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Puentes rotos en la judería

La Casa Sefarad-Israel de Andalucía cierra su sede en Jaén por los recortes financieros de las instituciones locales El impulso previsto para la promoción de la zona judía de la ciudad se paraliza

Ginés Donaire
Entrada a los Baños del Naranjo, que iba a ser la sede de la Casa Sefarad-Israel en Jaén.
Entrada a los Baños del Naranjo, que iba a ser la sede de la Casa Sefarad-Israel en Jaén. josé manuel pedrosa

No ha surgido de casualidad que Jaén haya sido, junto a Madrid, una de las dos capitales del judaísmo en España. La cultura judía está documentada en esta tierra desde el año 612 y alcanzó gran notoriedad bajo los reinados de Fernando III el Santo y de Alfonso X. Y en Jaén nació Hasday Ben Shaprut, judío converso al servicio del califa Abderramán III y artífice del judaísmo andalusí.

Esta herencia influyó de alguna manera para que, en enero de 2011, abriera sus puertas en la capital jiennense la Casa Sefarad-Israel de Andalucía, la segunda del país junto con la que existe en Madrid desde 2006. Servir de puente entre España y el mundo judío es el objetivo de este centro, gestionado por un consorcio creado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y cuya financiación corre en gran parte a cargo de las comunidades autónomas y los entes locales de los territorios donde se ubica.

Pero esos puentes se han resquebrajado apenas dos años y medio después. La Casa Sefarad-Israel en Jaén ha cerrado sus puertas sin hacer ningún ruido y entre la indiferencia ciudadana. Los recortes financieros de los entes locales que la mantenían han estado detrás de esta decisión que, eso sí, ha causado estupor entre los colectivos culturales más implicados con la recuperación de la judería de Jaén, que ahora temen que se paralicen las actuaciones.

Miembros de la asociación cultural Iuventa, en Jaén.
Miembros de la asociación cultural Iuventa, en Jaén.JOSÉ MANUEL PEDROSA

“Es vergonzoso que se haya tirado dinero público a la basura. Cuando se abrió la sede ya estábamos en crisis y se sabía cuál era su coste”, señala Rafael Cámara, presidente de la Asociación Sociocultural Iuventa, la más activa en la defensa de la judería de Jaén. Según el convenio firmado en enero de 2011, el Ayuntamiento se comprometía a aportar 50.000 euros para el mantenimiento de la sede, la Diputación Provincial otros 100.000 euros y la Junta de Andalucía, 150.000. Pero la Diputación terminó su compromiso a finales de 2012 al no poder justificar todas las ayudas la Casa Sefarad-Israel. Y el Ayuntamiento jiennense tampoco ha podido hacer frente a su parte por las dificultades financieras por las que atraviesa.

“Nuestra voluntad era mantener abierta la sede para Andalucía, pero sin la aportación comprometida por las administraciones locales resultaba inviable”, señala Fernando Vara del Rey, coordinador de Cultura y director de Comunicación de la Casa Sefarad-Israel en Madrid. Desde esta entidad se descarta que ya exista una oferta para trasladar la sede a otra ciudad andaluza, negando los rumores que la sitúan en Córdoba. “Está claro que Jaén ha pagado el experimento y ahora se irá a otra ciudad”, advierte Rafael Cámara, de Iuventa.

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Desde Casa Sefarad-Israel se admite su sorpresa por la falta de implicación económica de los entes locales de Jaén. “Estábamos muy satisfechos con su marcha y las actividades habían calado en la población”, indica su portavoz. La sede de Jaén funcionaba de modo provisional en unas dependencias del Palacio del Condestable anexas a la Concejalía de Cultura. Sin embargo, ya se había proyectado incluso su sede definitiva en los Baños del Naranjo, donde se alzaría un centro de interpretación de la cultura judía. Ahora, ese proyecto también queda en suspenso.

Atrás quedan un buen número de actividades promovidas desde la Casa Sefarad-Israel. Como las exposiciones Joseph Bau, el pintor de Cracovia, con reproducciones de los dibujos que realizó este delineante judío durante su periodo de represión en el campo de concentración y también durante su carrera profesional en Israel, o la muestra La historia judía de Andalucía, que ofreció un recorrido por la historia de los judíos, desde la introducción al judaísmo, los judíos de Al-Andalus o una cronología desde el edicto de expulsión a la actualidad. “Son actividades para profundizar en el legado histórico de la cultura sefardí como parte integrante y viva de la cultura andaluza”, explicaba entonces Mercedes Gallardo, la ya exdelegada de Sefarad-Israel en Andalucía.

Golpe para el barrio

Pero la consecuencia principal que tendrá la desaparición de la Casa Sefarad-Israel se notará en la judería jiennense, localizada en pleno casco antiguo. Solares abandonados, basura en las calles, fachadas pintadas, construcciones anárquicas y, sobre todo, la percepción ante los ojos de los turistas de que se trata de un barrio marginal en toda su extensión. Son las notas que presiden esta zona degradada a la que urgen inversiones para su revitalización.

“En lugar de rehabilitar edificios se han tirado muchas casas, falta voluntad política para actuar en esta zona”, comenta Rafael Cámara, que recuerda que Jaén forma parte de la Red de Juderías en España, una red a la que también pertenecen Córdoba, Sevilla y Lucena.

La comunidad judía fue el 10% de la población de Jaén hasta que fueron expulsados u obligados a la conversión en el siglo XIV. Además de un revulsivo turístico para la deprimida zona del casco antiguo jiennense, la judería podría servir, a juicio de la asociación Iuventa, para reflexionar sobre la coexistencia pacífica entre cristianos, judíos y musulmanes.

Uno de los principales atractivos de la judería jiennense es la casa donde vivió Hasday Ben Saprut, famoso médico y farmacéutico que fue en el siglo X ministro de dos califas, Abderramán III y Al-Hakan, además de convertirse en el mejor mediador con la cultura musulmana y la cristiana. La tradicional Estrella de David, símbolo ornamental de los judíos, deja constancia de esta huella histórica en la fachada de su casa.

Los temores de que la judería jiennense se deteriore aún más son evidentes: “Si no ha habido dinero para mantener la sede de Sefarad-Israel mucho nos tememos que tampoco se produzca el necesario impulso para esta zona”, dice el presidente de Iuventa. El contraste con la desidia de los políticos hacia la judería de Jaén lo pone el premio recibido por el arquitecto Luis Fernando Gómez-Stern y el diseñador Ignacio Medina y Fernández de Córdoba por el proyecto de restauración de la antigua judería de Sevilla. Es el Premio de Arquitectura Clásica y Restauración de Monumentos Rafael Manzano Martos que otorga la Fundación Mapfre. El jurado ha valorado que “se da prioridad al uso del lenguaje y las técnicas constructivas tradicionales que dan identidad al conjunto”.

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