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Cotino se ve acosado por “la izquierda marxista” y la oposición pide que dimita

El presidente de las Cortes defiende su honradez Revela que da el 50% de sus ingresos "a Cáritas y otras instituciones benéficas" La oposición pide que dimita por los escándalos con las empresas de su familia

El presidente de las Cortes, Juan Cotino, responde a los periodistas en los pasillos del Parlamento valenciano.
El presidente de las Cortes, Juan Cotino, responde a los periodistas en los pasillos del Parlamento valenciano.MANUEL BRUQUE (EFE)

No bastó su comparecencia a puerta cerrada de hace casi un mes, ni su ausencia del miércoles en un pleno que incluía en el orden del día iniciativas que le afectaban. El presidente de las Cortes Valencianas, Juan Cotino, del PP, comprobó este jueves, al sentarse otra vez en su puesto para la continuación del pleno, que la oposición va a mantener la presión sobre aspectos de su gestión y sobre las relaciones de las empresas de su familia con contratos de la Generalitat y con casos de corrupción

Los gastos de caja fija de la Generalitat, en los que aparecen facturas de su departamento cuando era consejero de Medio Ambiente, fueron objeto de una iniciativa de la diputada de Compromís Mònica Oltra, que volvió a convertirlo en objeto de crítica. Esta vez, Cotino salió al pasillo de la Cámara para explicar a los periodistas que se siente víctima del “acoso” de la “izquierda marxista” y para defender la trayectoria de la empresa de su familia, Sedesa. La oposición se apresuró a reiterar sus demandas de que dimita.

Sobre las afirmaciones de que utilizó el dinero de la caja fija de la Generalitat para cuestiones como un viaje a Roma, Cotino explicó que fue invitado a participar en la beatificación de dos valencianos dentro de la delegación española que acudió al Vaticano, al frente de la cual estaba el ministro Moratinos. El hotel propuesto por el Ministerio de Asuntos Exteriores le parecía caro, y pernoctó en una residencia de religiosas valencianas con un coste de 40 euros.

Expulsado sin razón

A. B., Valencia

Ignacio Blanco se preguntaba ayer qué artículo del reglamento le habían aplicado para permitirle asistir al pleno de las Cortes Valencianas después de que Alejandro Font de Mora le expulsara el miércoles. El diputado de Esquerra Unida acudió a trabajar en su despacho del edificio de los grupos parlamentarios cuando le comunicaron que podía incorporarse al pleno. “Es un reconocimiento implícito de que Font de Mora se excedió”, comentó Blanco, quien recordó que el presidente en funciones le expulsó cuando trató de pedir la palabra para desmentir que una concejal de su formación en Ibi estuviera imputada, como sostuvo en la tribuna César Sánchez, del PP. “Es completamente falso”, dijo Blanco, con quien se disculpó el propio Sánchez tras el pleno al comprobar que lo que había dicho no era cierto.

Este miércoles, Font de Mora, en un momento en que sustituía de nuevo a Juan Cotino, sí que permitió al diputado socialista José Benlloch que respondiera por alusiones a María Fernanda Vidal, que había arremetido contra el Ayuntamiento de Vila-real, donde Benlloch es alcalde.

Además, afirmó que no se arrepiente de haber pagado una cena para celebrar el 9 d’Octubre a valencianos que trabajan en Roma, ni de haber enviado tres cajas de mandarinas a instituciones de Roma. El ahora presidente de las Cortes justificó, a preguntas de los informadores, el gasto de 444 euros en el envío de mandarinas a Italia porque quería “promocionar las naranjas valencianas”.

Preguntado por el hecho de que esos importes se cargaran a la caja fija de la consejería y de que fuera su jefe de gabinete quien firmaba las autorizaciones, algo que contraviene la normativa, confesó que desconoce cómo funciona la caja fija. “Mi opinión es mala”, respondió Cotino, por otra parte, a la pregunta de qué le parece que la empresa de su familia esté implicada en el caso Gürtel. A nadie le gusta verse “en el disparadero”, comentó.

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Respecto a las acusaciones de la oposición sobre las adjudicaciones de la Generalitat a Sedesa, Cotino alegó que dejó de ser accionista en 2007, y que entre 2004 y 2007 el 88% de la facturación de la empresa se hizo a Administraciones ajenas a la Generalitat o empresas privadas. Para defender su honradez, Cotino reveló que destina el 50% de sus ingresos “a Cáritas y otras instituciones sociales y benéficas”.

El portavoz socialista, Antonio Torres, señaló a continuación, en los mismos pasillos de las Cortes, que Cotino debe ser “transparente” sobre el volumen de negocio que Sedesa y otras empresas de su familia han tenido con la Generalitat. “El problema del señor Cotino no son tres cajas de mandarinas”, comentó el portavoz, que recordó que Cotino tuvo el 9% de las acciones de Sedesa entre 2002 y 2007, mientras mantenía cargos en la Generalitat y que, en 2007, cuando Bancaja otorgó un préstamo a Sedesa de 52 millones de euros para reestructurar la empresa, al tiempo que avalaba con 29 millones esa reestructuración, todavía figuraba como accionista. Torres se refirió también a Terra Natura, adjudicataria de terrenos en el entorno de Terra Mítica, participada por la familia Cotino y a la que la Generalitat permitió pagar el canon en entradas.

Para Mònica Oltra, de Compromís, si Cotino tuviera “tanta vergüenza como fe, dimitiría”. Consideró “insostenible” que un presidente de las Cortes “no pueda presidir una sesión” porque cuatro puntos le afectan “directamente” con “sospechas de corrupción muy fundadas”. Ignacio Blanco, de Esquerra Unida, señaló que Cotino ha buscado “excusas” para ausentarse del debate, lo que evidencia su “debilidad”.

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