El rincón de las flores

1. Calle Doctor Castelo. Es donde tengo mi estudio y donde paso mi vida. La camino todos los días, para ir y para volver de casa. Es una delicia de calle, estrecha con un aspecto muy de Madrid. Antes estaba muy parada, sin vida, pero de un tiempo a esta parte ha resucitado. Tiene cantidad de restaurantes a los que me gusta ir a comer o a tomar algo.

2. Taberna Arzábal. Es uno de esos locales de la calle Doctor Castelo en los que me gusta entrar. Está muy cerca de mi trabajo y, siempre que puedo, bajo a tomar el aperitivo. Te ponen tapas riquísimas: lomo, arroz, quesos, albóndigas… Es un restaurante muy sencillito y de gran calidad (Doctor Castelo, 2).

3. Floristería Kaloto. Es mi floristería de referencia. Cuando tengo que regalar flores las encargo aquí. Los diseños son increíbles. Elegantes, un poco minimalistas y hechos con un gusto exquisito. Tienen flores de todo el mundo, les llegan desde Sudáfrica, Tailandia, Israel o América del Sur. Normalmente, yo elijo flores blancas, mis preferidas, pero las amarillas también me gustan, aunque en el mundo del teatro digan que traen mala suerte. Yo, desde luego, nunca fallo cuando regalo un ramo de esta tienda (General Oraa, 59).

4. Teatros del Canal. Es mi otra casa, compartida con la de Doctor Castelo. Encima de sus escenarios paso mis días ensayando. Solo me faltaría quedarme a dormir. De hecho, el libro de memorias que he escrito, La vida y la danza, está ambientado aquí. Cuento cómo es un día de mi vida mientras buceo en mis recuerdos (Cea Bermúdez, 1).

5. La Plaza de Oriente. Es una maravilla para los ojos. Las vistas son espectaculares. En un mismo espacio tienes el teatro, el Palacio, la plaza, los jardines de Sabatini… Ir una noche al Real y salir en el entreacto a la terraza, simplemente, para observar la plaza es, en sí mismo, un placer.

6. Retiro. Me gusta pasearlo siempre que tengo un rato entre ensayo y ensayo. Es mi parque preferido de Madrid. Reconozco que cuando entro por Recoletos me entra cierta nostalgia de mis días como profesor de danza en los años ochenta.

7. Plaza de Santa Ana. Tomarme una cerveza en alguna de las terrazas, ir al teatro Español a ver alguna obra o hacer un alto en el hotel de los Toreros para tomar una copa. La plaza invita a hacer todo esto. A mí me gusta, especialmente, subir a la azotea del hotel a tomar algo. Desde allí, las vistas son bellísimas.

8. Restaurante Silk & Soya. Tienen una oferta gastronómica exótica: platos tailandeses y japoneses, aunque también sirven comida española. El trato es magnífico y la comida lo es todavía más (Avenida de la Ermita. Alcobendas).

9. Jardines de las Vistillas. Es un lugar emblemático de Madrid, muy castizo. Lo mejor es salir por allí una noche de verano antes de que se ponga el sol y disfrutar del paisaje que queda a los pies. Me gusta sentirme como un pájaro.

10. Restaurante Annapurna. Aquí sirven comida india, exótica, deliciosa. Las especias y sus sabores tan diferentes conquistan mi paladar. Es un lugar que me recuerda a mis viajes a Nepal, donde voy a menudo a hacer senderismo por el Himalaya, un ejercicio sanísimo (Zurbano, 5).