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Díaz se arma con el partido y evita los ERE

La presidenta de la Junta recupera las cuotas provinciales en su Gobierno, solo mantiene a tres consejeros de Griñán y separa Agricultura de Medio Ambiente

Lourdes Lucio

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, optó este lunes por rodearse de consejeros pata negra del PSOE para formar su primer Gobierno. Gente con mucha experiencia en el partido (y en sus batallas), también en los ayuntamientos y con la que afianza la paz interna que logró al imponerse en la recogida de avales en las primarias. Díaz, que hizo oficial los nombres al mismo tiempo que se lo comunicaba a la ejecutiva socialista, ha decidido prescindir de todo el equipo económico y de confianza de su antecesor, José Antonio Griñán, quien justificó su dimisión, el día que firmó su renuncia, para evitar la erosión de los ERE.

Con su marcha, Griñán ha arrastrado a Antonio Ávila, hasta ahora responsable de Economía, y a Carmen Martínez Aguayo, de Hacienda. Aunque militan en el PSOE, en este partido siempre se les ha considerado como tecnócratas, con poca mordiente política, aunque hayan demostrado lo contrario.

Tanto los secretarios generales provinciales del PSOE como sus coaligados de Izquierda Unida le habían trasladado, con unas u otras palabras, a Díaz su opinión de que no debía contar con dirigentes que pudieran ser salpicados por la corrupción. Y tanto Ávila como Aguayo estaban en ese incómodo escaparate porque a ambos les tocó gestionar asuntos del pasado. El riesgo a una posible imputación ha primado más que la buena valoración que la propia presidenta tiene de ellos.

Díaz solo se ha quedado con tres de los ocho consejeros socialistas nombrados por su antecesor, aunque dos de ellos ocupan otros destinos. Los tres consejeros de Izquierda Unida estaban a salvo de los cambios. IU conoció lo nombres media hora antes que la dirección del PSOE.

El único de los consejeros que permanece en su puesto es el fiscal en excedencia Emilio Llera, en Justicia e Interior. Es amigo personal de Susana Díaz, así como su esposa, Amalia Rodríguez, secretaria de Relaciones con el Parlamento, quien tomará el escaño autonómico que dejará Griñán. Puede que esta consejería no tenga mucho sentido por sí sola, pero sí si la ocupa alguien como el fiscal Llera, en plena instrucción del caso ERE.

María Jesús Montero, la consejera más veterana del Gobierno, deja Salud para ocuparse de Hacienda y Administración Pública; y Luciano Alonso asciende y asumirá Educación y Cultura, que desaparece como tal. La presencia de Montero, médico de profesión, en una consejería tan técnica provocó sorpresas en algunos ámbitos, pero su experiencia en la negociación del sistema sanitario ha pesado mucho en la decisión de Díaz. También Aguayo, a la que sustituye, venía de gestionar el Sistema Andaluz de Salud. Ahora Montero, cuyo cambio de destino ya sabían diputados del PP en el debate de investidura, tendrá qué decidir de dónde pone y quita recursos. Ya no podrá responder “que se lo pregunten a Aguayo” para explicar de dónde va a sacar los 44 millones de euros con los que, según anunció ella, van a ampliar las partidas del salario social.

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Además de los dos consejeros del equipo económico, Díaz ha dejado fuera a Luis Planas y a Mar Moreno. La salida del primero era conocida ya que él mismo aseguró que abandonaría la Junta tras no lograr los avales suficientes en las primarias sin urnas en las que venció la hoy presidenta. La marcha de Mar Moreno de Educación también estaba cantada desde hace bastantes semanas tras el pacto para las primarias de Díaz con la actual dirección del PSOE de Jaén, a la que Moreno está enfrentada. Será designada senadora por la comunidad autónoma, junto con José Antonio Griñán y el vicesecretario general, Mario Jiménez. En la ejecutiva del PSOE, este justificó estos nombramientos en clave orgánica, con vistas a los procesos congresuales en el PSOE federal en el que Andalucía quiere jugar fuerte, según sus dirigentes.

En el macroárea de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Díaz ha nombrado a José Sánchez Maldonado, catedrático de Hacienda Pública, experto en financiación autonómica y autor de numerosos libros de investigación. Fue profesor de Ávila en la Universidad de Málaga.

