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pactos de estabilidad

Urkullu se asegura los presupuestos de 2014 con el pacto Ortuzar-López

Los líderes de PNV y PSE-EE presentan hoy el acuerdo de impulso económico

En la noche del pasado sábado, una conversación telefónica entre Andoni Ortuzar, presidente del EBB del PNV, y Rodolfo Ares, secretario de Organización del PSE-EE, cerró definitivamente el acuerdo entre estos dos partidos, inspirado en una reforma fiscal y dotado de una capacidad económica para encarar la crisis y asegurar los servicios públicos. El pacto será corroborado hoy, en principio, por los principales responsables parlamentarios de ambos partidos.

Con tan significativo acuerdo, que restaña de paso las profundas heridas abiertas durante la anterior legislatura entre nacionalistas y socialistas, el lehendakari, Iñigo Urkullu, se asegura la aprobación de los próximos Presupuestos de 2014, los primeros de su actual mandato tras verse obligado a retirar los presentados para este año. Aunque el PSE-EE dispondrá de una capacidad de maniobra para valorar públicamente el borrador de las próximas Cuentas, en el acuerdo de ahora va implícito que “colaborará” en su aprobación en el Parlamento, según admitieron fuentes consultadas ayer, aunque en el texto del pacto no se hará ninguna referencia a este tipo de compromiso.

Una vez solventada la cuestión fiscal, la negociación pareció atascarse por la indefinición del PNV sobre algunas de las reivindicaciones concretas que el PSE-EE había planteado para que se visualizara su cuota. Así, hasta última hora, tres infraestructuras han bloqueado el acuerdo, que a nivel general siempre se ha considerado encarrilado. Los socialistas han arrancado del PNV un compromiso concreto sobre el Metro de Donostialdea, el Hospital de Eibar y la Unidad de Crónicos en el Hospital Santiago, de Vitoria.

El PSE arranca al PNV el compromiso con tres infraestructuras impulsadas por el anterior Gobierno

Con este pulso, el PSE-EE ha querido poner en valor alguna de las apuestas estrella de su anterior mandato en el Gobierno vasco y que ahora habían sido arrinconadas de una manera expresa por sus sucesores, alegando razones económicas. Así, sobresale de manera especial la recuperación del proyecto del Metro de Donostialdea. A finales del pasado mes de enero, la consejera vasca de Medio Ambiente y Política Territorial, Ana Oregi, aseguró que en la actual situación económica “no es momento para proyectos faraónicos” como el Metro de Donostialdea, si bien admitió que el nuevo Ejecutivo autonómico estaba “analizando” esta infraestructura, que obliga también a sentar a la mesa a Diputación de Gipuzkoa y Ayuntamiento de San Sebastián.

En el caso del futuro hospital de subagudos de Eibar, el criterio antagónico entre los dos últimos gobiernos se mantenía. El actual consejero de Salud, Jon Darpón, tuvo muy claro a su llegada que este centro proyectado por su antecesor “no era prioritario”. Para Julián Pérez, exdirector de Osakidetza, estaba justificado por las necesidades de atención a enfermos crónicos entre Bilbao y Donostia, frente a los centros hospitalarios de agudos de Mendaro, Zumárraga y Galdakao que “no están preparados para atender a estos pacientes subagudos”. Ahora coge aire.

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Al PNV no le importa que se traslade la sensación de que los socialistas han obtenido una mayor rentabilidad política de estas negociaciones. Los nacionalistas han jugado a medio plazo con este acuerdo para garantizarse una estabilidad parlamentaria de la que carecían y que les inquietó sobremanera cuando encajaron la sonora derrota de la retirada de los Presupuestos en el estreno de Urkullu.

Además, ambas partes coinciden en señalar que en el transcurso de las conversaciones “se ha recuperado gran parte de la confianza perdida” durante la pasada legislatura, donde el PNV armonizó una ácida oposición hacia el Gobierno de Patxi López que acabó por hacer mella en su mandato. Los socialistas entienden ahora que han propiciado un acuerdo de país sobre los planteamientos que siempre “hemos defendido”.

Ahora, al Parlamento

J.M.G.

El acuerdo PNV-PSE-EE altera el arranque de la actividad en el Parlamento tras el período vacacional. En base a la urgencia que requiere trasladar el acuerdo sobre fiscalidad a las tres Juntas Generales y habida cuenta de que el pacto admite la reivindicación permanente de los socialistas de dotar de protagonismo a la Cámara en este asunto que hasta ahora se le negaba, el calendario tradicional se trastoca.

Así, el debate sobre política general, que acostumbra en los años sin elecciones autonómicas a abrir la actividad, se adelanta al jueves 19 de septiembre, apenas tres días después de que el acuerdo entre PNV y PSE-EE sea firmado con la máxima solemnidad que ambas partes pretenden y al que fuentes socialistas han filtrado que pudiera acudir el lehendakari, Iñigo Urkullu. A su vez, el pleno monográfico sobre fiscalidad sería convocado entonces para el jueves de la siguiente semana, día 26 de septiembre.

Con todo, la cuestión más complicada llega a partir de ahora con la búsqueda de un acuerdo con una tercera fuerza que garantice la aprobación de la nueva política fiscal en las Cámaras forales de Álava y Gipuzkoa. Y es ahí donde el PNV abrirá los contactos para asegurarse el apoyo del PP que ha presentado medidas fiscales nada coincidentes.

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