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La dirección de TV-3 suaviza el ERE para facilitar una salida pactada

El cambio pasa por reducir de 249 a 205 los despidos, renunciar a la rebaja salarial del 7% y no recortar 22 millones de euros

La Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) realizó ayer un giro inesperado en la negociación del ERE de TV-3 que hace prever una salida pactada antes de que el próximo martes finalice el período de consultas. El cambio pasa por reducir de 249 a 205 los trabajadores despedidos, renunciar a la rebaja salarial del 7% para que esa cuestión se aborde en la negociación del próximo convenio colectivo y renunciar al objetivo de ahorrar 22 millones entre este año y 2014.

A cambio de ello, la dirección planteó la salida forzosa de los trabajadores que cumplan 61 años durante 2013 o el próximo año y mantiene la cuantía de las indemnizaciones de 20 días por año trabajado. Los trabajadores recibieron la nueva oferta confiados en que se podrá cerrar un acuerdo, aunque quedan muchos flecos pendientes.

Fuentes sindicales interpretaron el giro de la empresa como una cesión a las presiones que pueda haber ejercido Esquerra Republicana, socio parlamentario de CiU y para quien el ERE se había convertido en una piedra muy incómoda en el zapato.

En el caso de Catalunya Ràdio el período de consultas finaliza este sábado y es probable que el giro de la dirección acabe afectando también a los 63 trabajadores que inicialmente estaban afectados por el ERE.

Horas antes, el presidente de la CCMA, Brauli Duart, compareció en el Parlament y justificó los despìdos y el ahorro salarial como algo inevitable para garantizar la superviviencia de la radio y la televisión pública. La oposición le recriminaron el ERE y los supuestos planes de privatización y externalización. “No hemos venido a desmontar nada”, sentenció Durat, quién déclinó facilitar ninguna cifra sobre despedidos afectadas por el ERE.

El presidente de la CCMA insistió en que rechazaba el modelo de otras televisiones públicas que han tenido que hacer despidos masivos, pero recalcó que la única partida que se había desviado del presupuesto era la referida al personal. Más de una treintena de profesionales que acudieron a la sala para seguir su comparecencia le empezaron e increpar y acabaron abandonando el recinto para sumarse a la concentración en las puertas del Parlament.

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