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FESTIVAL INTERNACIONAL DE JAZZ DE VITORIA

El Jazz de Vitoria ofrece un cierre mágico con Chick Corea y Paco de Lucía

Un público entregado vibró con la actuación de los dos artistas en el concierto de Mendizorrotza

Chick Corea y Paco de Lucía en el concierto del Festival Internacional de Jazz de Vitoria.
Chick Corea y Paco de Lucía en el concierto del Festival Internacional de Jazz de Vitoria. L. RICO

Cuando se organiza algo de la talla del Festival Internacional de Jazz de Vitoria hay dos factores fundamentales que determinan el nivel de éxito del evento: los humanos y los mágicos. Para lo primero, el buen organizador sabe que hacer las cosas con pasión, cuidar cada detalle o mimar a todas las personas es imprescindible. Para lo segundo, para lo mágico, o para lo que no se puede provocar ni controlar no hay receta. Este es el factor que un programador no domina, ese con el que puede llegar a tener pesadillas. El tiempo, el estado de ánimo del músico o la entrega del público son esos factores tan importantes que nadie puede programar y que sin duda también decantan hacia un lado u otro el éxito de un festival.

El sábado, durante la última jornada del Festival Internacional de Jazz de Vitoria, los factores humanos y mágicos se conjuraron para ofrecernos uno de los cierres de festival más maravillosos que se han visto en los últimos tiempos. Con el Polideportivo de Mendizorrotza absolutamente a rebosar y con un calor y una humedad importantes, los allí presentes pudieron vivir uno de los mejores conciertos de los últimos años: Chick Corea y Paco de Lucía mano a mano. El del sábado fue un concierto absolutamente inolvidable en el que el factor mágico se alió sin pestañear con el Jazz Vitoria 2013.

El primero de la noche en aparecer en el escenario fue el pianista norteamericano Chick Corea. Este veterano artista lo ha hecho todo en el mundo del jazz y es considerado por la crítica leyenda viva de este género musical por méritos propios, ajenos y de todos los colores. Nada más subirse al escenario, la conexión con el público fue instantánea. A él se le notaba dispuesto a darlo todo y el público captó esas intenciones al momento.

Piano y teclado para él, acompañado equilibradamente de guitarra, batería, percusión, saxo y bajo. El concierto mantuvo un nivel muy alto y el público lo hizo saber con constantes aplausos, silbidos y gritos de alegría. Parece mentira que hiciera tanto calor en el Polideportivo de Mendizorrotza porque la entrega y vitalidad del público fueron fascinantes.

En el concierto de Chick Corea hubo espacio para bellas composiciones, en su gran mayoría nuevas, según el artista, y momentos de solos de todos los componentes del grupo, The Vigil, que consiguieron provocar constantes aplausos. El espectáculo del norteamericano concluyó al mismo nivel que al principio, en una atmósfera que recordaba a los mejores tiempos del jazz. Difícil papeleta para Paco de Lucía tras el exquisito nivel mostrado por el pianista.

El guitarrista apareció en solitario para iniciar la segunda parte del concierto. Maravilló a los asistentes nada más comenzar a tocar los primeros acordes, a pesar de que tuvo que interrumpir su actuación porque la tensión de las cuerdas se vio afectada por el fuerte calor. Tras unos minutos de ajustes, y alguna que otra broma, el maestro prosiguió con su espectáculo con el respetable apoyando cada nota, cada movimiento y cada canción.

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Tras un comienzo inmejorable, al escenario se subieron los músicos y artistas que suelen acompañar al guitarrista en sus actuaciones: percusión, bajo eléctrico, guitarra de acompañamiento, cantaores, un bailaor y teclado-armónica. Como en el de Chick Corea, hubo en el concierto espacio para canciones más que reconocidas y solos que ponían al descubierto el gran talento que atesoran todos los componentes que acompaña a Paco de Lucía. Cabe destacar la actuación del bailaor Antonio Fernández Montoya, Farru, quien con su despliegue de pasión, arte y energía consiguió arrancar al público uno de los aplausos más fuertes y sonoros de la noche.

Para finalizar, y por si fuera poco, se unió a la fiesta Chick Corea para ofrecer un concierto que todos los presentes nunca olvidarán. Paco de Lucía y Chick Corea, mano a mano, en el escenario tocando canciones como Sketches of Spain o Entre dos aguas, simplemente mágico.

El cierre del Festival Internacional de Jazz de Vitoria no pudo ser mejor. Todos los factores mágicos, necesarios y que no se pueden generar, estuvieron presentes.

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