_
_
_
_
_

El Ayuntamiento de Madrid quiere privatizar el teatro Fernán Gómez

Los responsables municipales avanzan a los empleados su deseo de externalizar la gestión del centro tras despedir al director

El centro municipal, en la plaza de Colón, que pasará a llamarse Centro Cultura de la Villa - Teatro Fernán Gómez.
El centro municipal, en la plaza de Colón, que pasará a llamarse Centro Cultura de la Villa - Teatro Fernán Gómez.AYUNTAMIENTO DE MADRID

El Ayuntamiento de Madrid quiere privatizar la gestión del teatro Fernán Gómez, el segundo municipal en número de espectadores, según han señalado sus responsables a los trabajadores. Hace días, se despidió a su director, Miguel Munárriz, y al del Circo Price, que, según diversas fuentes, puede verse incluido en el proceso. Además, quiere recuperar el nombre de Centro Cultural de la Villa manteniendo, eso sí, el de teatro Fernán Gómez.

El edil de Las Artes, Pedro Corral (PP), ha matizado que la “posibilidad” de privatizar la gestión no se ha “plasmado aún en papel”, y “hasta enero de 2014 queda tiempo para plantearlo”. En enero concluye la fusión de la empresa municipal de cultura, Macsa, con otras dos, y se verá si siguen al frente sus actuales responsables, que son los que han comunicado estos planes.

Un centenar de figuras de la cultura ha censurado en un manifiesto que se “lleve a las instituciones al desastre” y tener así “un pretexto para que se privaticen”.

Dos grandes teatros. El Ayuntamiento gestiona dos grandes teatros, a los que sumó recientemente el Price. El Español tuvo 913.000 espectadores de 2004 a 2011, y otros 285.000 de las Naves del Español en Matadero (desde 2007). El Fernán Gómez tuvo 854.000 espectadores de 2004 a 2011. El Price, 800.000 desde 2007, sobre todo en conciertos.

Altos cargos y promesas. El responsable de las actividades y centros culturales municipales es Fernando Villalonga, que entre enero de 2012 y mayo de 2013 fue delegado de Las Artes y ahora dirige la empresa municipal Macsa.

Villalonga fichó en marzo del año pasado a Natalio Grueso como director de Artes Escénicas y del Español; este puso a Miguel Munárriz al frente del Fernán Gómez y mantuvo a Pere Pinyol en el Price (llevaba desde 2009).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En el Fernán Gómez, el Ayuntamiento prometió “potenciarlo como gran centro cultural dedicado prioritariamente a las artes escénicas de España e Iberoamérica”. En el Price, apostó por convertirlo en “la sala de referencia de grandes conciertos de España”.

Recortes de empleo. Villalonga anunció el año pasado un ambicioso Plan Estratégico de Cultura que, pasados dos de sus cuatro años de vigencia, aún no ha redactado. En el borrador, apostaba por un “nuevo modelo de las artes escénicas” basado en la “coordinación de programaciones y recursos” de los centros municipales. “Se busca una gestión más eficiente”, añadía.

Eso se tradujo en que cada centro dejó de tener su propio personal técnico (maquinaria, sonido, luces, etcétera), que pasó a formar parte de un equipo común. A continuación, se aprobó un expediente de regulación de empleo, cerrado con 44 trabajadores menos. Una vez reducido el equipo profesional, Villalonga ha dado un paso más y se ha llevado por delante este mes a los directores. Despedidos Munárriz del Fernán Gómez y Pynol del Price, todos los centros escénicos dependen ahora directa y únicamente de Grueso.

Manifiesto de la cultura. La gestión de Villalonga ha sido respondida por el mundo de la cultura con un durísimo manifiesto, que en dos días ha recabado casi un centenar de firmas y espera duplicar o triplicarlas antes de ser enviado a Corral.

“Con una mezcla de perplejidad, inquietud e indignación”, se condena el “caciquismo autoritario y cortesano con que se dirige la cultura pública en España y muy particularmente en Madrid”. “Cabe preguntarse si lo que los responsables políticos del Ayuntamiento buscan son gestores eficaces o, por el contrario, gestores ineptos y mediocres que lleven las instituciones culturales al desastre y que den así un pretexto para que se prescinda de ellas y se privaticen”, se añade. “Los comportamientos intrigantes, maniáticos y sectarios de Villalonga hace tiempo que son conocidos en los ambientes culturales de Madrid, y nos parece que la Junta de Gobierno debe actuar sin más dilación para atajarlos, so pena de convertirse en cómplice solidaria de esos comportamientos. (…) Desmantelar o degradar las estructuras culturales públicas y someter su gestión política a las reglas de la arbitrariedad, la mentira y la codicia solo pueden contribuir al descrédito del que lo consiente y, con mayor gravedad, a la ruina civil de todos nosotros”, concluye el manifiesto.

Hasta la fecha lo han firmado, entre otros muchos, los productores Juan José Seoane, Juan Antonio Molina y Eduardo Galán; los actores Luis Merlo, Pepe Viyuela y Cecilia Freire; el músico Luis Eduardo Aute; el cineasta Antonio del Real; los escritores Rosa Montero, Manuel Longares y Luisgé Martín; el director de la Feria del Libro, Teodoro Sacristán; el dibujante Julio Rey...

Gestión privada del teatro. Antes de ser despedido, Munárriz fue advertido de las intenciones de Villalonga: “Necesitamos externalizar el teatro”. El número dos de Villalonga, Timothy Chapman, desveló a los trabajadores el pasado miércoles su proyecto para ceder la gestión del Fernán Gómez a un empresario (hay varios interesados, añadió), que ya había avanzado en otras ocasiones.

Según dijo Chapman en esa reunión, el Fernán Gómez es el teatro que más subvenciones requiere de Macsa (3,4 millones anuales), recauda solo 911.000 euros y sus costes estructurales (2,5 millones) no son viables y, por tanto, no pueden mantenerse. “Si los actuales directivos admiten que no saben gestionar los teatros, que se vayan o que los dejen en manos directamente de Las Artes. Han fallado los directivos, no los profesionales”, incide el dirigente de CC OO Pedro Delgado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_