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El pueblo de los 20 coches por vecino

Hasta 14 Ayuntamientos madrileños tienen más turismos que residentes Las bonificaciones sobre el impuesto de circulación, detrás de estas cifras

Ignacio Fariza
Varios coches de alquiler, aparcados.
Varios coches de alquiler, aparcados.J. DE HARO

Rozas de Puerto Real es un pequeño municipio de apenas 470 habitantes, situado a 93 kilómetros al oeste de Madrid. En apariencia, sus casas y avenidas son muy similares a las de cualquier otro pueblo de la Comunidad y, en cambio, esconden un récord del que sus arcas pueden sentirse bien orgullosas: 9.200 turismos están matriculados en el municipio y, como tales, pagan aquí sus impuestos. En términos absolutos, el dato puede no decir mucho, pero si se atiende al número de vehículos por habitante, la cifra revela algo más. En marzo, cada roceño —ancianos y niños incluidos— tocaba, de media, a 20 coches. Ha leído bien: veinte vehículos por habitante. ¿Acaso sus vecinos son apasionados de la automoción y el pueblo está saturado de turismos? Nada más lejos de la realidad: en sus calles hay tantos vehículos aparcados como en las de cualquier otro pueblo de la zona. Y los atascos, tan comunes en la capital, aquí brillan por su ausencia.

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La razón de esta artificial proliferación de turismos se encuentra en el descuento que este Ayuntamiento aplica sobre el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), el antiguo impuesto de circulación. Atraídas por un tipo fiscal tan bajo, las empresas de renting y de alquiler temporal de coches registran aquí sus flotas vehículos con el consiguiente ahorro de costes y, aunque probablemente nunca más pasen por Rozas de Puerto Real, estos turismos figuran en los registros de esta localidad.

Por detrás de Rozas de Puerto Real, Colmenar del Arroyo (18 turismos por habitante) y Robledo de Chavela (17) también presentan una tasa de motorización extraordinariamente alta, según datos de la Dirección General de Tráfico. A mayor distancia, Patones y Navacerrada (con casi 7 vehículos por habitante), Venturada (5) y Collado Mediano (3) suman a su parque móvil natural —los vehículos propiedad de sus ciudadanos— importantes flotas de empresas de alquiler. En total, hasta 14 municipios repartidos a lo largo y ancho de la Comunidad superan, con creces, la media regional de 0,5 turismos por persona. De hecho, todos ellos cuentan con más coches registrados que vecinos empadronados.

La ecuación es sencilla: el Ayuntamiento en cuestión fija la máxima reducción sobre el impuesto de circulación que permite la ley (75%) y consigue así atraer a estas empresas, que registran allí sus automóviles y colman la hacienda municipal con sus tributos. Para un particular, el ahorro sobre un impuesto que en la capital oscila entre los 22 y los 224 euros anuales, no compensa, con total seguridad, el cambio de domicilio. Sin embargo, para estas grandes corporaciones las bonificaciones pueden suponer varios cientos de miles de euros en sus cuentas de resultados. La flexibilidad que la normativa ofrece a estas compañías es tal que les permite registrar sus flotas en cualquier municipio, aunque no sea en el que en realidad operen: el único requisito es que la empresa abra una oficina en el lugar en el que tributarán por el IVTM.

A modo de ejemplo, en los municipios que aplican estas reducciones sobre el impuesto de circulación, el dueño de un turismo de gama media paga algo menos de 18 euros anuales, un 75% menos que los 72 euros anuales que fija la Ley de Haciendas Locales como cuota base y un 87,5% menos que los 144 euros que abonaría ese mismo propietario en Madrid capital.

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Con la crisis, la sequía financiera de los municipios ha disparado la competencia entre Ayuntamientos y la bonificación esta tasa se ha extendido a Consistorios que no empleaban estas artimañas impositivas para drenar, en su favor, los ingresos fiscales que corresponderían a otros municipios.

En palabras de Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), estos municipios madrileños se suman a una larga lista de “paraísos fiscales” para el automóvil repartidos por toda la geografía nacional. Prácticamente todas las empresas de alquiler de coches tienen domicilio fiscal en estos pueblos: “es muy sencillo y el ahorro es muy importante”, señala este experto en automoción.

Para 2014 el sector espera “importantes cambios en el impuesto de circulación”, según reconoce Mario Arnaldo. Sin embargo, estas modificaciones no irán dirigidas hacia una armonización del IVTM, mediante la eliminación del margen legal para las bonificaciones, sino hacia el ajuste del tipo aplicado a cada vehículo en función de las emisiones de gases contaminantes.

“Se trata de una reforma medioambiental para que los coches que más contaminan paguen más, pero no se debaten cambios para unificar la fiscalidad entre municipios”, aclara el presidente de la AEA. Arnaldo también pone el foco en la “contradicción” entre estas diferencias impositivas entre Ayuntamientos y las peticiones “unánimes” por una fiscalidad armonizada en toda la Unión Europea. “Pretendemos unificar el IVA en Europa mientras permitimos enormes diferencias en un impuesto municipal como el IVTM”, concluye.

La práctica, iniciada a principios de la pasada década como una nueva vía de financiación de los Ayuntamientos pequeños, despierta, en cambio, enormes recelos en los principales perjudicados: los grandes Consistorios. En 2007, el Ayuntamiento de Madrid se hartó y decidió llevar a los tribunales una práctica que arrebata más de 60 millones de euros anuales a las arcas municipales, según cifras aportadas en su día por el Consistorio. Sin embargo, la Justicia no le dio la razón y, desde entonces, apenas se ha avanzado en nuevas reclamaciones. “No hay novedades sobre este asunto”, aseguran fuentes municipales de Madrid, que no ocultan su frustración por no poder hacer frente a esta modalidad de dumping fiscal que tanto daña sus finanzas.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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