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Caminos para salir del margen

Las finanzas alternativas ganan peso durante la crisis La banca ética creció el 60% en ahorro durante 2012 y alcanzó los 100.000 usuarios

Lluís Pellicer
Crespo, presidenta de las Entidades de Acción Social.
Crespo, presidenta de las Entidades de Acción Social. TEJEDERAS

La banca ética y las cooperativas de crédito, estaban hace un lustro en los márgenes del sistema. Hoy van saliendo de la excepción. Los fiascos del sistema financiero y las imágenes de los desahucios llevan al ciudadano a buscar otro modelo de banca donde llevar sus ahorros. Las dificultades para acceder al crédito, que además se ha encarecido, también han contribuido a potenciar esas vías alternativas.

Los contribuyentes tienen a su disposición la banca regulada Proyecto Fiare, la cooperativa de servicios financieros Coop57 o la líder del sector de la banca ética en España, Triodos Bank. Pero también hay otras experiencias de comunidades que se han autofinanciado a base de ir ahorrando colectivamente y que luego destinan esa cantidad a inversiones para ese grupo.

“Cuando las instituciones no funcionan o solo benefician a una parte de la ciudadanía, la gente crea otras nuevas”, señaló el presidente de la Asociación de Comunidades Autofinanciadas (Acaf), Miquel de Paladella en el arranque de la jornada Alter finance, que se celebró esta semana en el CaixaFòrum organizada por esta asociación y las Entidades Catalanas de Acción Social (ECAS).

“Si las instituciones solo benefician a una parte, la gente crea otras nuevas”

Los ciudadanos pueden tener tiempo, servicios, incluso bienes para poner a disposición del mercado, pero no dinero para intercambiarlos. Es entonces cuando surgen verdaderas alternativas. “Buscamos pequeñas experiencias que se puedan generalizar. Necesitamos una revolución financiera basada en la solidaridad y en la gestión colectiva de la riqueza”, aseguró la presidenta de ECAS, Teresa Crespo.

La consciencia del 15M, pero sobre todo los desmanes de la banca, han creado una bolsa de nuevos usuarios para la banca ética y las cooperativas de crédito. “La tradicional ha comprometido 160.000 millones de euros y nos ha costado 40.000 millones. La banca pequeña, cuya función es combatir la exclusión financiera supone entre el 5% y el 6% del mercado, pero durante la crisis ha ganado 500.000 asociados”, señaló Andreu Missé, director de Alternativas Económicas. La banca ética -sin tener en cuenta cooperativas o cajas rurales- creció el año pasado el 60% en ahorro y cerca del 20% en préstamos, con más de 100.000 asociados, según el Barómetro 2012 del Observatorio de las Finanzas Éticas.

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Proyecto Fiare aprobó su integración dentro de la Banca Popolare Ética de Italia para aumentar sus posibilidades de financiación. “Queremos recuperar el valor social del dinero”, aseguró Clara Soler, una de las responsables en España de la entidad, que financia 150 proyectos de inserción laboral, comercio justo, educación o cultura.

Las cooperativas se rigen por el modelo de la solidaridad en origen

Xavier Teis, de Coop57, afirmó que el fin de la entidad es dar al ahorro “valor social”. La cooperativa nació tras el cierre de Editorial Bruguera. Con las indemnizaciones de los despidos, un grupo de trabajadores creó un fondo para proyectos económicos que crearan empleos de calidad y dieron prioridad al modelo cooperativo. Como Fiare, la entidad trabaja en red, creando cooperativas allí donde hay demanda de entidades sociales.

El modelo de la solidaridad en origen que implican las cooperativas tiene su máximo exponente en las comunidades autofinanciadas (CAF), de las que hay unas 50 en España. Francesc Tort es miembro de una de ellas. Su funcionamiento se basa en el ahorro colectivo, en la creación de un fondo con un interés del 1% que sirve para que cuando un miembro lo requiere tenga capital a su alcance.

La financiación alternativa, no obstante, va más allá. Javier Creus, experto en economía colaborativa recordó que los ciudadanos están siendo capaces de crear valor “de forma eficiente”, por ejemplo, mediante la coordinación. Es el caso de las aplicaciones que permiten intercambiar propiedades durante un tiempo o llenar un vehículo infrautilizado de gente que se desplaza al mismo sitio cada día.

Y además, Internet pone a disposición de la ciudadanía nuevas formas de financiación, como el crowfunding. “Se trata de que las alternativas salgan del margen y ocupen los centros”, resumió Miquel de Paladella.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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