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Aguirre: “Hay que revisar el modelo autonómico y catalanizar España”

La presidenta del PP de Madrid tacha en Barcelona de error apelar al desastre económico para retraer a los independentistas

Foto: atlas | Vídeo: Atlas / Gianlucca Battista
Àngels Piñol

Esperanza Aguirre, la presidenta del Partido Popular (PP) de Madrid, mostró este jueves en una conferencia en Barcelona su receta para desarmar a quienes aspiran a que Cataluña se convierta en un Estado independiente: “Catalanizar” España y afrontar una revisión “a fondo” del modelo autonómico que reconozca la especificidad de Cataluña. Tras dejar claro que la Constitución prohíbe la consulta soberanista, Aguirre defendió que la forma de desatascar el conflicto es seducir a quienes apuestan por la secesión y no insistir en augurar la catástrofe económica de una Cataluña independiente: “Cuando somos presa del amor y el odio, las consecuencias económicas importan poco”.

Entiendo el malestar de los catalanes cuando otras comunidades  copian sus instituciones", dice Aguirre

El discurso de Aguirre descolocó al PP catalán, muy lejos de esas reivindicaciones, hasta el punto de que Alicia Sánchez-Camacho se vio obligada tras la charla a admitir que apoyaba la idea de “catalanizar” apelando a que Cataluña siempre ha sido el motor de España. Pero, sobre todo, las palabras de Aguirre suponen un ataque a la estrategia del Mariano Rajoy, que confía en reconducir el proceso dialogando con Artur Mas y esperando a que el tiempo diluya la presión soberanista. “Hay que buscar soluciones dentro de la ley y esta crisis tiene que servir para resolver el encaje de Cataluña en España”, dijo.

En una conferencia en el Círculo Ecuestre, tan abarrotado que habilitó salas anexas para acoger a sus socios, Aguirre tachó de “error” intentar convencer a los independentistas diciéndoles que les “irá muy mal en lo económico”. “Es como decirle a un enamorado que su novia es pobre y que si se casan, van a pasar muchas apreturas. No solo no le convences: enciendes más su pasión amorosa”. Aguirre quiso irrumpir en el debate soberanista apelando a los múltiples lazos que tiene con Cataluña por razones familiares —tiene orígenes ampurdaneses y recordó que hasta su nombre le viene de una abuela hija de catalanes— y ahora ya laborales (trabaja en una empresa catalana de cazatalentos).

La presidenta popular de critica la estrategia del miedo para y apuesta por la seducción para acabar con el independentismo

La solución pasa, a su juicio, por la reforma del modelo autonómico, que ha conducido, dijo, a “situaciones ridículas” con 17 “estadillos” y que acabó con el efecto integrador de los Estatutos de Cataluña y el País Vasco. “Es comprensible el malestar de los políticos catalanes cuando ven que en Murcia, Logroño o Santander se copian instituciones que creían solo suyas o cuando comunidades creadas de la nada se igualan a Cataluña en competencias e instituciones”, dijo, y remachó: “Con el café para todos se puede comprender a quienes dicen que no se reconoce la especificidad de Cataluña”.

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En su discurso, ha acusado al nacionalismo de adoctrinar a los niños catalanes y de falsificar la historia

Su idea para superar el desafecto, que circunscribe más a los políticos que a los ciudadanos, pasa por reconocer que España necesita “ser catalanizada”. “Al conjunto de españoles les vendría muy bien conocer y amar más a Cataluña y lo catalán”, deslizó, aludiendo a que se debería estudiar su idioma, literatura e historia. Pero para ello, dijo, es preciso que los catalanes recuperen su “proverbial espíritu abierto” olvidándose del “intervencionismo” de sus políticos. Aguirre emplazó a los empresarios a liderar la economía y ciencia españolas emulando al Barça, que ha “exportado su modelo y logrado que España ganara el Mundial”.

En su reflexión, Aguirre atribuyó a cinco razones la explosión soberanista pese a que hace 35 años los catalanes votaron la Constitución con “entusiasmo”. No dejó títere con cabeza: culpó al nacionalismo de “adoctrinar” a los niños catalanes omitiendo los fuertes lazos entre Cataluña y España y falseando, por ejemplo, la Guerra de Sucesión; acusó a los medios de comunicación de permitir una “anómala” libertad de expresión al no cuestionar el pensamiento único nacionalista; criticó a la izquierda catalana por abrazar el nacionalismo; a la UCD por no rescatar el Estatuto de 1932, y lamentó que no se publiquen las balanzas fiscales. No citó a Mas y respondió así cuando un público entusiasta le preguntó si se presentará a las generales: “No he venido aquí a criticar a Rajoy; Rajoy hace lo que puede”.

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