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Los parados de más de 45 años se reivindican en un congreso

“No somos invisibles” es el lema del primer encuentro de desempleados mayores Los 300 desempleados piden que se les reconozca como interlocutores El Observatorio de Salud Mental constata el “elevado nivel de sufrimiento” que causa el paro

Clara Blanchar
Asistentes al 1r congreso de parados mayores de 45.
Asistentes al 1r congreso de parados mayores de 45.Massimiliano Minocri

“¡No somos invisibles!”. Toda una declaración de principios es el lema del primer congreso de parados de más de 45 años que se celebra hoy en Santa Coloma de Gramenet, la población pegada a Barcelona donde se creó la primera asociación que agrupó a desempleados que reivindican “El valor de la experiencia”, que es el subtítulo del encuentro.

El congreso lo organizan las cinco asociaciones creadas hasta la fecha en Cataluña, en la citada Santa Coloma, L’Hospitalet, Olot, Terrassa y Badia del Vallès y los asistentes, unos 300, llenan más de medio aforo del teatro Sagarra. Los parados de más de 50 años son ya uno de cada cuatro desempleados.

“Acompañar y no medicalizar"

CLARA BLANCHAR

El Observatorio de Salud Mental de Cataluña ultima un estudio sobre la incidencia del desempleo cuyas conclusiones preliminares ha adelantado su coordinador, Josep Moya. El psiquiatra dibuja un colectivo, el de los parados de más de 45 años, fuertemente medicalizado contra la depresión y la ansidedad –aunque Salud no facilita datos, lamenta--, con frecuentes intentos de suicidios –de los que tampoco hay datos—y, en general, “con un nivel de sufrimiento muy elevado”.

“Angustia, desesperanza, dificultades para comenzar el día, pérdida de vínculos, cero ilusión y sentimiento de culpabilidad cuando no tienen culpa de nada” son algunas de las consecuencias que el paro provoca en este colectivo que considera Moya que hasta ahora se ha atendido de forma erróneamente. “Hay apostar por un modelo de atención social que no medicalice y psiquiatrice a los parados sino que acompañe a estas personas para que puedan recuperar el sentimiento de dignidad ciudadana y de ser responsables y sujetos activos de sus propias vidas y puedan constuir iniciativas colectivas”.

El psiquiatra también ha arremetido contra el nulo valor que las empresas actuales otorgan a la experiencia de los trabajadores. “En el sistema liberal solo cuenta lo que puedas hacer hoy; y si esto ya ocurre con las personas que tienen trabajo, no hace falta que imaginemos lo que ocurre con los parados”, ha lamentado. Un sistema que también vincula la dignidad con el empleo remunerado y “no valora a quien no tiene un sueldo o trabaja en tareas no remuneradas”. “Un modelo, ha dicho, “que privilegia los puestos de trabajo que generan unos ingresos a partir de los que consumir o hiperconsumir y que no tiene ningún tipo de sostenibilidad”.

El objetivo del congreso es compartir experiencias y armar una coordinadora que actúe de interlocutora con instituciones públicas y privadas. “Que la administración, los sindicatos y las patronales que decidís nuestro futuro y no contáis con nosotros, lo hagáis de una puñetera vez”, ha manifestado el responsable de la organización del Congreso, Javier López. “Las últimas dos reformas laborales y de pensiones lo único que hacen es penalizarnos de forma brutal”, ha añadido tras recordar que en muchos hogares confluyen parejas maduras en paro con hijos también en paro.

El congreso ha arrancado con una ponencia que con ironía se pregunta “¿Cuál es la mejor edad para ser parado?”, en la que han intervenido un joven menor de 35, un desempleado de la franja de los 35-45, y un mayor de 46, que han expuesto su problemática. Un mazazo, pese a su buen humor, ha sido el testimonio de Carlos Grima, de 55 años. Cortador textil de oficio, ha explicado que vive en un local, que lleva “años” sin trabajar en un “oficio que ya no existe”, que se busca la vida como música y que le duele especialmente ver cómo su hija e 20 años “todavía no sabe lo que es trabajar”.

Jordi López, de la franja media, ha explicado como sus padres le inculcaron que el trabajo dignifica, para preguntarse si es que los parados no tienen dignidad. “Ya que tenemos tiempo, vayamos a molestar, a aprovechar el tiempo”, ha propuesto tras criticar los recortes y las políticas públicas de austeridad. En el turno de intervenciones abiertas, la mayoría de voces han apostado por pasar a la “acción directa” . “Hay más gente en las rebajas y en la cadena humana soberanista que en las manifestaciones de parados”, ha dicho un participante desde el público.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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