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Playas en peligro de extinción

La Devesa de L’Albufera de Valencia pierde su barra de arena sumergida y retrocede Un informe recomienda verter 25.000 metros cúbicos al año para mantener las playas

Playa de la Devesa de L'Albufera de Valencia afectada por la erosión causada por el puerto de Valencia.
Playa de la Devesa de L'Albufera de Valencia afectada por la erosión causada por el puerto de Valencia.JOSÉ JORDÁN

La playa de la Devesa, al sur del puerto de Valencia “se encuentra en una situación de riesgo elevado y, a medio plazo, sin actuaciones paliativas, podríamos asistir a una situación crítica de recesión que puede mermar la potencia del cordón dunar”, se lee en un informe del catedrático de Puertos y Costas de la Universidad Politécnica de Valencia José Serra Peris sobre la evolución reciente de un espacio costero de extraordinario valor, dado que separa del mar el lago de L’Albufera y forma parte del cordón litoral del parque natural de El Saler.

El estudio, nada sospechoso de alarmismo, dado que su autor tiene el encargo de hacer el seguimiento de la evolución del litoral al sur de Valencia durante cinco años por cuenta de la Autoridad Portuaria, sitúa en el periodo 2005-2007 el momento en que se detecta que una “onda de erosión” alcanza ya la playa de la Devesa, es decir, el tramo situado entre la Gola de Pujol y la Gola del Perellonet. Esa onda, que en estudios realizados entre 1992 y 1997 “se desplazaba hacia el sur”, afectando a la playa de Pinedo, por ejemplo, tenía su origen en las obras de ampliación del puerto realizadas entre 1991 y 1998 para construir la terminal pública de contenedores. El estudio así lo señala, aunque se cuida de dejar claro también que las obras actuales de ampliación de las instalaciones portuarias no afectan a las playas del sur.

La erosión alcanza ya el tramo entre la Gola de Pujol y la del Perellonet

Otra cosa son las playas del norte, como las de las Arenas, El Cabanyal o la Patacona, de las que el informe no se ocupa. “La ampliación ejecutada”, dice Serra, “no supone un aumento del efecto barrera pero sí de las condiciones de contorno, pero en esta ocasión las condiciones de contorno se han modificado para las playas del norte del puerto y no las de las playas al sur. La prueba está en que desde el inicio de las obras, y tras el cierre perimetral de la ampliación, no se ha detectado cambio en la evolución de las playas del sur, en general, y de la Devesa en particular. La conclusión es que las obras de ampliación no han supuesto afección sobre las playas”.

En otras palabras, las obras actuales de ampliación del puerto no han agravado los efectos de las que se ejecutaron en los años noventa, según el catedrático de la Politécnica. Sin embargo, la situación de la Devesa, constatada en el tercer tramo de estudio, de 2008 a 2012, es que, no solo pierde anchura la playa (actualmente no llega a los 33 metros cuando el límite para una playa sostenible sería de 45 metros), lo que confirma su carácter recesivo, sino que prácticamente ha desaparecido la denominada “barra de estabilidad”, una especie de banco sumergido de arena que llegó a tener 150 metros de ancho y una “potencia” de dos metros y que ahora mismo se ha desplazado hacia “mayores profundidades” y ha visto sensiblemente reducida su anchura y acortada su altura a unos escasos 50 centímetros.

“Tres riesgos importantes se ciernen sobre la playa de la Devesa”, señala el informe. “En primer lugar, la anchura de la playa por debajo de los 45 metros, que consideramos como mínima y que asegura como suficiente para absorber la energía de grandes temporales. En segundo lugar, la migración de la barra y su merma suponen la desaparición de una defensa natural frente a los temporales y una señal de proceso recesivo claro. Y en tercer lugar, la ausencia de aportes continentales supone una subalimentación de la playa. Únicamente los aportes desde el norte de Pinedo y Saler pueden mantener una recesión atenuada”.

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El estudio aconseja un plan de protección del frente litoral

En el apartado de recomendaciones, y “ante la situación de riesgo de la playa de la Devesa, y del conjunto de las playas al sur”, Serra, que calcula que la pérdida anual de sedimentos es superior a 17.113 metros cúbicos, plantea la necesidad de un vertido anual de 25.670 metros cúbicos “para mantener la situación actual”. Asegurar la sostenibilidad al menos 10 años haría necesario verter más de 256.000 metros cúbicos. “Este vertido puede realizarse a lo largo del frente litoral, contemplando las tres formaciones, o localizar una zona de vertido que permita que la corriente de transporte distribuya los sedimentos a lo largo del frente”, concluye el estudio, para recomendar “un plan de protección del frente litoral”.

El secretario autonómico de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Victoriano Sánchez, utilizó datos del informe en una reciente comparecencia en las Cortes Valencianas solicitada por los socialistas para abordar el impacto del puerto de Valencia sobre las playas del sur. El diputado del PSPV-PSOE Rafael Rubio reclamó a la Generalitat “que diga qué es lo que está haciendo”. Según el parlamentario, “hay un efecto evidente sobre las playas del norte y del sur y es necesario implementar medidas correctivas. Los valencianos no podemos perder un lujo de playas como las del sur pero tampoco las del norte, que son playas urbanas y populares”.

La ampliación del puerto de Valencia, que estaba previsto que concluyera en 2015, fue promovida por la Autoridad Portuaria de Valencia en 2002 para encauzar el creciente aumento de tráfico de contenedores. Con esta intervención, que empezó en 2008, el puerto habrá crecido 1.530.000 metros cuadrados (antes de las obras ocupaba 1.480.000), por lo que alcanzaría una superficie de 301 hectáreas. El propio estudio de la ampliación preveía “impactos severos” en la playas del norte, tanto en su pérdida de calidad paisajística como en la dinámica litoral, donde auguraba un basculamiento general hacia el sur con un retroceso de la línea en el norte (25 metros) e importantes acreciones en el extremo sur (hasta 150 metros). Sin embargo, no preveía impactos en las playas del sur del puerto.

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