_
_
_
_
_

El responsable del Fernán Gómez quiere renombrarlo Centro Cultural de la Villa

El edil de Las Artes recalca que el apellido del actor seguirá en la denominación

Teatro Fernán Gómez, en la plaza de Colón
Teatro Fernán Gómez, en la plaza de ColónSamuel Sánchez

El responsable del Teatro Fernán Gómez - Centro de Arte, José Tono, se propone recuperar el anterior nombre de la instalación, Centro Cultural de la Villa, porque “sigue siendo el de referencia en el imaginario colectivo de la ciudad”. Los responsables de la empresa cultural municipal, Madrid Destino, de la que depende el teatro, están de acuerdo con el cambio de nombre y así se lo han comunicado a los trabajadores. Sin embargo, el edil de Las Artes, Pedro Corral, ha señalado que se sumará el anterior nombre al actual, sin eliminar la referencia al escritor, director y actor.

José Tono, en un documento al que ha tenido acceso EL PAÍS y en el que se identifica como director del centro, asegura que busca evitar “el perjuicio” de que “la extensa denominación de Teatro Fernán Gómez - Centro de Arte ocluye el resto de las actividades realizadas por el centro, su sala de exposiciones y espacios anejos de alquiler”. En resumen, quiere que se llame sólo Centro Cultural de la Villa y “renombrar las tres salas que lo componen”. Así, el homenaje a Fernando Fernán Gómez aprobado por el pleno en noviembre de 2007, una semana después de su fallecimiento, y con Alberto Ruiz-Gallardón (PP) como regidor, se reduciría a dar nombre a una sala. Su viuda, Emma Cohen, mostró ayer su “absoluta perplejidad” ante “el desprecio y agravio” que supondría “quitarle el nombre del teatro al pelirrojo más maravilloso de la villa”.

Se pregunta Cohen si el director del centro “actúa así, a lo mejor, porque su sala no se destaca demasiado con el actual nombre y quiere que se vea más la parte que lleva”. Tono, aunque firme como director no ha sido designado oficialmente como tal; ejerce como “director-coordinador”, según ha explicó ayer, “tras un nombramiento a nivel interno [de la empresa municipal] y a expensas de cómo se fije después”.

José Tono ejerce de director-coordinador tras el despido de Miguel Munárriz

En una nota fechada el 19 de septiembre, el Ayuntamiento anunciaba el despido del que había sido director del teatro desde primavera de 2012, Miguel Munárriz, “y el desdoblamiento del centro en dos aspectos diferenciados: la parte expositiva y de actividades culturales, y la programación teatral”. Al frente de la primera, se colocó a Tono, director ya del centro cultural del Palacio de Cibeles; la segunda quedaba sin responsable directo, y recaía en el director municipal de Artes Escénicas, Natalio Grueso. Un centenar de figuras de la cultura ha censurado en una carta al Ayuntamiento por llevar “a las instituciones al desastre” y tener así “un pretexto para que se privaticen”.

“No sabemos cuándo se le ha nombrado [a José Tono] y dónde. Y nos sorprende aún más su observación subjetiva acerca de que los vecinos no consideran apropiado el nombre de Fernando Fernán Gómez para este centro”, explica Milagros Hernández, edil y portavoz de Cultura de Izquierda Unida. “Nos parece un atrevimiento que, nada más llegar, intente desvincular de la memoria artística de la ciudad a uno de nuestros mejores actores”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

¿Qué explicación hay? “Transcurridos más de cinco años, se ha observado que en el imaginario colectivo de la ciudad, el Centro Cultural de la Villa sigue siendo el nombre de referencia”, señala José Tono en el citado documento, con fecha de 27 de septiembre.

