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Patrimonio okupado

La mayoría de los vecinos del deteriorado Palacio de la Infanta Carlota, en Malasaña, serán desalojados El Ayuntamiento busca realojo para el resto

Antonio Nieto
Fachada del Palacio de la Infanta Carlota.
Fachada del Palacio de la Infanta Carlota.CARLOS ROSILLO

Dos leones custodiaban la escalera principal del Palacio de la Infanta Carlota, situado en la calle de la Luna, en pleno corazón de Malasaña. Unas pinturas pompeyanas le daban relumbre al techo y unos grandes jarrones habitaban en las hornacinas. Un edificio ilustre para la nobleza ideado en 1775 por el arquitecto del Museo del Prado, Juan Villanueva. Por sus pasillos, en las dos primeras plantas, correteaban Francisco de Paula, hermano de Fernando VII, y su esposa, Maria Luisa Carlota de Borbón Dos Sicilias. La misma que abofeteó al ministro Calomarde cuando quiso abolir la ley que permitía acceder al trono a Isabel II.

Hoy, los leones parecen haber salido corriendo y, sin su custodia, muchos de los elementos ornamentales de esta joya del patrimonio histórico y artístico de la ciudad han ido desapareciendo. Donde antes lucían las pinturas pompeyanas, ahora hay un techo ennegrecido; donde antes descansaban los jarrones, solo se pueden ver dos hornacinas huérfanas. Sus vecinos forman una comunidad llena de contrastes: por un lado, ancianos que han pasado toda su vida entre las paredes del palacio; y por otro lado, aquellos que han ido ocupando de manera ilegal las viviendas que los antiguos inquilinos fueron dejando cuando el Ayuntamiento anunció en 2005 la expropiación del inmueble.

El edificio fue ideado

La última voz de alarma la puso Izquierda Unida en un pleno de finales de julio. El portavoz municipal, Ángel Pérez, preguntó sobre el futuro de este edificio y acusó al Ayuntamiento de “dilapidar” el patrimonio inmobiliario histórico de los vecinos, poniendo sobre la mesa dos antecedentes: el derribo de la casa blasonada de Embajadores y el deterioro del Palacio de Sueca. Este último y el Palacio de la Infanta Carlota gozan de la máxima protección histórico-artística, según el catálogo de Normas Urbanísticas. Isabel Pinilla, directora general de Gestión Urbanística, respondió con el anuncio del desalojo de 25 viviendas y el realojo de las nueve restantes por parte de la EMVS. Desde el Consistorio informan de que todavía no se sabe cuándo se van a materializar estas medidas. Pinilla no se refirió a su conservación. “Este es un Ayuntamiento insensible con el patrimonio”, señala Vicente Patón, presidente de la Asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio, que lucha por conservar lo que todavía queda del legado histórico, artístico y cultural de la ciudad.

Basta con empujar la puerta principal para entrar en el antiguo palacio. A la derecha, varios contenedores llenos de basura. A la izquierda, un cartel informa de una inminente inspección de sanidad, y otro increpa a los vecinos de nacionalidad china por su “falta de higiene”. Los vecinos entran y salen con total normalidad. Dos de ellos, con rasgos asiáticos, entran con un carro lleno de latas de cervezas.

Rosa García, de 64 años, lleva 50 viviendo en este edificio. Ahora lo hace junto a su hijo y su madre, de 90 años. “Es una pena”, exclama a través de una de sus ventanas. Ahora, está a la espera de que le ofrezcan un piso de la EMVS para mudarse.

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La escalera principal del palacio.
La escalera principal del palacio.Carlos Rosillo

Lo cierto es que, según cuentan los vecinos, el palacio se ha ido echando a perder desde antes de que pasara a manos del Ayuntamiento. La finca fue adquirida en marzo de 2001 por Teafi Alí, un empresario iraní que se dedicaba a la compra y rehabilitación de edificios antiguos en ciudades europeas. Su empresa, Cintia Real, comenzó a acumular deudas con el Ayuntamiento por no poder hacer frente al pago de multas y reparaciones. Los vecinos denunciaron que las obras de rehabilitación que acometió este empresario acabó con muchos elementos de valor histórico del palacio. Incluso varios afirman que se incendió una moto dentro del vestíbulo y que eso propició que se tuvieran que realizar obras de reparación.

Taefi Alí abandonó el edificio y el Ayuntamiento decidió expropiarlo en 2005, un proceso que no acabó hasta 2011, cuando se acordó un justiprecio. Ahora, la finca está inscrita a favor del Consistorio en el Registro de la Propiedad, según afirmó Isabel Pinilla en el pleno. Entonces, también añadió que el edificio pasará al Área de Hacienda cuando se efectúen los desalojos y los realojos y que a partir de ahí se decidirá que usó tendrá en un futuro. Cuando se anunció la expropiación, con Alberto Ruiz Gallardón en la alcaldía, se dijo que iba a estar destinado “paliar el déficit de equipamientos” del distrito de Centro.

La expropiación duró hasta 2011 cuando se acordó el precio definitivo

Aurora, de 80 años, ha vivido 70 en este antiguo palacio. Dice que su familia le tiene prohibido abrir a extraños y que en ocasiones pasa miedo por la gente que entra y sale. “Ayer mismo arrancaron la cerradura del portal”, cuenta. Aurora recuerda las lujosas viviendas que había en los primeros pisos. Describe propiedades de hasta 13 habitaciones, con grandes chimeneas, pianos de cola y paredes pintadas de azul cielo. Asegura también que en ese edificio vivió un familiar de Carrero Blanco, presidente del Consejo de Ministros durante la última etapa franquista asesinado por ETA, y que se le podía ver de vez en cuando por ahí. Ahora vive en un dúplex con una gran terraza, pero tarde o temprano tendrá que mudarse cuando acepte uno de los pisos que el Ayuntamiento le ofrece.

La de Carlos es una situación totalmente distinta. Vive allí con su mujer desde hace un par de años, pero está de manera ilegal. Carlos señala los locales del bajo del edificio que dan al patio interior. “Allí estaban las oficinas para alquilar las viviendas”. Asegura que después de que Cintia Real abandonara el edificio se siguieron realquilando los pisos de aquellos vecinos indemnizados que habían dejado sus viviendas. Carlos trabajaba en la construcción, pero ahora ya suma cuatro años en el paro. Tampoco tiene ningún ingreso, pero cuenta que una trabajadora social ya se ha puesto en contacto con él para ayudarle. Mientras, sobrevive como puede. Incluso ha llegado a salir a la calle a vender cerveza. “Como ellos”, dice señalando a los dos vecinos que empujan un carro lleno de latas. Un día le multaron y decidió no volverlo a hacer.

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Sobre la firma

Antonio Nieto
Desde 2018 es redactor de Vídeo de EL PAÍS. Antes, pasó sus primeros cinco años en la sección de Deportes del diario. Es licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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