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El adiós del hombre de la fiesta diurna

Ricard Estruch deja la fundación que organiza los festejos de Gràcia El barrio reconoce su labor para dejar atrás los incidentes y volver al espíritu original

Camilo S. Baquero
Ricard Estruch, presidente de la Fundación Fiesta Mayor de Gràcia.
Ricard Estruch, presidente de la Fundación Fiesta Mayor de Gràcia.Consuelo Bautista

El pasado sábado, durante la entrega de premios del concurso de decorados de las calles de Gràcia, la vía Progrés no fue la única galardonada. El barrio dedicó también unos minutos para reconocer la labor y despedir a Ricard Estruch, el hombre -y vecino- que ha llevado en los últimos siete años las riendas de la Fundación Fiesta Mayor de Gràcia, organizadora de los festejos, y que ha decidido dejar el trabajo por razones de salud. Antes del próximo mes de abril se conocerá quién ocupará su silla. Pero Estruch solo abandonará el espacio físico, “porque seguro que Estruch nunca se irá de la fiesta”, bromea Ramón Botet, presidente del Orfeó Gracienc, una de las entidades más conocidas del distrito.

Más allá de los discursos y las buenas palabras, Estruch (nacido en 1949) se llevó a casa un inmenso collage, con las pequeñas fotos de 1.700 arreglos de calles. Visiblemente emocionado, se puso a mirarlos con calma. Siempre han sido su obsesión. Incluso antes de entrar, hace 23 años, a la comisión de fiestas de su calle, Joan Blanques de Dalt. Allí los adornos siempre se ha distinguido por esa finura, delicadeza y belleza etérea que los hacían unos de las más admirados. Este año la calle no estuvo entre las 17 decoradas. Una nota pegada en uno de los portales agradecía a los vecinos el esfuerzo de todos esos años. La hermana de Estruch, que quedó al frente de los trabajos manuales después de que él asumiera la dirección de la fiesta, se fue a vivir a Argentina y fue imposible coordinar a los vecinos. Además no tenían recursos para tener un local donde trabajar.

Él logró darle la vuelta a la fiesta hacia lo familiar”, dice un compañero

En Gràcia todo el mundo reconoce el trabajo de Estruch. “Su gran legado es dejarnos una fiesta más diurna y su lucha por la accesibilidad”, considera la regidora Maite Fandos (CiU). “Su obsesión era que la fiesta volviera a sus orígenes, a ser una cosa más de las calles, más vecinal y familiar. En siete años logró darle la vuelta. Aunque le habría gustado ir más allá”, asegura Ángel Lázaro, el secretario de la fundación. Lo cierto es que, si bien la noche sigue siendo un reclamo muy importante, las fiestas nocturnas de gran formato han desaparecido completamente de la programación. Por cada tres actividades que hay en la fiesta, dos son diurnas, argumenta Lázaro.

El incivismo y el vandalismo contra los arreglos son las cosas que más le duelen a Estruch, diseñador textil de profesión. Un hombre que ha pasado años cosiendo, pegando y ajustando conoce muy bien la fragilidad de las creaciones. Su cruzada para evitar estos actos ha dado fruto en los últimos años. Ha sido un arduo trabajo y muchas de las calles se han visto obligadas a contratar seguridad privada. Botet resalta su gran capacidad de acercamiento con las instituciones y tal vez ahí radica su éxito. “Es un hombre de cultura y siempre quiso que la fiesta en Gràcia tuviera una programación cultural más allá de las calles”, explica Guillem Espriu, concejal del PSC que en el pasado mandato estuvo frente a las riendas del distrito. “Él, por ejemplo, no se resigna a que hayan desaparecido las noches musicales en el oratorio de Sant Felip Neri”, agrega el edil.

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Sus más cercanos colaboradores le reconocen un liderazgo claro, una visión global de la fiesta y generosidad. Deja trabajar a sus equipos. Aunque tiene un problema, aseguran. Le cuesta decir que no. Algunos ponen como ejemplo la decisión de permitir la participación de la Asamblea Nacional Catalana dentro de la feria. Estruch es un hombre de estelada en mano. Pero no toda la fundación estaba de acuerdo. El presidente informalmente había aceptado la feria independentusta y después tuvo que defender ese posicionamiento, que estuvo envuelto en polémica.

Estruch no se encuentra bien desde hace meses y por eso anunció que quería dejarlo. Por ello y porque quería tener tiempo para él —“la gente vive los días de agosto, pero la fundación trabaja todo el año”, explica Lázaro— decidió dar el paso atrás. A más tardar en abril se aprobarán las cuentas de entidad y comenzará el proceso de elección de su nuevo presidente. Muchos entrevistados aseguran que las candidaturas se comenzarán a mover en octubre. Hay tiempo. Aún queda un día de fiesta por disfrutar.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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