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El presidente estrena a medias el Tram

Unas 150 personas ocuparon la vía y pidieron la dimisión del presidente valenciano

El tranvía con el que Alberto Fabra iba a inaugurar este miércoles la línea 2 del Tram de Alicante ni salió de la estación. Alrededor de 150 personas formaron una barrera y ocuparon las vías en Sant Vicent del Raspeig, desde donde estaba previsto que saliera el viaje inaugural de la línea que une el centro de la capital con la Universidad.

Ante el boicot de cinco plataformas ciudadanas —Stop Desahucios, Toma La Calle, EUPV y dos plataformas por la enseñanza y la sanidad públicas— se cambió todo el protocolo y el presidente de la Generalitat acudió directamente en coche a la plaza de Los Luceros, parada final de este trayecto que se abrió oficialmente con tres años de retraso.

En la estación de Luceros, subterránea y blindada a cualquier protesta por agentes de la Policía Nacional que pedían la identificación todas las personas, se escenificó el acto inaugural. Fabra recibió a un tranvía que la organización del acto rescató de una parada intermedia y pudo hacerse la foto junto a la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y uno de los maquinistas de la nueva línea. Posteriormente, el acto siguió según lo previsto inicialmente con una exposición técnica de la nueva línea.

Al boicot del Tram se sumó también el que unos 50 estudiantes realizaron contra un congreso educativo al que, según un bulo que recorrió internet, acudiría el ministro de Educación, José Ignacio Wert. Esa protesta acabó con el lanzamiento de huevos en el aulario donde se iba a celebrar el acto, según fuentes universitarias. Estos manifestantes se unirían con posterioridad a la protesta contra Fabra, controlada por más de 20 miembros de las fuerzas armadas, 12 de ellos antidisturbios de la Guardia Civil.

De hecho, la pancarta que abría la protesta contra el Tram iba dirigida a Wert y no contra Fabra, al que pidieron la dimisión y dedicaron cánticos hirientes. “Unas 20 o 50 personas no pueden esconder lo que es una realidad para la ciudad de Alicante”, manifestó Fabra, quien se felicitó por la puesta en marcha de una línea que no descartó que en el futuro pueda ser privatizada: “No desechamos ninguna opción”, dijo.

Su consejera de Infraestructuras, Isabel Bonig, con anterioridad, había asegurado lo mismo pese a considerar que “la mejor solución para los ciudadanos” —y la más barata— era la fórmula de gestión pública que arrancó ayer después de dos intentos de buscar el encaje de una mercantil privada en la gestión de la línea.

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