Sánchez Maldonado dimitió el pasado mayo como presidente de la autoridad Portuaria de Málaga por “problemas de hipertensión”, según dijo él mismo, aunque en realidad lo hizo porque no podía soportar el tener que firmar el despido de unos cuarenta trabajadores.

A Sánchez Maldonado le ha caído la consejería que está en el punto de mira judicial por el caso de los ERE y de Invercaria. Tiene el encargo de ir cambiando el modelo productivo y bajar del 36% la tasa de paro. También la de primar la politica de incentivos a la de la subvención. “Siempre he creído en la eficiencia de los incentivos que es lo que exige algún tipo de retorno. La subvención es para cosas de extrema necesidad”, dijo ayer a este periódico. También opinó “no solo hay que vigilar el fraude fiscal, sino también el social”.

Díaz ha reservado el puesto más político del Ejecutivo al exalcalde de Chiclana durante 10 años y ex delegado de la Junta en Cádiz Manuel Jiménez Barrios, un dirigente que ha pisado mucha calle y mucho partido. Ocupará la Consejería de la Presidencia en la que recae la coordinación de todo el Gobierno y las relaciones diarias con Izquierda Unida para engrasar la coalición, que Díaz llevaba minuto a minuto con Diego Valderas. También su misión es que a la jefa del Gobierno no le toquen un pelo los adversarios. Barrios fue uno de los protagonistas de la crisis del PSOE de Cádiz, que logró terminar con los chavistas en esta agrupación. Asumió la delegación de la Junta en Cádiz tras el portazo de Luis Pizarro como consejero de Griñán. Es presidente de los socialistas gaditanos.

También en clave orgánica se interpreta la entrada en el Gobierno de Elena Víboras, médico, alcaldesa de Alcalá la Real (Jaén), al frente de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural. Víboras conoce muy bien el Parlamento andaluz, donde fue diputada durante 10 años. Además de poner vacunas antigripales a todo el que se lo pedía, fue, como otras muchas parlamentarias de todos los grupos, una de las sherpas que trabajan sin mucha visibilidad en la elaboración de las leyes. Su entrada en el Gobierno supone también “la vuelta a casa” del PSOE de Jaén pata negra a la mesa del Consejo de Gobierno.

La también alcaldesa de Baena (Córdoba), María Jesús Serrado, asume Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, competencias que antes estaban en Agricultura. La hasta ahora delegada de la Junta en Granada, María Sánchez Rubio, dirigirá Igualdad, Salud y Políticas Sociales. El PSOE de Granada recupera así un sillón en el Gobierno andaluz, que perdió por primera vez al inicio de esta movida legislatura.

Díaz, que evitó que su Ejecutivo se filtrara hasta que ella quiso, ha recuperado el equilibrio territorial en el Gobierno que abandonó Griñán. Todas las provincias, bien con consejero de IU o del PSOE, tienen a alguien. Salvo, como casi siempre, Almería.

Mar Moreno sigue a Griñán y a Mario Jiménez al Senado

La Comisión Ejecutiva Regional del PSOE andaluz acordó este lunes proponer a su secretario general y expresidente de la Junta, José Antonio Griñán, a su vicesecretario general, Mario Jiménez, y a la consejera de Educación saliente del Gobierno andaluz, Mar Moreno, como nuevos senadores en representación de la comunidad autónoma, propuesta que deberá ser ratificada esta semana por el pleno del Parlamento andaluz.

La propuesta de los nuevos senadores se produce después de que horas antes formalizaran la renuncia a sus actas en la Cámara Alta el portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz, Francisco Álvarez de la Chica, el máximo representante socialista en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Espadas, y la diputada autonómica por Huelva Antonia Moro. La otra senadora socialista en representación de la comunidad autónoma, la expresidenta del Parlamento y diputada autonómica por Almería Fuensanta Coves, continuará en el cargo. Álvarez de la Chica continuará como portavoz socialista en la Cámara autonómica.

La ya exconsejera de Hacienda y Administración Pública Carmen Martínez Aguayo, con cuyo pase al Senado también se había especulado, se incorporará como secretaria tercera de la Mesa de la Cámara en sustitución de la socialista Remedios Martel, que a su vez pasa a ocupar el puesto que deja vacante el nuevo consejero de la Presidencia, Manuel Jiménez Barrios, en la dirección del Grupo Socialista del Parlamento andaluz.

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