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La nueva Casa Asia expone las arquitecturas del tsunami

La exposición da comienzo a las actividades en la nueva sede, en el recinto del antiguo hospital de Sant Pau

Una de las salas del nuevo espacio para exposiciones de Casa Asia.
Una de las salas del nuevo espacio para exposiciones de Casa Asia.

El teatro efímero en forma de concha de Arata Isozaki y el artista indio Annish Kapoor, los espacios comunitarios de Toyo Ito, las prótesis arquitectónicas para edificios medio derrumbados del Team Roundabout, las casas container de Shigeru Ban y los anónimos refugios de cartón. Son algunos de los 51 proyectos, ilustrados por maquetas, textos, dibujos y vídeos, de la exposición Arquitecturas después del tsunami,que da inicio a las actividades de Casa Asia en su nueva sede, en el recinto del antiguo hospital de Sant Pau.

La muestra, que tras su clausura el 16 de noviembre se presentará en Madrid, ocupa una sala provisional, mientras termina la restauración de su enclave final. Sin embargo, sus 350 metros cuadrados y su posición, bien visible a pie de calle, la convierten en un espacio muy apetecible para Casa Asia. “Aún no sabemos exactamente cuál será nuestro emplazamiento definitivo”, aseguró Menene Gras, directora de Cultura y Exposiciones de Casa Asia. Gras, que llevó a cabo en julio el traslado de la vieja sede, en el también modernista palacio Baró de Quadras, prefirió no retrasar la inauguración de la temporada expositiva, pese a iniciarla en una sala provisional.

“Aunque han pasado más de dos años del terremoto y posterior tsunami, Japón vuelve a ser noticia por la posible fuga de materiales radioactivos de la central nuclear de Fukushima y a la vez por conseguir las Olimpiadas de 2020”, indicó Gras, destacando el tesón de un pueblo capaz de enfrentarse y sobrellevar catástrofes de gran magnitud con orden, sosiego y eficacia. Estas cualidades caracterizan también los proyectos de la exposición, repartidos en cuatro secciones: respuestas de emergencia, alojamientos temporales, proyectos de reconstrucción y propuestas internacionales, que incluye las aportaciones de estrellas de la arquitectura, como Zaha Hadid, Frank Gehry y los españoles Alberto Campo Baeza y Elias Torres.

La arquitectura utópica del siglo XIX, la tradición y los materiales autóctonos, así como los avances tecnológicos, sirven de caldo de cultivo para un conjunto de proyectos que demuestran el compromiso social de los arquitectos y su capacidad de injertar esta catástrofe medioambiental en su contexto, ofreciendo soluciones rápidas, viables y efectivas, para contribuir a paliar la situación de pérdida y desamparo de los afectados.

Los efectos del desastre sobre la central nuclear, pone de relieve las repercusiones globales de un drama que podría repetirse en muchos lugares del mundo, de ahí la importancia de la internacionalización de la respuesta que se aborda en la última sección. Para descubrir los aspectos ingeniosos e innovadores de los proyectos no basta con mirar las maquetas, hay que leer los paneles, que impulsan también la reflexión sobre cuestiones fundamentales como los modelos económicos y sociales contemporáneos o la relación entre hombre y naturaleza. Se necesita tiempo, pero está muy bien empleado.

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