_
_
_
_
_

Una plataforma ciudadana, contra el complejo industrial del Polo Químico

En 2012, el colectivo Mesa de la Ría concurrió a las elecciones obteniendo un concejal

El Polo Químico de Huelva está situado próximo a la ría.
El Polo Químico de Huelva está situado próximo a la ría. JULIÁN ROJAS

La Mesa de la Ría, una plataforma ciudadana nacida en 2002 con el propósito de recuperar la avenida de Francisco Montenegro, está en contra el Polo Químico de Huelva. Defiende que ese espacio puede incorporarse a la ciudad y perseguir otro tipo de desarrollo económico, como el turístico. El colectivo sigue expresando su preocupación por los efectos que sobre la salud y el medio ambiente tiene el Polo Químico. En 2003 se produjo un varapalo para quienes defendían la recuperación de esta zona para la ciudad con la concesión de la licencia a Endesa, pese a todas las trabas que halló en el camino, para construir su nueva planta de ciclo combinado. Esa planta dejaban en papel mojado los acuerdos del 1991. En 2012 el colectivo Mesa de la Ría concurrió a las elecciones obteniendo un concejal. José Pablo Vázquez, uno de los impulsores del movimiento, ha venido defendiendo en el pleno la recuperación de ese entorno. Y a pesar de que Vázquez falleció este año tras una enfermedad, el colectivo no abandona sus reivindicaciones. “Hoy estamos asistiendo al desmantelamiento de algunas fábricas como Foret o Nilefós. Nuestro objetivo es el mismo que hace una década: pedir a las Administraciones que busquen alternativas. La pérdida de empleo debe suplirse con las nuevas inversiones que demandan los ciudadanos como el turismo o las industrias de transformación no contaminantes”. La Mesa de la Ría se apoya en los estudios elaborados por la Universidad Pompeu Fabra de Cataluña y por el Instituto Carlos III que coinciden en señalar que “la contaminación tiene incidencia en la salud de los onubenses”.

El gerente de la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas, Juan Manuel Díaz del Valle, subraya la importante mejora ambiental acometida por las industrias desde los 80. “Las reducciones en las emisiones no solo están cuantificadas sino que son perceptibles. Cumplimos ampliamente los estándares europeos y tenemos un control férreo por parte de las Administraciones”, afirma. El problema reside, matiza Díaz del Valle, en que parte de la sociedad no tiene esa percepción. “Parece que cometimos un pecado original que estamos condenados a purgarlo y pagarlo mientras vivamos”, añade.

El delegado del Gobierno andaluz en Huelva, José Fiscal, ha garantizado que la Junta “vela por el estricto cumplimiento de las empresas del Polo en cuanto a legislación de la comunidad europea”. Fiscal está convencido de que la relación de las industrias con la ciudad ha cambiado. “Nosotros vamos a estar vigilantes para que se preserven los derechos de los ciudadanos respecto a la salud y al medio ambiente”. “Salvo algún episodio puntal, las empresas cumplen a raja tala la normativa”, concluyó José Fiscal.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_