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Otra independencia es posible

El Procés Constituent logra rodear los edificios de La Caixa en la Diagonal Arcadi Oliveras pide una Cataluña republicana y más solidaria

Manifestantes en frente de la sede de La Caixa, en la Diagonal.
Manifestantes en frente de la sede de La Caixa, en la Diagonal.Robert Bonet

En un punto de la cadena humana que ayer recorrió Cataluña de norte a sur, el amarillo que simboliza el anhelo independentista debía fundirse con el rojo de las reivindicaciones sociales. Ese punto era la unión de la Travessera de les Corts con la Gran Via de Carles III, a pocos minutos de los edificios que sirven de sede de La Caixa, donde la cadena del movimiento asambleario Procés Constituent engarzó con la Via Catalana.

En ese lugar se dieron la mano a las 17.14 Àngels Alasà y Magda Agustí, de 57 y 71 años, vestidas ambas con la camiseta roja diseñada por la plataforma liderada por la monja Teresa Forcades y el economista Arcadi Oliveras. Forcades no estuvo presente en el acto en el que, bajo el lema de Encerclem La Caixa, los manifestantes rodearon los edificios —a los que dotaron de un gran poder simbólico— para pedir “independencia”, pero también de los bancos.

“Estamos a favor de la independencia, pero no a cualquier precio. Hay que rehacer todo desde un principio”, opinó Alasà. El movimiento consiguió de sobra el objetivo de rodear los dos edificios, llegar por la Diagonal hasta la plaza de Francesc Macià y engarzar con la Via Catalana. El anillo llegó incluso a contar con tres hileras de gente en algunos tramos.

Estamos a favor de la independencia, pero no a cualquier precio"

Fue Oliveras el encargado de subir a la palestra y resumir los objetivos del Procés, que ha aprovechado el 11 de septiembre para organizar un concurrido acto y reunir a sus simpatizantes. “Queremos una república sin ejército, no oprimida por las finanzas, cooperativista y solidaria con otras tierras de España, con los inmigrantes, con el resto de países del mundo y con las futuras generaciones”, resumió el economista, aplaudido por los presentes, que por lo demás estuvieron bastante silenciosos. Además de Oliveras, también hicieron discursos otros activistas, que tuvieron que superar (o lo intentaron) problemas graves con la megafonía.

Ciertos discursos sonaron entrecortados y los encargados de poner las palabras tuvieron que repetir algunas frases. “No es ni ético, ni moral”, se desgañitó contra el micrófono Sònia Farré, de la Auditoría Ciudadana de la Deuda, intentando comenzar una frase. Otro de los invitados a hablar fue el sindicalista del SAT andaluz, Diego Cañamero; o Jaume Botey, del grupo Renta Garantizada Ciudadana, que clamó contra la “implantación cruel del neoliberalismo”. Teresa Forcades envió un discurso desde Berlín, donde está viviendo durante un año mientras da clases en una universidad, explicó Oliveras.

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“La gran mayoría queremos la independencia. Pero no queremos una Cataluña donde solo quepa una parte de la gente”, manifestó Jordi Bosch, que se desplazó desde Girona para participar en el acto. La idea que inspiró la reivindicación la resumió con sencillez Víctor Roca, de 33 años. “Queremos el derecho a decidir, pero bien”, dijo. Y luego lo detalló un poco más: “Hemos venido a defender Cataluña, para que consiga también la independencia económica de los mercados y de la banca”.

Al acto acudieron algunos diputados de ICV, entre ellos Joan Herrera y Dolors Camats. También estuvieron presentes, vestidos con la camiseta roja que se vendió a cinco euros, los editores de la revista local Cafeambllet, Marta Sibina y Albano Dante. Terminado el acto, cerca de las seis de la tarde, los manifestantes se quedaron rondando por la avenida Diagonal, mientras algunos todavía gritaban: “¡A, anti, anticapitalista!”.

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