Cree que el nombre antiguo permanece “en el imaginario colectivo de Madrid”

El cambio de nombre ya fue anunciado sin embargo por el número dos de la empresa cultural del Ayuntamiento, Timothy Chapman, en una reunión con el comité de empresa del centro dos días antes; entonces, Chapman, afirmó que la nueva denominación sería “Centro de Arte y Centro Cultural de la Villa de Madrid”. “Todo esto nos hace sospechar que bajo esta maniobra hay una privatización de este espacio y el intento del equipo de gobierno de hacer negocio con la terraza, la cafetería y el teatro”, añade la concejal de Izquierda Unida.

Efectivamente, en su reunión con los trabajadores, como ya había avanzado en otras ocasiones, Chapman desveló su intención de ceder la gestión del teatro a un empresario (según dijo, hay varios interesados). El concejal de Las Artes, Pedro Corral, ha matizado que esta “posibilidad” no se ha “plasmado aún en papel”, y “hasta enero de 2014 queda tiempo para plantearlo”. Hoy empieza el proceso de fusión de las empresas municipales de cultura y de turismo, ambas presididas por el exdelegado de Las Artes Fernando Villalonga, a las que se sumará a final de año Madridec, usada durante años como inmobiliaria y ahora en quiebra y liquidación.

La viuda del actor ve “un desprecio y agravio” la retirada del nombre

Según dijo Chapman, número dos de Villalonga, en su reunión con los representantes de los trabajadores, el Fernán Gómez es el teatro que más subvenciones municipales requiere (3,4 millones anuales), recauda solo 911.000 euros y sus costes estructurales (2,5 millones) no son viables y, por tanto, no pueden mantenerse.

Dentro de este proceso se encuadra pues el cambio de denominación de la instalación, que pasaría a llamarse “Centro Cultural de la Villa - Centro de Arte”, según ha afirmado José Tono a EL PAÍS. “En un nombre no puede haber 50 cosas”, añadió. El homenaje a Fernán Gómez se limitaría a una de las salas, la que ahora se conoce como Antonio Guirau, de 689 espectadores.

De esta forma, la privatización de la gestión podría limitarse a la programación de las dos salas de teatro, quedando el área expositiva en manos de José Tono. Se “liberarían” así, según explicó Chapman, a los técnicos para que pudieran trabajar en otros centros. Esto no es nuevo. Villalonga apostó en 2012, cuando aún era delegado de Las Artes (dejo el puesto en mayo por sentencia del Tribunal Constitucional), por “un nuevo modelo” basado en “la coordinación de programaciones y recursos” para “una gestión más eficiente”. Eso se tradujo en que cada instalación municipal prescindió de la mayor parte de sus técnicos (maquinaria, sonido, luces), que pasaron a un equipo común.

IU denuncia que se quiere desvincular la memoria de artística de Madrid

Luego se aprobó un expediente de regulación de empleo, cerrado con 44 trabajadores menos. En la reunión, Chapman anunció un nuevo “ajuste”, que ciñó sobre todo a la parte administrativa por evitar “duplicidades”. Señaló que podrían ser bajas incentivadas, jubilaciones, recolocaciones o fórmulas parecidas y no despidos, e incluso en este último caso no tendría que ser un expediente de regulación de empleo si no llegara a afectar al 10% de la plantilla. “Lo relevante es que quieren privatizar el teatro y que admiten tener, sin concurso público, a empresarios amigos interesados. El cambio de nombre es simple revanchismo político”, opina el dirigente de CC OO Pedro Delgado.

El despido este mes del director de teatro, Miguel Munarriz, se explica dentro de este proceso. Junto a él, también salió el director de Circo Price, Pere Pinyol, que sin embargo, en contra de lo publicado el viernes por este diario, no fue despedido sino que pactó su marcha. Pinyol era consciente de que, antes del verano, su carta de despido estaba sobre la mesa por su gestión, tan brillante como independiente. En septiembre decidió ser él quien se marchara, enfermo pero también cansado y desconcertado por la falta de claridad sobre el proyecto político de futuro para el Price. Acordó una fórmula para seguir hasta enero de asesor, manteniendo el sueldo a cambio de “un trabajo intenso”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_