El saber pegado al territorio

Son las más jóvenes de las universidades de las capitales andaluzas, pero reivindican ahora más que nunca su permanencia. Las universidades de Jaén (UJA), Huelva (UHU) y Almería (UAL) cumplen este curso 20 años de andadura acuciadas por la grave crisis económica que asola al conjunto de las universidades públicas del país y con no pocos desafíos por delante. Quizá el más importante sigue siendo el que inspiró su creación en 1993: convertirse en instrumento de transformación social y económica de su provincia.

Las tres universidades han tenido que convivir durante todo este tiempo con las voces que cuestionan la inflación de centros de enseñanza superior en España, algo que rebaten las estadísticas que sitúan a España como el segundo país de la UE con menos universidades. Pero el rector de la UJA, Manuel Parras, lo tiene claro: “Ahora es cuando más sentido tienen las universidades pegadas al territorio”. Parras alude a que la crisis económica y el recorte de las becas está expulsando del sistema público de enseñanza a muchos estudiantes, mientras que otros pueden seguir sus estudios por vivir cerca de una universidad. En el caso de la UJA, una encuesta ha revelado que el 25% de sus alumnos admite estudiar una carrera por tenerla cerca de casa.

El rector de la UAL, Pedro Molina, no cree que la defensa de estos centros deba verse desde la esfera de los “provincianismos”. Pero está convencido de que la creación de la Universidad “fue el acontecimiento más importante del siglo XX en Almería”, al tiempo que resalta su papel como “motor para el impulso del tejido productivo de la provincia”. Su colega de Huelva, Francisco Ruiz Muñoz, echa mano de las estadísticas para valorar el impacto de la UHU en la sociedad onubense: “En 1980 solo el 4,84% de los hombres y el 2,93% de las mujeres tenían estudios superiores, y hoy son el 22,23% y el 19%, respectivamente; es decir, se ha multiplicado por cinco y por seis el número de universitarios”.

Lo que ocurre es que los graves problemas financieros están haciendo mella en los campus con menos recursos. “Estamos al límite de nuestras posibilidades para la supervivencia de la UAL”, admite Pedro Molina; “la crisis afecta a todas, pero las más pequeñas tenemos que hacer un esfuerzo adicional porque estamos en un mundo muy competitivo”, agrega Francisco Ruiz. La Junta, que se ha acogido al plan de pago a proveedores del Gobierno por valor de 100 millones para las universidades andaluzas, adeuda 65 millones a la UJA, 20 millones a la UAL y 31 a la UHU. “Necesitamos un plan de tesorería urgente”, subraya Manuel Parras, que el año pasado amagó con dimitir si llega el momento en que no pueda pagar a los proveedores o se recorta la plantilla de personal estable.

Especialmente dolorosa está siendo la sangría en el campo de la investigación. “En los últimos cinco o seis años se han bajado los presupuestos y muchos investigadores han tenido que irse fuera del país”, lamenta el rector de la UJA.

Todos los rectores están convencidos de que las universidades dejan más de lo que cuestan. Francisco Ruiz sostiene que la UHU representa el 8% del PIB provincial. “Un euro invertido en una universidad pública reporta 3 ó 4”, añade. Por su parte, la Universidad de Jaén genera en su entorno un valor añadido bruto que supera los 380 millones de euros, con un empleo vinculado de más de 7.000 personas. También los estudiantes extranjeros dejan ingresos. Hasta Jaén han llegado este curso unos 600 alumnos.

La crisis económica ha frenado la llegada de los estudios de Medicina a estas tres universidades, una concesión que en su día también levantó ampollas entre muchos sectores que veían sobredimensionadas estas facultades. Todos los rectores coinciden en que no van a renunciar a esta disciplina. “La tasa de reposición aprobada por el ministro Wert impide de momento la contratación del profesorado, pero seguimos con esa aspiración”, señala Pedro Molina de la UAL. En Jaén, sin embargo, aún deben acreditar en una memoria las infraestructuras que son necesarias, y ya se sabe que no son tiempos donde abunde el dinero público.

Así las cosas, las tres universidades afrontan su futuro más inmediato apostando por la especialización como mejor estrategia para campear la crisis. Quizá la más representativa en ese aspecto sea la UAL, donde casi el 80% de sus equipos de investigación están vinculados al sector agroalimentario, al igual que ocurre con buena parte de sus grados y másteres. Lo mismo pasa en la UJA, que se quiere convertir en un referente en los estudios sobre el olivar y el aceite de oliva. “Hace 15 años no había ni una sala de catas y hoy vienen desde Japón, Arabia o Argentina para que les enseñemos”, indica Manuel Parras. El rector de Huelva destaca que la onubense “se ha convertido en un referente cultural de primera magnitud”, con más de 500 actividades celebradas desde el curso 2007-2008.

En definitiva, los rectores rechazan cualquier tentación de hacer prescindibles los estudios universitarios en estas provincias. Pero, como defendió Manuel Parras, que se erigió en portavoz de los rectores andaluces durante la inauguración del curso por parte de la presidenta de la Junta, es preciso acabar con la situación de “asedio” que sufren estos centros públicos. Parras aseguró que se está asistiendo a un “desmantelamiento progresivo del derecho de autonomía universitaria reconocido en la Constitución Española” y rechazó la “campaña de desprestigio” hacia el sistema universitario público.