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La Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia conquista María Pita

El quinteto de metales Hércules Brass actúa como solista con la orquesta en la que completaron su formación práctica, demostrando su calidad de conjunto e individual.

La Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia ha celebrado este sábado en la plaza de María Pita el concierto final de su tercer encuentro de este curso. El acto forma parte de los programados por el ayuntamiento de A Coruña dentro de las veraniegas Fiestas de María Pita y ha supuesto un brillante colofón a las actividades académicas de la OJSG.

En programa, dos obras de Verdi y Wagner, homenajeados este año por el segundo centenario de su nacimiento, las oberturas de sus óperas Nabucco y El holandés errante, respectivamente. Una ocasión para comprobar el buen ajuste rítmico, control dinámico y expresivo fraseo que Pietro Rizzo, director artístico de la OJSG ha logrado de sus componentes.

De las filas de la OJSG han salido ya profesionales que están demostrando su calidad en diferentes orquestas europeas o han formado grupos de cámara con una buena proyección de futuro. Estos músicos son una excelente prueba de la rentabilidad social y artística del conjunto de proyectos de la Sinfónica de Galicia, un legado que Víctor Pablo Pérez deja a la comunidad que los sostiene. Uno de estos grupos es el quinteto de metales Hércules Brass. Cinco músicos que en su día pasaron por los atriles de la OJSG y que han realizado su sueño de poder actuar como solistas con esta orquesta y en esta plaza. El sábado tocaron la Fantasía flamenca de José Vicent Egea para quinteto de metales y banda, en la transcripción para orquesta sinfónica de su acompañamiento original.

La obra es un tanto tópica, excepto en su cadenza, de escritura y temas mucho más originales, que permitió comprobar la gran calidad del conjunto y la individual de sus componentes. Estos ofrecieron al público una propina “dedicada con todo corazón a las víctimas del accidente de Angrois y a sus familias” para acabar con un popurrí de aires gallegos con el que demostraron su dominio del escenario y se metieron al público en el bolsillo, haciéndole participar en su ejecución con palmas y cantos. Como final de programa, la suite del ballet El lago de los cisnes, de Chaikovski, en el que los jóvenes músicos de la OJSG demostraron su buena formación y calidad. Fueron notables la precisión y buen ajuste generales y, por lo que se pudo apreciar a través de los altavoces,el empaste de las secciones de cuerdas en el Vals, la gracia ligera y el color de las maderas en la Danza de los cisnes y el buen control y redondez de los metales.

También los solistas tuvieron una buena ocasión de lucimiento que aprovecharon a conciencia. Entre otros, los de trompeta y corno inglés , así como las de chelo y arpa su acompañamiento al violín del concertino, Daniel Vlashi, en su admirable intervención solista en el Pas d’action-pas de deux. El concierto acabó con una enérgica y brillante interpretación de la Danza húngara nº 5 de Brahms como respuesta a la merecida ovación del público de María Pita.

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