concluye con la liberación de los perros por parte de dos jóvenes defensores de los derechos de los animales, siendo uno de ellos el hijo del segurata, y dejándonos con la sensación de haber estado recreando los ojos de la sandez.

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