El Parlamento se muestra incapaz de condenar los ataques a partidos

Lo que podía haberse resuelto con un pronunciamiento oficial del Parlamento vasco contra los ataques a las sedes de los partidos políticos —la del PP en San Sebastián, precintada el pasado viernes con carteles por los presos de ETA y unas pintadas anteriores contra un batzoki peneuvista— va a acabar convirtiéndose en otro conflicto más entre los partidos a cuenta de la paz y la convivencia. La Cámara se vio ayer incapaz de cerrar un acuerdo mínimo para condenar este tipo de actos de intolerancia contra los partidos, primero porque EH Bildu bloqueó la posibilidad de que se leyera una declaración institucional, para la que es necesaria la unanimidad de los grupos de la Cámara. Y después, porque la presidenta del Legislativo, la peneuvista Bakartxo Tejeria, y el PP no lograron ponerse de acuerdo en el texto que hubiese sustituido a la declaración institucional por una declaración de la Presidencia más genérica, pero igual de contundente.

El texto que había elaborado el PP copiaba la declaración aprobada por las Cortes Generales contra el ataque a la sede de la Generalitat en Madrid, cometido por un grupo fascista el pasado 11 de septiembre. Así, condena “los actos de intimidación ocurridos el día 4 de octubre de 2013 en la sede del PP en San Sebastián”, muestra la solidaridad con los afectados y expresa su preocupación ante “la existencia de actos de intolerancia y violencia ideológica y conductas antidemocráticas”. Tras solicitar de todas las instituciones “no solo la aplicación diligente de la ley, sino una especial sensibilidad y contundencia ante este tipo de hechos”, acaba con un llamamiento final a “la paz y a la convivencia basada en el respeto al adversario”.

Un texto calcado fue

El ataque contra la sede popular donostiarra se produjo al día siguiente de que un parlamentario de EH Bildu llamase “fascista” en la Cámara al portavoz popular y presidente del PP de Gipuzkoa, Borja Sémper, acusación que Sortu repitió el mismo día del ataque. Los herederos de Batasuna contextualizaron lo ocurrido como una respuesta a la detención de 18 miembros de Herrira, el movimiento por los presos de ETA. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, aseguró, ya el sábado, que el ataque de simpatizantes de la izquierda abertzale a la sede donostiarra de su partido, debía considerarse, “por supuesto”, como “una prueba” a tener en cuenta con “muchas otras” si se estudia la ilegalización de Bildu.

Tejería intentó ampliar la condena a otros hechos

El rechazo de EH Bildu al modelo de declaración institucional que proponía el PP a todas las formaciones no le llevó a la coalición ni un minuto de reflexión, pese a que era calcado al que aprobó el Congreso, con los votos de Amaiur, tras el ataque ultraderechista de Madrid. El segundo intento para que prosperase en la Cámara una condena de los hechos de San Sebastián se prolongó a lo largo de toda la jornada. Sémper presentó el mismo texto a Tejeria para que lo leyera como una declaración de la Presidencia, que no requiere de unanimidad. Después de darle unas vueltas al texto, Tejeria le contrapropuso otro alternativo. La presidenta retiró la referencia expresa a la sede del PP y la sustituyó por una más genérica que abarcaba también los ataques pasados al PNV. “Condenamos las actuaciones contra sedes de organizaciones políticas ocurridas la semana pasada”, citaba la oferta que le hizo la presidenta al PP.

Y precisaba que se trataba “de actos de intimidación practicados sobre personas y sedes de organizaciones políticas”. Sémper rechazó, por “genérica”, la propuesta de Tejeria, que ésta había ampliado a otros partidos para hacerla más asumible para el resto de formaciones. Al final, ni una ni otra. El PP registrará hoy una proposición no de ley con los mismos cuatro puntos para su debate, aunque sin demasiadas esperanzas de que salga adelante después de las frustradas negociaciones con el PNV y habida cuenta de que con el PSE y UPyD no llegan a sumar mayoría absoluta.