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Andalucía pierde 16.000 operarios de la industria en solo un año

Los desempleados piden un frente social y político para conseguir contratos Los extrabajadores convocan asambleas para promover una gran protesta

Trabajadores de la construcción naval, frente a la planta gaditana de Navantia.
Trabajadores de la construcción naval, frente a la planta gaditana de Navantia.Román Ríos

Hay un escena en Cádiz que oculta la noche. Los coches y camiones van entrando en las obras del segundo puente. O en la factoría de Dragados de Puerto Real. Y algunas sombras se acercan a los vehículos. Llevan en las manos unos papeles. Son resúmenes de sus vidas. Piden un trabajo a los que pasan. No son unos desconocidos. Son antiguos compañeros que quieren volver a atravesar esas verjas. Pocos de esos papeles llegarán al despacho oportuno. Andalucía ha perdido en el último año 16.000 puestos de trabajo en el sector industrial, 5.400 de ellos en Cádiz, donde el cese de la actividad naval ha puesto en el límite a miles de desempleados. Algunos, más de 700, se han agrupado y este jueves, en una asamblea, reclamarán una movilización social y política para hacer ver que se tambalea el futuro de toda la provincia.

Fuente: Encuesta de Población Activa (INE).
Fuente: Encuesta de Población Activa (INE).EL PAIS

La Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año revela que en Andalucía 224.700 personas estaban ocupadas en la industria. Son 16.200 menos que hace solo un año. Desde que estalló la crisis, el sector ha perdido ya más de 100.000 operarios. En 2008, por ejemplo, había 331.500 trabajadores. El declive de la industria ha venido certificándose con el progresivo cierre de factorías, aunque también con la parálisis de las grandes empresas, que antes contrataban a miles de operarios auxiliares. Es el caso de los astilleros públicos de Navantia, que ha llegado a necesitar más de 10.000 empleados de subcontratas, y ahora no tiene faena ni para sus propias plantillas.

Según la EPA, en 2008 la industria andaluza tenía 29.400 parados y ahora hay 37.700

En esos astilleros han trabajado muchos años cuatro amigos. Nicolás Lavié, de 57 años; José Cortés, también de la misma edad; Francisco Pérez, de 35; y Narciso Huerta; de 46. Compartieron faena y factorías. Son cuatro de los desempleados que han formado un colectivo de exoperarios del metal en Cádiz, una de las más castigadas por la desertización industrial de Andalucía. Todos han tenido tiempos de tranquilidad. Incluso han podido sentirse unos privilegiados.

Nicolás Lavié trabajó cinco años ininterrumpidos en el astillero de San Fernando gracias a los buques de acción marítima y los barcos de Venezuela conseguidos en 2005, quizás la etapa más tranquila que recuerda en esa factoría. Por eso ahora tiene paro hasta 2015. Cuando se le acabe, no sabe lo que hará. “¿Quién me contratará a mi edad?”. Es la misma pregunta que se hace José Cortés. Cobra la paga de 426 euros, aunque tiene el consuelo de que su mujer trabaja. Además de los astilleros tiene amplia experiencia en centrales energéticas e instalaciones de energía renovables. “No ha sido fácil pero antes había trabajo. En Cádiz siempre era complicado. Te podías pasar ocho meses en paro y cuatro trabajando pero te podías ir fuera. Ahora ni eso”, desvela.

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Francisco Pérez, el más joven, tiene paro hasta octubre. Debería trabajar siete días más para poder cobrar otro cuatro meses más de paro. “Pero, ¿quién te contrata ahora una semana?”. En realidad, está acostumbrado a trabajos irrisorios. Como el último, trabajar dos días en una planta de Algeciras. Compartió viaje con Narciso Huerta, quien ahora mismo no cobra nada de desempleo ni ayudas. Hace unos meses estuvo empleado en las obras del segundo puente, la inversión más alta que ejecuta ahora mismo el Ministerio de Fomento en España, la infraestructura que unirá Cádiz con Puerto Real. “Allí hay trabajo, pero tuve la mala suerte de que mi empresa quebró y nos echaron a todos”. Muchas mañanas Narciso Huerta ha vuelto a las puertas de esa obra. Con el currículum en la mano, aguarda con otros compañeros que alguien lo tome y, dentro, por un repunte en la faena, les llamen. Algunos lo han conseguido. Narciso se siente vetado.

Los extrabajadores convocan asambleas para promover una gran protesta

No es la única puerta donde se acumulan sombras en la noche. También en Dragados. Allí ha estado José Cortés. “Me voy a las cinco de la mañana. Cojo el autobús, me planto en la factoría, con frío y calor y dejo el currículum al que baja la ventanilla. Sé que más de uno lo ha tirado antes de entrar”. La escena recuerda a la que sus padres o abuelos protagonizaban cuando emigraron a Francia, Holanda o Alemania. Ellos también han probado suerte fuera. “Hicimos una entrevista para Alemania. Nos lo pintaron todo muy bien pero, cuando estás a punto de irte, de las cuatro cosas que te iban a dar, tres te las quitan y ya no merece la pena irse”, cuenta Francisco Pérez.

Según la EPA, en 2008 la industria andaluza tenía 29.400 parados. El año pasado había 45.000. Y ahora hay 37.700. No es que haya menos desempleados, sino que han desaparecido del sistema o se han reciclado en otros sectores. “Yo conozco a un electricista bueno, pero que muy preparado, que está vendiendo pescado. Y a otro también muy bueno lo vi el otro día vendiendo baratijas en una plaza. A eso hemos llegado”, cuenta José Cortés. “Yo tengo 57 años pero no puedo rendirme y esperar a cumplir 65”, añade.

Cansados de ser sombras en las puertas de las obras, el colectivo de desempleados del metal de Cádiz ha decidido organizarse. En las redes sociales se han agrupado más de 700. Y desde julio vienen convocando protestas. “Hemos conseguido ser respetados y que nos oigan. Sabemos que tenemos el apoyo de la gente y el respaldo de las instituciones porque nuestra reivindicaciones son de la industria, pero también del que tiene un bar, un kiosko o una tienda de ropa”, señala Nicolás Lavié. Este jueves han convocado una asamblea a las siete de la tarde en el recinto ferial de Puerto Real. Su idea es organizar una gran manifestación, como las realizadas ya en Galicia, donde toda la sociedad gaditana se sume al reclamo de contratos para los astilleros y apoyos para la industria.

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