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“Salvamos las casas de milagro pero en hora y media no apareció nadie”

El fuego amenazaba anoche viviendas en varias parroquias de la capital ourensana

Un avión lucha contra el fuego en Cudeiro (Ourense)
Un avión lucha contra el fuego en Cudeiro (Ourense)NACHO GÓMEZ

Las temperaturas se suavizaron ayer pero no la oleada de fuegos, sobre todo en la provincia de Ourense donde se registraron doce, sin contar otros del martes que se reavivaron. El incendio que se declaró con fuerza sobre las 15.34 horas en dos parroquias de la capital provincial, primero en Cudeiro y luego en Velle, amenazó casas habitadas. Varias fueron desalojadas y quedó calcinado todo alrededor aunque sin causar daños en las viviendas. La Xunta declaró la alerta de nivel uno: peligro para personas y casas. El viento dificulta mucho las labores de extinción de ambos focos que seguían anoche activos. Quemaron más de 40 hectáreas, según el balance provisional de Medio Rural. Seguía ardiendo también al cierre de esta edición en San Lourenzo, en la localidad de A Veiga, con más de 20 hectáreas afectadas, así como en el municipio de Cualedro, donde en días pasados el fuego ya había arrasado el equivalente a 127 campos de fútbol en la parroquia de Lucenza. Del otro lado de la raya, en Coimbra (Portugal), el Ministerio de Medio Ambiente continuaba cooperando en la extinción de otro gran foco.

Mucho miedo pasaron ayer los vecinos de Costa de Cudeiro, un núcleo de Ourense en medio del monte en el que habitan cinco familias. Acaban de comer cuando de repente vieron las llamas rodear sus casas. Y durante hora y media lucharon solos, sin ayuda externa y con los medios que encontraron, contra el fuego. Pasaron apuros pero lo consiguieron. “Menudo panorama, salvamos las casas de milagro, pero aquí no apareció ni un bombero, ni un forestal, nadie nos echó una mano”, se lamentaba Emilio, con la sulfatadora a la que recurrió para pulverizar agua aún a la espalda.

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Oyeron sobrevolar, incesantes, los helicópteros monte arriba “pero aquí no descargaron nada”, relató. El fuego arrasó el perímetro de las viviendas, así como de la pequeña capilla de este núcleo que atraviesa el Camino de Santiago. “Menos mal que teníamos todo segado y limpio porque no hubiera quedado ni casas, ni santos”, relataba Emilio tras apagar las últimas llamas sin que apareciera ninguna brigada por allí.

Pero el incendio siguió extendiéndose monte arriba, a tan sólo dos kilómetros del centro urbano de Ourense, cercando otro núcleo habitado, el de Poboadura. Otro foco alcanzó el de Lonia en la cercana parroquia de Velle. Hubo que desalojar, por precaución, varias viviendas. Aunque no afectó a “ninguna persona ni inmueble”, según la alcaldesa en funciones de Ourense, Áurea Soto. En los trabajos de extinción, según asegura la Xunta, se movilizaron con rapidez siete brigadas por tierra y por aire helicópteros de cinco bases de Galicia y una de León, además de nueve avionetas y cuatro camiones motobomba. La conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, admitió su impotencia ante la proliferación de los focos: “No sabemos lo que está pasando, cuando parece que tenemos uno ya controlado, aparecen nuevos focos y se reaviva el incendio”.

Apenas dos horas antes de declararse en los montes de Ourense, sobre las 13 horas había quedado controlado otro grande en Chandrexa de Queixa, una zona ganadera que suele ser cada año pasto de las llamas. Comenzó a arder a media tarde del martes y arrasó una superficie equivalente a más de cien campos de fútbol, en una zona protegida como Red Natura. Las labores de extinción se prolongaron toda la noche, y por la mañana hubo que recurrir a dos aviones anfibios que despegaron de Lavacolla cargados con 5.500 litros de agua, y otros dos, de carga en tierra y con capacidad para 3.100 litros, que partieron de la base de Rosinos en Zamora. Las brigadas de refuerzo lograron detener el avance de las llamas, según el Ministerio de Medio Ambiente, “pero las altas temperaturas y lo escarpado del terreno dificultaron la extinción”. Controlado permanecía anoche otro foco en la localidad ourensana de Padrenda.

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