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Los inmigrantes vuelven a tirarse al mar

Salvamento y la Gendarmería marroquí salvan a 67 indocumentados

Efectivos de Salvamento MarÍtimo y la Guardia Civil, durante un reciente rescate en Almería.
Efectivos de Salvamento MarÍtimo y la Guardia Civil, durante un reciente rescate en Almería. Carlos Barba (EFE)

Salvamento Marítimo y la Gendarmería marroquí rescataron la mañana de este pasado lunes a 67 inmigrantes de origen subsahariano que intentaban alcanzar las costas españolas a bordo de dos pateras, que fueron localizadas poco después de haber abandonado Tánger.

Una de las embarcaciones navegaba a motor con 57 inmigrantes subsaharianos, entre ellos 14 mujeres y cuatro bebés. La segunda patera estaba ocupada por diez subsaharianos, todos varones.

El fenómeno de la inmigración en la zona del Estrecho de Gibraltar ha sufrido a lo largo de este año un repunte importante. En los ocho primeros meses, la Cruz Roja ha atendido a 1.023 personas tras haber sido rescatadas en las aguas del Estrecho. De ellas 829 eran de origen subsahariano —siete de ellos menores de edad—, 182 de origen marroquí (68 menores) y el resto de origen asiático.

Esta cifra supone un incremento importante respecto al mismo periodo del año anterior, en el que fueron atendidas, 411 personas, en su mayoría subsaharianos. En las costas de Almería y Granada, hasta el pasado día 16 de agosto, habían sido rescatados 227 y 128 inmigrantes, respectivamente, por los 180 y 92 del año 2012.

Helena Maleno, activista de Caminando Fronteras, en el Norte de Marruecos, considera que el repunte se debe principalmente a la presión de Rabat en la zona norte. Según la activista, “la zona del Monte Gururugú ha sido limpiada con una presión sobre los subsaharianos similar a la de 2005. La actuación de la policía está siendo brutal”, afirma Maleno. “Hemos tenido que atender a muchos heridos y proporcionar ayudas psicológicas. Algunas mujeres que aseguraban haber sido víctimas de violaciones”, añade.

Además de la presión, los inmigrantes huyen de la miseria y la violencia en sus países de origen y se tiran al mar, a sabiendas del riesgo que corren. Las cinco personas que trabajan en la zona norte de Marruecos para Caminando Fronteras contactan con familiares de quienes supuestamente viajan en las embarcaciones. Algunas no vuelven a saber de ellos.

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Los inmigrantes también aprovechan cualquier reducción de la vigilancia por parte de la gendarmería marroquí en la zona costera, la falta de luna e incluso que las patrulleras evitan salir al mar con fuerte viento de Levante, circunstancia que aprovechan para navegar en sus frágiles barcas.

La asociación de ayuda al inmigrante Algeciras Acoge insiste en la importancia de eliminar las causas de la inmigración , según su presidente, Jesús Mancilla, quien demanda políticas de desarrollo para que migrar sea un derecho.

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