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Gràcia prepara su fiesta más soberanista

La decisión de vincular a la Asamblea Nacional Catalana en la fiesta mayor divide al patronato 17 calles serán decoradas, una menos que el año pasado

Camilo S. Baquero

El mundo de Mafalda, una mina encantada o hasta los famosos Angry Birds, el popular videojuego para móviles. Estas serán algunas de las temáticas que engalanarán las 17 calles que este año participarán en el concurso de decorados de la fiesta mayor de Gràcia, que comienza el próximo 15 de agosto y se extenderá hasta el día 21. El presidente de la Fundación que organiza los festejos, Ricard Estruch, y la regidora del distrito, Maite Fandos (CiU), presentaron ayer el programa de una fiesta en la que el independentismo recibe mucho más que un guiño.

La Fundación, explicó Estruch, decidió que la fiesta se adhiriera al Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. Así, la Asamblea Nacional Catalana realizará el martes 20 un simulacro de cadena humana como la que está programada para la Diada, y en ella se espera unos 3.000 participantes enlacen casi todas las plazas de Gràcia. Isona Passola y Jordi Vila-Abadal serán los encargados de cerrar este acto. Dos días antes, 7.000 velas darán forma a una gran estelada en la avenida Pi i Maragall y en el cruce de Travessera de Gràcia y Bailén se celebrará una Fira estelània con una cuarentena de paradas.

“Debemos ponernos al lado del país y del derecho a decidir, que es un derecho tan fundamental y democrático que a mí me parecería vergonzoso que desde la Fundación no estuviéramos de acuerdo con esta actividad”, explicó Estruch. Esta decisión, sin embargo, no fue unánime y se encontró con algunas resistencias dentro del Patronato, donde algunas voces —que no han querido mostrar públicamente su posición— no están de acuerdo con la decisión, por considerar que politiza la fiesta. “La fiesta es muy plural”, remató Estruch.

La fiesta comenzará el día 14 con la lectura del pregón, que estará a cargo de Antoni Miquel i Cerveró, Leslie, vocalista de los Sírex. La premiación a las calles se hará el sábado 17. El Ayuntamiento destinará unos 435.000 euros a la fiesta, sin contar el operativo de la Guardia Urbana y de limpieza. 189.000 euros van directamente como subvención a la Fundación, un monto idéntico al del año pasado. Estruch aseguró que, si bien les han prometido ayudas desde la Generalitat y la Diputación, estas aún no se han materializado y se desconoce su cuantía.

Como el año pasado, el límite horario de las actividades nocturnas es hasta las dos de la madrugada en días laborables y vísperas, y hasta las 3.30 los viernes y sábados. Fandos también explicó que el metro funcionará ininterrumpidamente las noches del 16 y el 17 de agosto. Y aunque reconoció que la oferta nocturna es la más buscada, hay un esfuerzo por generar más espacios diurnos y familiares. Habrá un 25% más de limitadores de sonido.

Desde la Fundación también reivindicaron el trabajo para garantizar la accesibilidad y la circulación por las calles, un problema crónico. “Todas las calles tendrán una acera completamente libre para que la gente pueda entrar y salir. Allí no se podrán poner ni sillas ni barras de bar”, dijo Estruch.

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La calle que este año se cae del programa es la de Joan Blanques de Dalt, la calle del presidente de la Fundación. Esta es una de las razones que motiva su retirada de las riendas del multitudinario evento. Él lo atribuye a la falta de relevo generacional y a lo costoso que era tener un local para preparar los decorados. “Es momento de darle paso a otras personas”, aseguró. Fuentes cercanas a Estruch aseguran que al cansancio se suman algunos roces con el distrito por la elección del cartel, que muestra unas tijeras bailando en un fondo amarillo, en referencia a los recortes, lo que no gustó al Ayuntamiento.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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